Ahí anda Javier Calamaro (41), intentando reponerse de un soberano porrazo que sufrió con los esquíes en la montaña. Ríe después del vuelco, y dice: “Cuidado, que soy bastante bueno deslizándome. Lo que viste recién fue el único error grave que cometí; por eso el golpe”, aclara. Y es cierto: durante las dos horas y media que estuvo esquiando demostró sus aptitudes sobre la nieve. Si hasta después se divirtió, y mucho, calzándose una tabla de snowboard y sorprendiendo a todos con sus habilidades en el valle de Las Leñas, adonde viajó para descansar, pero también para trabajar: “Estoy girando y dando conciertos por todo el interior del país. Y dando los toques finales a mi próximo disco, que estará listo en un mes y medio. Se va a llamar Villavicio, un lugar ficticio donde sucede de todo, como te podés llegar a imaginar de acuerdo con el título, je”, explica Javier mientras recupera el aliento después del último accidentado slalom. “Va a tener cuatro temas inéditos: Granizo, que por obvias razones compuse después de la feroz tormenta que nos dejó a muchos algo averiados, Sordidez y sordera, Cuatro rosas y una vela y Culpable y convicta. Todas mis canciones tienen una cuota de fantasía y otra de realidad. Sólo hay que descifrar cuál es cuál en cada una”.
–Lo felicito, porque los Calamaro andan de alegría en alegría: usted por sacar su nuevo CD en 45 días, y su hermano Andrés –que tiene tres discos entre los más vendidos en la actualida– porque va a ser papá en unos meses...
–Gracias por las felicitaciones. Me enteré de que voy a ser tío nuevamente y para mí y para toda la familia es una gran satisfacción. Ya tengo cuatro sobrinos: uno de mi hermana Hebe –que es compositora, adapta poemas de autores célebres y vive en México–, y tres de mi hermano Horacio, que no tiene ninguna relación con la música pero es un gran fotógrafo.
–Usted también aportó lo suyo a la dinastía.
–Claro, mi hijo Romeo ya cumplió cuatro años. Yo digo que es un pequeño terrorista, je. Es cien por ciento obstinado y adorable a la vez. Y a veces me supera, tengo que reconocerlo. No sé cómo hace para reunir las dos cualidades o defectos. A esta altura no sé cuál es una y cuál otra. Ojalá sea músico. Bah, en casa tiene guitarritas, bombos y una batería de juguete desparramados por todos los ambientes. Yo no le impongo absolutamente nada, pero me gustaría que su futuro esté relacionado con lo artístico.
–¿Quién le dio la novedad de que iba a ser tío: Andrés, su hermano, o Julieta Cardinali, su cuñada?
–Ninguno de los dos. Me lo dijo Esther, mi vieja, que se puso tan feliz como yo. A mi hermano lo felicité porque va a sumar otro “Calamarito” a la familia. Julieta es una mujer bárbara, y una actriz buenísima, que fue muy bien venida a la familia. Andrés también es un excelente tipo, se merecía una noticia semejante. Por lo que me dijo mi madre, los dos lo tomaron con mucha felicidad. En casa todos están muy contentos. Romeo, mi hijo, también lo recibió bien. Está feliz, porque va a tener un primito más chiquito que él. Eso lo hace sentir grande y le da cierto poder. Piensa que va a poder enseñarle sus juguetes y su mundo, y eso lo pone muy bien.
–¿Se imagina a usted tocando junto a su hijo, Romeo, y a Andrés zapando con el suyo?
–¿Por qué no? Pero falta mucho para eso. ¡Pará un poco! Romeo apenas tiene cuatro, ¡y el de Andrés todavía no nació..! Dejáme disfrutar este presente.
–¿Sabe si su futuro sobrino será varón o nena?
–No, todavía es muy pronto. Recién irán dos o tres meses de embarazo…
–Y usted, ¿sigue solo o formó otra pareja?
–Solo, pero siempre bien acompañado, bromeo yo. Desde hace un tiempo estoy dedicado a ser padre de Romeo, y me va muy bien. Soy muy feliz.
–¿Y Villavicio, su nuevo CD? ¿Cuándo va a empezar a escucharse?
–Dentro de muy poco. Lo iré agregando en mis futuros shows, pero la gran presentación será antes de fin de año en un teatro de la calle Corrientes, como debe ser. Eso ya lo tengo asegurado. Estoy trabajando mucho para poder disfrutarlo a pleno cuando llegue el momento. Presentar un disco es para un artista algo más que especial.
–¿Se imaginaba este presente cuando empezó con la música?
–Siempre fui optimista pero, no te voy a mentir, no sabía cómo me iba a ir. Tuve que remarla. Eso todos los que me quieren lo saben. Hace veinte años que empecé, y se puede decir que siempre disfruté de lo que hice.
–¿Y en el show presentación de Villavicio en calle Corrientes habrá invitados especiales?
–Por supuesto. Mis fans siempre son bienvenidos.
–Me refiero a su futuro sobrino. ¿Dirá presente desde la panza de su mamá?
–Seguro, a los Calamaro siempre nos gustó escuchar buena música, je.
Dio varios shows en Mendoza y también disfrutó de un descanso en el Valle de Las Leñas. “Mi hermano y Julieta tomaron el embarazo con mucha felicidad”, revela el músico.
Ni siquiera en la nieve Javier se separó de la guitarra.
