En la charla íntima con GENTE, la actriz nos cuenta por qué lleva tres años de ausencia televisiva.
Hablamos también de su tercer año de ausencia televisiva. ¿Por qué? “Por dignidad. Por ‘no transar’. A mí me gusta y me resulta el trabajo con felicidad y en libertad. Y no encontré ese modo durante mi último tiempo en televisión (2016). Como soy muy respetuosa de mis estados, decidí ceder, alejarme de ese espacio. El ego me lo permite”, asegura. “Jamás dejaría de sentirme viva sin pantalla. Pero sí necesito trabajar. Así, seguí como siempre, buscadora constante de todo aquello que me ayude a evolucionar. Impulsé mi propio lugarcito. Y parí un ámbito de expresión como es mi web, por ejemplo, o mi cuenta de Instagram, que refleja con verdad el día a día de mi vida. Donde escribo –algo que me es liberador– y empatizo con la gente”.
“No creo que falten propuestas”, sugiero. “Sí, tal vez para conducir ciclos que no tienen que ver conmigo”, responde. “Pero ofertas para volver como actriz no tengo. No estar actuando en tele hoy no es decisión mía”. Al cuestionamiento respecto de si cree que hay puertas que se han cerrado, Araceli sostiene: “La verdad, se me hizo muy difícil trabajar en los últimos tiempos. Hice mi capital individual –profesional y económico– en los primeros años de mi carrera. Después, todo se fue enredando: lo laboral y lo sentimental. Eso complicó el camino. Y en este medio –¡y no nos hagamos los boludos!– las amistades pesan, y mucho. Las alianzas hacen uniones insospechadas”.
Fotos: Fabián Morassut
