Gen de la Infidelidad: ¿existe o es un mito? – GENTE Online
 

Gen de la Infidelidad: ¿existe o es un mito?

Fede Bal reconoció haber engañado a su novia Sofía Aldrey con varias mujeres y para justificarse dijo que tiene una carga genética que lo impulsa a ser infiel. GENTE decidió consultar con dos especialistas para saber si hay un gen que nos puede llevar a engañar a nuestras parejas o es una simple excusa. Por Sebastián Vaca Mur
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La escandalosa ruptura amorosa de Federico Bal con Sofía Aldrey, luego de que ella descubriera las infidelidades cometidas por el actor, fue la polémica mediática de estos últimos días.

La maquilladora -quien se encontraba en pareja con el actor desde el 2019- descubrió infraganti a su exnovio gracias a un inusual patrón con el lavarropas: Bal utilizaba este electrodoméstico inteligente muy seguido a las tres de la mañana tras cambiar las sábanas y Sofía Aldrey podía ver cada vez que se ponía en funcionamiento a través de su celular.

Así, el hijo de Carmen Barbieri terminó reconociendo sus engaños y encontró una curiosa forma de justificarse: aseguró poseer el gen de la infidelidad. Con la intención de descubrir si esta carga genética que puede impulsar a la infidelidad realmente existe, GENTE consultó con dos especialistas sobre el tema y también estudiosos de la construcción social de la monogamia.

"El ser humano es infiel por naturaleza"

"El ser humano es infiel por naturaleza", dice Mauricio Strugo, psicólogo y sexólogo, al ser consultado sobre la justificación que dio Federico Bal y asegura que la monogamia es algo cultural originado por el "patriarcado", no algo natural. Es más, Strugo remarca que las parejas se formaron para cuidar el patrimonio, entonces "tanto la religión como la sociedad instituyó el matrimonio como una forma de elegir", lo que refleja que el ser humano es monógamo por elección, "no porque esté en su naturaleza". Esta es la explicación para las infidelidades que se producen en las parejas.

Por su parte, el psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin habló con GENTE del gen DRD4, asociado a la producción de dopamina en el cerebro "Este gen ayuda a la liberación dopamina -una de las hormonas que representan químicamente el placer-, la que permite que la persona sea más audaz y lleve adelante determinadas actividades.

Asimismo, Ghedin aclaró que, si bien, "no es un gen específico de la infidelidad, es un gen que activa la búsqueda de placer, con menos miedo y más extroversión".

Los científicos de la Universidad de Nueva York analizaron la propensión a ser infiel con la herencia genética y concluyeron que, de una muestra de ADN a 200 voluntarios, las personas con cierta modificación del gen DRD4, llamada 7R+, son más propensas a ser infieles.

Cómo lidiar con este gen de la infidelidad

Mauricio Strugo recalcó que estos datos no quieren decir que la infidelidad es la manera en la que se deba vivir, sino que, el decidir vivir de manera monogámica requiere de un esfuerzo que en algún punto hay que trabajar constantemente para combatir estos impulsos de deseo y generar una responsabilidad afectiva.

Para el terapeuta de pareja, el ser humano, al estar atravesado por la cultura y vivir en sociedad, debe tener responsabilidad afectiva y saber que lo que se hace genera una consecuencia grave.

"Trabajar con infidelidades es un hecho frecuente que genera en las personas tener que volver a confiar, tener que volver a pedir perdón, y tener que trabajar mucho en una situación que suele considerarse un trauma", sostiene Strugo.

A su vez, menciona que el proceso de generar esta responsabilidad afectiva implica que quien ha engañado tome responsabilidad del caso, y que debe bancarse estar un tiempo en el banquillo de los acusados, por lo menos hasta que el afectado pueda recuperar nuevamente la confianza.

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