Cada vez más seguido, WhatsApp es un medio para las estafas en todo el mundo y Argentina no es la excepción. A pesar de que no hay cifras oficiales porque no se suele denunciar, el boca en boca muestra que la mayoría de las personas al menos conocen a alguien al que le intentaron robar su cuenta de la aplicación de mensajería instantánea.
Hace dos semanas, el Ministerio de Seguridad de la Nación compartió en sus redes sociales recomendaciones para no caer en trampas vía WhatsApp. Cuando los ciberestafadores se apropian de una cuenta en otro teléfono, comienzan a enviar mensajes a la agenda de contactos alegando alguna situación urgente por la que necesitan una transferencia de dinero inmediata.
Otra forma es el llamado “falso delivery”, en la que se hacen pasar por el servicio al cliente de alguna aplicación de pedidos a domicilio y piden validar los datos de pago que no son otros que los números de las tarjetas de crédito. Otro mecanismo es el “robo del buzón de voz”, donde se recibe un llamado telefónico. Comienza la charla, y mientras está la línea ocupada, otra persona llama a WhatsApp y pide el código del número que está ocupado, que le llega a la víctima, pero como está hablando, le ingresa al buzón de voz.
Luego los atacantes intentan ingresar al buzón desde su celular, lo que no es muy difícil, porque la mayoría ya no lo utiliza y lo tiene sin clave. La manera más directa se produce cuando se recibe un mensaje desde un número de teléfono desconocido, pero con la imagen de avatar de unos de los contactos habituales. “Cambie el número, soy Marcelo...”. Cuando alguien lo cree, comienza la estafa.
Una de las incognitas principales es cómo se elige a las víctimas. Según Luis Corrons, un experto de Avast, la empresa de seguridad electrónica “Los números de teléfono que WhatsApp usa para identificar a las personas son fáciles de obtener. La mayoría de la gente no los considera un secreto, por lo que pueden estar disponibles en sus perfiles de las redes sociales, y estos son enviados a diferentes servicios y luego vendidos con fines de marketing o pueden formar parte de filtraciones de bases de datos, vendidas en la darknet”.
Además, Corrons añadió que “cuando se utiliza una cuenta de WhatsApp existente en un nuevo dispositivo, los chats de grupo de los que es miembro ese número de teléfono se transfieren al nuevo celular. Los mensajes que se enviaron previamente en el chat de grupo no aparecen, pero los números de teléfono de otros miembros del grupo son visibles, que es probablemente la forma en que los hackers eligen a sus víctimas”.
