“En el reggaeton fueron los puertorriqueños los que tomaron el ‘dembow’ y construyeron un género musical a partir de ahí. Según muchos de ellos, Tego Calderón es la primera persona que propulsa este estilo fuera de la isla, hasta que llega Daddy Yankee y lo cambia todo”, escribe el argentino Pablito Wilson en su libro Reggaeton: una revolución latina, un recorrido por el género popular que nace en la década del 90 en Latinoamérica y que hoy, ya encuadrado en esa verdadera entidad en permanente mutación llamada música urbana –fusionado con trap, hip hop y hasta música regional– lo invadió todo.
Otro oriundo de Puerto Rico –recordemos el boom de Daddy Yankee con Gasolina y el Despacito de Luis Fonsi y Yankee– como Bad Bunny protagoniza un fenómeno inusual. Es el artista latino que más batalla da en los charts mundiales, tanto que hace semanas ingresó en el top 10 del Billboard Hot 100: Me porto bonito, una colaboración con Chencho Corleone, se ubica en el puesto número 9 de la lista de éxitos musicales.
Además, otros de sus éxitos, entre ellos, Titi me preguntó, Efecto, Party, Después de la playa, Ojitos lindos, Tarot y La corriente también se ubicaron con fuerza en el Hot 100. ¿Otros latinos que entraron en el listado? Si bien Shakira coqueteó en el listado hace unas semanas (ubicándose en el puesto número 96), es Karol G la única artista latina mujer que permanece (con Provenza) en la posición #43.
El caso del productor argentino Bizarrap, sin dudas es histórico: con su Bzrp Music Sessions, Vol. 52 junto a Quevedo batió un súper record al llegar (¡y continuar al día de hoy!) a la cima del Top 50 Global de Spotify (las canciones más escuchadas en la plataforma), con casi 6 millones de reproducciones, y por encima de As it was de Harry Styles.
Ya desde algunos años, las canciones más exitosas pertenecen al género urbano y cada vez más, son en español. Según los productores, la fórmula apela a que lo más escuchado, lo que se convierte finalmente en “Trend” responde a un beat muy universal, que sea bailable y se pueda sentir, “no importa si se entiende lo que se dice”.
