«A la gente le gustaría gastar el dinero que le quedó en los bancos» – GENTE Online
 

"A la gente le gustaría gastar el dinero que le quedó en los bancos"

-Qué relación tiene hoy la gente con su dinero? 
-El corralito, aquel legado forzoso que dejó el ex ministro Cavallo, cambió irremediablemente la lógica del sistema financiero y también la forma de mirar la economía. Ahora, a la gente le gustaría gastar el dinero que le quedó en los bancos, y atesora bajo siete llaves la plata que pudo sacar y guardar dentro de su casa.

-¿Cuál es el margen de maniobra de la plata que los ahorristas tienen en el corralito?
-Es casi nulo. Esa es precisamente una diferencia sustancial con respecto al corralito de Cavallo. Aquel fue compulsivo; tal vez tuvo por objeto frenar en los bancos el síndrome de la Puerta Doce (el éxodo masivo de capitales), pero lo hizo de un modo arbitrario y poco inteligente. Aun así dejaba un margen para algunas transacciones. Ya que uno tenía sus ahorros dentro del corralito, podía optar por salvarlos comprando, por ejemplo, una casa o un auto. Y eso, tras 41 meses de recesión, no era poco. En cambio, el corralito en su segunda versión aniquiló tal posibilidad; nada se puede comprar con dinero incautado a largo plazo, con tarjetas paralizadas, con devaluación y sin ninguna alternativa crediticia. Nadie que tenga su plata bajo el colchón puede tener ahora la ocurrencia de comprar un departamento o un auto. La situación actual no alienta ninguna esperanza de consumo. 

-¿De qué manera se puede llegar a normalizar esta situación?
-Nadie lo sabe a ciencia cierta. La cuestión es que los bancos no pueden devolver todos los depósitos de la gente al mismo tiempo, ya que, por lógica, eso significaría la quiebra del sistema bancario. Sin embargo, ante la inmovilidad absoluta que pesa sobre los depósitos, el Gobierno estudia ahora una solución, digamos, virtual: poner en marcha un sistema de certificados de depósito, es decir, pagarés avalados por las instituciones bancarias, que servirán como una forma de moneda dentro del corralito, hasta que el dinero pueda volver a fluir en su forma física.

-¿Cómo repercute en los hábitos de la sociedad la proliferación simultánea de bonos provinciales, divisas extranjeras y moneda nacional?

-El panorama actual tiene una leve semejanza con la situación que se vivió en el país a fines del siglo XIX, cuando cada uno de los llamados bancos garantizados de entonces emitían su propia moneda. Eso determinó en su momento la caída del gobierno de Miguel Juárez Celman en medio de una virulenta corrida bancaria y la creación por parte de su sucesor, Carlos Pellegrini, del
Banco Nación. La situación actual es más compleja que la de aquella crisis. Y para colmo, aún se ignora cómo el país va salir librado de la misma. En ese sentido, lo que hace más atroz la tragedia argentina es su estructura de chiste. Por ejemplo, en Afganistán hay actualmente 11 formas monetarias diferentes. En nuestro país, en cambio, hay ya en circulación no menos de 19.

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