El viernes 29 de abril de 2021, dos días después de las festividades virtuales por el Día del Rey y cumpleaños del Rey Guillermo Alejandro, Máxima Zorreguieta recibía la peor noticia. Su tío materno, Jorge Horacio Cerruti, fallecía a los 77 años en la localidad de San Nicolás de los Arroyos tras dar positivo de coronavirus.
Hace exactamente dos años, la muerte del hermano de María del Carmen Cerruti –madre de Máxima– conmovió a la casa real holandesa pero no trascendió a los medios hasta que en la mañana del 3 de mayo lo compartiera GENTE como primicia.
Jorge Horacio Cerruti falleció en la clínica UOM, ubicada en Mitre 594, en la ciudad del partido de San Nicolás –situada a 234 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires–, luego de contraer covid.
Quién era Jorge Horacio Cerruti, el tío de Máxima, quien jamás hablaba sobre su relación con ella
La muerte del único tío materno de la royal solo apareció en los avisos fúnebres de medios de la ciudad de San Nicolás, en la que la familia, encabezada por su mujer, María Elena Sierra (72), a quien llaman Mane, y sus hermanas, María del Carmen –madre de la reina–, María Rita, Marcela y María Cecilia, firmaron el aviso mortuorio en el que participaron “con mucho pesar de su fallecimiento”.
Jorge Horacio Cerruti no era una persona de riesgo, no tenía antecedentes médicos y llevaba una vida muy activa. Veterinario rural, especializado en grandes portes, solía viajar diariamente a tres localidades rurales de la provincia de Buenos Aires, amaba la vida de campo y disfrutaba de montar a caballo hasta por tres horas consecutivas.
Otra de sus pasiones era descansar con Mane –así era como apodaban a su esposa María Elena– en su quinta situada sobre la barranca de San Nicolás, en el barrio Yaguarón, ubicada en la zona norte de la ciudad bonaerense y con hermosas vistas al río Paraná. Su casa estaba muy cerca del cementerio y del Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás.
El hombre tenía cuatro hijos, Alejandro, Mariana, Santiago y Francisco, dos de los cuales viven en el extranjero. Su familia más cercana también estaba conformada por sus hijos políticos, Aurelio, Pilar, Mariana y Juan (de dos matrimonios anteriores), y por sus nietos, Josefina, Lola, Jero, Segundo, Luisa, Pedro, Justo, Facu y Juanita.
Jorge Horacio Cerruti, su perfil bajo y el día en el que fue invitado al casamiento de Máxima
Desde jóvenes, la vida social de los Cerruti consistía en mantener encuentros en estancias, ver partidos de polo e ir a la iglesia los domingos. Crecieron en Pergamino, donde su padre, Jorge Cerruti, era un médico muy respetado.
Cuando enviudó, el tío de Máxima se fue a vivir a San Nicolás, donde volvió a formar pareja. Sus hermanas también se fueron a edad temprana de Pergamino: María del Carmen se instaló en Buenos Aires a los 23 años, mientras que Marcela vive en el sur y administra uno de los campos de la reina.
Jorge, quien no mantenía una gran relación con Máxima, no tenía redes sociales y cultivaba un bajo perfil, como el resto de los Cerruti. El 2 de febrero de 2002, junto a su esposa fue unos de los selectos invitados al casamiento de su sobrina en la catedral medieval de Ámsterdam Nieuwe Kerk, en lo que fue un hecho histórico para Máxima, que estudió durante 12 años en el exclusivo colegio Northlands.
En la boda, en la que los compases de Adiós Nonino fueron todo un clásico, el tío de Máxima y su mujer fueron parte de los festejos –la ceremonia religiosa fue televisada, claro– y bailaron tango junto a la troupe argentina.
Jorge Horacio Cerruti en GENTE. 
Todas las fotos de Jorge Horacio Cerruti en GENTE.
Tras contraer coronavirus, Jorge había contagiado a su esposa diez años menor, aunque la mujer cursó la enfermedad en modalidad leve y le dieron el alta epidemiológica sin complicaciones. Los restos del tío de Máxima fueron cremados en el Celestial Cementerio Parque, un predio de paz de 12 hectáreas ubicado en Presidente Perón 3205.
Según la metodología del jardín de paz, tras la cremación, que se realizó en un horno crematorio provisto de dos cámaras de recombustión de gases, las cenizas fueron entregadas a los familiares para que decidieran su destino final.
