Adolfito marca terreno y, con apenas seis meses de vida, ya se quedó con el apodo de su padre, el célebre polista, ahora Adolfo Cambiaso (31) a secas. También le dicen Porotito, y cuentan los íntimos que es mucho más tranquilo que Mia (3), la primera hija del rey del taco y la modelo María Vázquez (32). Y en eso de marcar territorio, este sábado 22 de abril, Adolfito –de impecable blanco– se llevó todo el protagonismo en lo que fue su bautismo y, de paso, una de sus primeras presentaciones en sociedad.
Eran las 13.15 cuando el padre Mario Slongo, cura párroco de la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Cañuelas, alzó en brazos a la criatura y dijo: “Bienvenido a la comunidad cristiana, Adolfito”, dando por terminada la ceremonia, que duró cerca de cuarenta minutos. Allí, Adolfo padre despuntaba el vicio con su nuevo hobby y se encargaba de registrar en su grabadora la alegría de las abuelas Teté y Martina, y la de los padrinos, Jorge Vázquez y Camila Cambiaso. En los brazos de la hermana del polista, el pequeño Benicio –otro de los bautizados– se reía junto a su papá, Lolo Castagnola, también integrante del equipo de polo La Dolfina. En su caso, fueron padrinos María Vázquez y Facundo Castagnola. Y para que todo quedara en familia, Enrique –hijo de Tamara Castagnola y el polista de Coronel Suárez, Chino Fraysinet– completó la triología de bautizados.
Cerca de las 14, los veinte íntimos que asistieron a la ceremonia transitaron los tres kilómetros que separan la parroquia de Cañuelas de La Dolfina, el campo de Cambiaso. Allí los esperaba un asado, que comieron en el quincho donde el polista exhibe sus trofeos y habitual escenario, además, en el que suele reunirse con amigos y demostrar sus dotes de cantante. La regla inquebrantable del dueño de casa es la siguiente: “Yo pago el asado, pero todos tienen que pasar a cantar al karaoke”.
Por estos días, papá Adolfo se ve cada vez más a gusto en el país. Ya lo tienen cansado esos viajes interminables, rodeados de realeza, empresarios y hasta algún jeque árabe que contratan sus servicios para sentirse fuertes en los grandes torneos de polo del mundo. “Hoy prefiero disfrutar de mi mujer y mis hijos”, comenta. Y la mira a María y coinciden: “A esta familia no la cambiamos por nada”. Por eso este año, junto a Gonzalo Pieres, Cambiaso dio el primer paso para traer la temporada alta de polo a la Argentina. Así, en marzo organizaron el Polo Tour que se disputó en La Dolfina, Ellerstina, el Jockey Club y Tortugas. Por primera vez, los patrones más importantes eligieron jugar en nuestro país en una fecha que tradicionalmente los convocaba en Palm Beach (Estados Unidos).
En unos días, Adolfito hará su primer viaje hacia Inglaterra, donde su padre disputará la Copa de la Reina y la Copa de Oro. Con apenas seis meses, seguramente no registrará su primer cruce del Atlántico. Pero ya habrá oportunidad de recordarlo, porque papá se encargará de registrarlo todo.
Adolfo Cambiaso con su hijo (que lleva el mismo nombre) en brazos, cerca del fin de la ceremonia. María Vázquez le seca el agua que cae por su frente. A su lado el padrino, Jorge Vázquez (h), sostiene la vela que simboliza el compromiso adquirido.
El padre Mario Slongo ofició la ceremonia.
María Vázquez y Adolfo Cambiaso con el pequeño Adolfito, en la puerta de la iglesia. Por la tarde comieron la torta en La Dolfina, donde repartieron las estampitas para los veinte íntimos que asistieron al asado.
