La Generación Z: Narcisistas y pensadores críticos – GENTE Online
 

La Generación Z: Narcisistas y pensadores críticos

En el marco de Generación Indomable, el nuevo principio de GENTE que protagoniza la artista María Becerra, Esteban Maioli, el Doctor en Ciencias Sociales y profesor del Doctorado en Sociología, la Maestría en Sociología y la carrera de Historia en la Universidad Católica Argentina (UCA), analizó a los integrantes de la generación que hoy está viviendo "los veinte".
Esteban Maioli
Principios
Esteban Maioli
Principios

Suele considerarse a la Generación Z como el grupo poblacional cuyo nacimiento se produce después de 1995 (así lo estableció la autora Stacy Wood en la publicación que hizo en 2013), o bien a partir del cambio de milenio (Bennet et al., 2012). Según Dimock (2019), eventos tales como el ataque del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center, la inestabilidad económica, las renovadas tensiones raciales y étnicas y el resurgimiento de ideologías de derecha y de políticas neoliberales son todas influencias contextuales determinantes en la conformación de la identificación generacional de los Z.

Tulgan (2013) refiere que, a diferencia de las generaciones previas, la Generación Z es la única que puede considerarse plenamente “global”. Pueden ser considerados como “multitaskers”, en tanto que son capaces de realizar múltiples tareas al mismo tiempo, con el mismo grado de atención y dedicación: habilidad desarrollada tempranamente debido a la gran cantidad de información que aprenden a procesar de las diversas fuentes que utilizan (Lyon, 2010). Addor (2011) opina que la Generación Z resulta más productiva, en términos de capacidad de trabajo, que las generaciones previas. Un estudio realizado por la consultora Adecco (2015) refleja que los miembros de la Generación Z cuentan con un sentimiento de confianza sobre su proyección profesional.

ALGUNAS DE SUS CARACTERÍSTICAS SOBRESALIENTES 

Son los primeros en nacer completamente en un mundo digital. Están preparados para movilizarse con suma facilidad. Con las herramientas de la comunicación al alcance de la mano, les gusta investigar todo e informarse bien. Las redes sociales son parte de su vida. La tecnología se encuentra integrada a ellos. Se estima que un 75% de estos jóvenes cuenta con perfil en una red social, y que el 80% mantiene su celular cerca mientras duerme (Maioli et al, 2014). También presentan una fascinación por los videojuegos y los dispositivos tecnológicos. Se muestran preocupados por los desafíos del mundo moderno (pobreza, desigualdad y cambio climático, entre otros), y a su vez colaboran en grupo (virtuales, a veces) para resolver problemas. Pueden fácilmente conjugar la iniciativa individual con la acción comunitaria, a través de sus múltiples redes sociales y la facilidad con la que se comunican. Son más abiertos al cambio y a la diversidad, y al mismo tiempo más adaptables. Son seguros, auto-expresivos y cada vez más liberales. Además de la relación con la tecnología, presentan rasgos consumistas y de muy alta autoestima. Son optimistas, sociables, talentosos, bien educados, colaborativos, abiertos mentalmente, influyentes y orientados hacia objetivos. Se suelen aburrir con facilidad, y prefieren Internet como fuente principal de información. No les gustan las tareas rutinarias. Mientras que pueden ser buenos aprendices autodidactas, también desean el máximo resultado, y por ello se dirigen exclusivamente en busca de objetivos y resultados. Tienen problemas aceptando las críticas, y aunque son respetuosos de la autoridad, no dudan en desafiarla. Se sienten cómodos con el cambio, más abiertos y tolerantes, confiados y optimistas sobre su futuro. Desean lograr un buen balance vida/trabajo, y vivir el momento. Es de resaltar su alta confianza en sí mismos, devenida en narcisismo. Son pensadores críticos, que llegan con innovadoras y creativas ideas para ayudar. Son agresivos y ambiciosos en su carrera, buscan constantemente desarrollar sus talentos y consideran cada trabajo como una oportunidad a ser añadida a sus valores.

No obstante, como toda generación, no puede ser considerada como un fenómeno “monolítico”, y con ello, asumir que todos sus miembros poseen las mismas características psico-sociales. Existen elementos de identificación que afectan a los agentes sociales y que no se relacionan exclusivamente al momento histórico en que se construye el yo social. Por ejemplo, el género o la clase social afecta de modo notable el modo de socialización de los agentes sociales. Es necesario abandonar una mirada simplista de las generaciones que conduzca a asumir que determinado agente social cuenta con las mismas características y actitudes psico-sociales que el resto de sus congéneres. Asimismo, la adscripción generacional no implica un autorreconocimiento de tal condición. Muchas veces se reducen al mínimo las variabilidades intra-generacionales, y con ello, se construyen estereotipos que simplifican, de modo incorrecto, una realidad social mucho más compleja. Además, considerando que la propia categoría conceptual es de origen anglosajón (Gutierrez Rubí, 2018), mucho de lo que se presenta como propio y específico de las nuevas generaciones no es problematizado para otras realidades socioculturales, tales como la latinoamericana.

Fotos: Pexels
Seguimiento periodístico en las distintas plataformas: Elisabet Correa

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