Adriana Salonia: «El primero de nosotros fue una experiencia maravillosa» – GENTE Online
 

Adriana Salonia: "El primero de nosotros fue una experiencia maravillosa"

La actriz, que hace unos días se despidió de Mariana, su personaje en la exitosa tira de Telefe, aceptó una charla a corazón abierto para el Intimo de la semana de GENTE en la que habló del impacto que tuvo su rol en la ficción y de algunas coincidencias que la trama tiene con su vida personal. 
Íntimos
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Adriana Salonia es de esas mujeres que explota de energía. Inquieta y verdaderamente arrolladora tanto en la vida personal como a la hora de llevar a cabo cada uno de los papeles que le toca caracterizar. Nos proponemos comenzar esta nota, enciendo el grabador y lo tengo que detener. “Disculpame”, me dice. Se va a tomar un vaso de agua. Regresa y toma asiento. Pero se vuelve a parar y saca los libros de su cartera, esos que la inspiraron a lo largo de su vida y que hoy formarán parte (junto a ella) del Íntimo de la Semana de GENTE.

“Cuando me preguntaron qué hago cuando no estoy trabajando es esto: siempre leo y estudio porque nutre. Las novelas son un viaje. Por otro lado, un gran descubrimiento que siempre tuve en la biblioteca abandonado fue ‘El poder del ahora’ de Eckhart Tolle, pero especialmente el último: ‘Una nueva tierra, un despertar al propósito de su vida’. Tiene una mirada que me resultó esclarecedora. Yo tengo un problemita que es cuando me gusta mucho un libro lo presto y la gente no devuelve. Hoy a la hora de buscar me faltaban algunos que amo”, confía.

Su emblemático personaje en “El primero de nosotros”

La semana pasada se despidió de la pantalla de Telefe “El primero de nosotros”, la producción que marcó el regreso de la ficción nacional al canal de las pelotas después de la pandemia y que significó un verdadero salto de calidad al presentar una historia muy profunda sin golpes bajos. “La repercusión y aceptación fue impresionante. Hace varios años que trabajo para plataformas y esto del contacto con la gente en la calle se me había olvidado y esta novela me devolvió el cariño de las personas cuando estaba haciendo las compras”, reconoció.

Allí se puso en la piel de Mariana, la esposa de Nacho Reinoso (Damián de Santo) que debe enfrentar la nueva elección sexual de su marido: “Fue un personaje que creció, cambió, evolucionó y se deconstruyó a lo largo de la novela. Generó mucha empatía y estuvo bueno. Yo soy más abierta que ella, te confieso. Lo importante es nunca criticar al personaje y estar del lado de lo que le pasa”.

“Yo viví una experiencia maravillosa y reveladora por la empatía que generó en el público, especialmente por las que me escribieron para contarme que vivieron lo mismo y me agradecieron visibilizarlo en la televisión. Todos los comentarios que recibo en mis redes tienen que ver con lo que le pasó a este personaje, me parece que es muy lindo. Es algo mucho más común de lo que uno cree y sigue siendo muy tabú", valora.

-¿Te pones a pensar en cuál hubiera sido tu reacción si te pasaba lo mismo que a ella?

-En este sentido yo soy más abierta. Muchas veces hay resistencia al cambio porque una está en una zona de confort y mi personaje, para ponerlo de ejemplo, termina descubriendo que está mejor. A las cosas hay que ponerle el cuerpo y atravesarlas.

-¿Cómo fue trabajar con Damián de Santo?

-Lo amo. De toda la vida. Es un tipazo, un actor multifacético que puede hacer lo que quiera. Lo conozco desde que tenemos veinte años y siempre me saluda, me trata y me quiere igual: es un tipo coherente que tiene los pies sobre la tierra. Tiene un contacto con la vida y la naturaleza hermoso. Con el podés trabajar sin red y no tenes que estar cuidándote de nada.

-¿Alguna anécdota de grabación con él?

-Es muy loco porque nosotros grabamos en plena pandemia. Era chapar o tener escenas súper íntimas y después que te pidan que te pongas el barbijo. ¡Pero si estábamos chapando! era muy contradictorio, pero era lo que había que hacer para cuidarnos. La magia de la serie es que se grabó en tiempos de muchos contagios.

-Más allá de que les fue muy bien con el rating, hay que decir que hubo muchos cambios en el horario. Como parte del producto, ¿que pensas de esto?

-Los productores dicen que mide mejor, de acuerdo con lo que ellos evalúan. Hay que confiar en ellos porque son los especialistas en el tema. A mi me hubiera gustado que se emita más temprano por mi comodidad como televidente, pero desconozco la parte comercial que es muy importante para la supervivencia del producto. Realmente es difícil hablar del tema.

Una triste coincidencia

Uno de los tantos mensajes que deja "El primero de nosotros" es el de "vivir el hoy" con el objetivo de disfrutar de cada detalle del presente. La trama se centra en la historia de un grupo de amigos que acompaña incondicionalmente a uno de ellos (Santiago Luna, interpretado por Benjamín Vicuña) a transitar una enfermedad terminal.

"Mientras estábamos grabando la serie mi amiga Valentina Fernandez de Rosa fue diagnosticada. Cuando me preguntó de qué se trataba la historia dudé mucho antes de contárselo. Me dijo que no sabía si iba a llegar a verla… Y lamentablemente así fue. Ella fue la primera de nuestro grupo de amigos y también dejó su huella en cada uno de nosotros con su ejemplo de militancia en ARTEI (Asociación Argentina Del Teatro Independiente), su generosidad como maestra de teatro y su alegría de vivir y de disfrutar cada instante a pleno", recuerda.

-La vida misma…

-Si. Mi papá murió de cáncer cuando tenía 3 años y yo también tuve.

-¿Cómo lo detectaste?

-En mi caso fue de casualidad cuando tenía 31 años. Yo pedí hacerme una mamografía por un antecedente familiar y me descubrieron un tumor maligno. Siempre hay que estar atentas, es parte de la cuestión. Para mi fue un gran aprendizaje enterarme a esa edad que la vida era finita. Me tocó de chiquita pensar en la muerte y tenerla presente debido a lo de mi papá. Por suerte la ciencia avanzó mucho y el cáncer de mama, detectado a tiempo, puede ser controlado. Igual no hay que minimizarlo.

-¿Y cómo transitaste este proceso?

-Lo mantuve en privado porque fue lo que necesitaba para atravesar el proceso de la enfermedad y el tratamiento. En ese momento estaba haciendo "La cena de los tontos" con Adrián Suar y Guillermo Francella, obra en la que estaba Damián de Santo… Por eso tampoco me parece casual esto de la temática de la novela. Me ha pasado mucho que me llamaran para hacer cosas que, de alguna manera, me estaban sucediendo a mí. Hay algo de cierto sincronismo que se da.

-¿Cómo convivís con eso?

-Estos temas son muy sensibles y remueven ciertas fibras. Cuando algunas amigas mías la vieron, me dicen que entendían lo que me pasaba cuando estaba grabando respecto a esas sensaciones. Lo lindo que siempre se puede aprender de la ficción, que es un mensaje que tiene la novela, es la propuesta que el les hace a sus amigos de vivir la vida al máximo aprovechando cada día. Entre los libros que elegí para esta producción hay uno de Milan Kundera que se llama “La insoportable levedad del ser” en donde él habla de que uno vive la vida en borrador pensando en que va a tener tiempo de pasarla en limpio y no nos damos cuenta de que estamos todo el tiempo pasando en limpio y no vivimos en borrador.

La maternidad y su mandato

En pareja desde hace poco más de siete años con Francisco Mármol, se muestra contenta porque esta es la relación más larga que pudo tener. “Yo siempre digo que es el amor de mi vida. Tardó, pero llegó”, dice. Sin embargo, como muchas mujeres, hoy tiene la fuerza y el apoyo para decir que tener hijos no es una asignatura pendiente.

-¿Nunca tuviste el deseo de formar una familia?

-No, nunca tuve ese deseo profundo. En mi generación era un tema porque no es como ahora que se puede decir libremente. Yo sigo una página que se llama “Mujeres que no fueron tapa” y mostraron una investigación en donde revelaban que había más mujeres arrepentidas de haber sido madres de las que no quisieron serlo. Yo no me voy a poner pro una cosa o pro la otra. Es ir adelante con un deseo o algo que se siente o no se siente. Era tal el mandato que había que algunas mujeres ni se lo podían replantear.

-¿Hay algo de tu historia familiar que pudo haber profundizado esta elección?

-Yo creo que si. Pero fíjate que mis hermanas tuvieron hijos. Somos hijos de los mismos padres, pero a mi me afectó de una manera. Como yo me quedé sin papá de chiquita, creí que esto de la maternidad hay que pensarlo bien. Si te quedas sola con cuatro hijos, ¿qué haces? En el caso de mi mamá éramos tres hermanas y uno que estaba en la panza.

Los comienzos ya vaticinaban a una gran artista

“Los personajes de esta profesión te regalan hijos, maridos y cuernos”, confiesa entre risas a la hora de hablar de los distintos papeles que tuvo que llevar a cabo. Ella es de las que se cruza con un compañero de trabajo y en lugar de llamarlo por su nombre dice ‘ahí está mi marido’ o ‘ahí está mi hermana’, dependiendo el papel que los haya unido. “Me casé veinte mil veces… nuestro trabajo tiene una parte lúdica muy linda”, agrega.

-¿Cuándo nació la Adriana actriz?

-Yo creo que quise ser actriz desde muy chiquita jugando. Aparecía esto de inventarme personajes y querer jugar con mis hermanas, pero yo terminaba siendo la actriz, la directora, la antagonista, la productora… ¡hacía todo! Me recuerdo llorando, preguntándole a mi mamá porque no querían jugar conmigo y ellas decían que no querían porque yo me quedaba con los mejores personajes y a ellas le tocaban los secundarios. Desde lo lúdico aparecía mi costado artístico.

-Y hay que decir que tuviste tu debut en cine con una película emblemática como “La noche de los lápices”, ¿sentís que este trabajo te terminó de abrir las puertas a la profesión?

-Si, tal cual. Yo estaba en el primer año del conservatorio y no estaba en mis planes. En ese momento no te dejaban trabajar, pero mis amigos me contaron sobre un aviso que salió en el diario de que buscaban actores jóvenes y me presenté. Cuando leí el guión dije: ‘Es un peliculón’. Y además significaba mucho para la historia del país. Lo lindo de esta anécdota es que, como todo en mi vida, el destino era que, más allá de que yo no vi la solicitada, era para mi…

-Me decís que llegaste a ese trabajo gracias a un aviso en un diario en tiempos en donde conseguir un papel era más difícil. Las nuevas camadas tienen el acceso a directores o productores a pocos clicks, ¿crees que esto hizo que tengan menos hambre?

-No, al contrario. Cuando estaba empezando me molestaba que me discriminaran por ser joven: me juré que iba a respetarlos y a no ser prejuiciosa. Yo aprendo mucho de ellos y no creo que la tengan tan fácil. Yo bajaba con el libro en papel y una nena de 14 años me enseñó a bajar los guiones en el iPad. Para mi fue correrme del lugar de la que sabe más. Algunos son chicos muy sacrificados que viven en la provincia, se toman el colectivo y se levantan a las 4 de la mañana para venir a grabar. Por eso los valoro mucho.

-Con tantos años de trabajo, ¿te quedan directores o directoras con los que soñás trabajar?

-Uf, si. Un montón. Y te voy a decir que la mayoría de ellas escriben dirigen y actúan. Por eso las admiro tanto: Ana Katz, las hermanas María y Paula Marull, Jorgelina Aruzzi, Norma Aleandro, Lorena Vega, Maruja Bustamante y Corina Fiorilo. En cuanto a varones, Claudio Tolcachir, Santiago Loza, Javier Daulte, Rafael Spregelburg, Mario Tenconi Blanco, Ciro Zorzoli y Daniel Veronese.

La lucha feminista en el mundo de la actuación

Mi compromiso con la causa feminista seguirá intacto mientras haya un femicidio cada 24 horas.
Y en cuanto a lo laboral todavía queda mucho por cambiar y mejorar. No todas contábamos con herramientas a la hora de poder reaccionar a una situación abusiva o de maltrato", comienza a relatar antes de referirse de lleno al flagelo del maltrato y el acoso dentro del mundo de la actuación.

-¿En algún momento te sentiste desprotegida?

-Mira, antes cuando se grababa una escena de sexo no había un protocolo a seguir. En lo personal siempre supe cuidarme ante situaciones donde sabía que podía estar incómoda o desprotegida.

-¿Notaste que esa situación cambió a lo largo de los años?

-Si. Hoy todo esto cambio y mayoritariamente debe consensuarse con los actores y actrices. Existen guías que armó SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), la ESI y las leyes con perspectiva de género. Estas modificaciones tienen que ver con el enorme movimiento que se fue forjando entre las mujeres y diversidades a nivel social

Fotos: Chris Beliera.

Edición multimedia y retoque digital: Elizabeth Correa y Cristian Calvani

Producción y estilismo: Sofía Perez y Santía.

Maquilló: Mauricio Camilo (@mauriciocamilomaquillador).

Agradecemos a: SLS Puerto Madero Suites (@slspuertomadero, sbe.com/hotels/sls-hotels/puerto-madero) por la locación.

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