Tras contagiarse de coronavirus, Susana Giménez vio como su salud se deterioró. Ante las complicaciones, el 10 de junio fue internada en el Sanatorio Cantedril de Punta del Este, Uruguay. A casi dos semanas de ese paso, las buenas noticias sobre su estado general son alentadoras.
El martes 22 salió de terapia intermedia y fue trasladada a una habitación común. Ya no necesita de un monitoreo riguroso y allí pasará unos días más hasta que le den el alta. En este periodo, hasta que se pueda ir a su casa, desde el nosocomio comentaron que le están haciendo sesiones de fisioterapia motora.
En el caso de Giménez, pese a haber recibido las dos dosis de la vacuna de Pfizer en Uruguay, igual se contagió. Su cuadro se complicó por una neumonía unilateral en el pulmón izquierdo, razón por la cual necesitó asistencia médica.
En las últimas horas, de acuerdo al parte médico, ya no contagia y por eso recibió el alta epidemiológica. Sin embargo, aún resta el tratamiento mencionado, que suele ser común en los pacientes que necesitaron asistencia respiratoria.
Qué es la fisioterapia respiratoria
Es una especialidad dedicada a la prevención, tratamiento y estabilización de las disfunciones o alteraciones respiratorias. El principal objetivo cuando se acude a esta especialidad es mejorar la ventilación pulmonar y los músculos respiratorios.
“La fisioterapia respiratoria se lleva a cabo en bebés y niños, adultos o ancianos con patologías respiratorias, ya sean primarias o derivadas de otras enfermedades. Así, está indicada para las enfermedades que afectan de forma crónica al sistema respiratorio, tales como EPOC, asma, fibrosis quística o enfermedades neuromusculares”, informa el portal Fisiorespiración.es.
Por otro lado, a grandes rasgos, sin enfocarnos en el caso de Susana, agrega: “También es útil para abordar procesos agudos (neumonía o absceso pulmonar) o intervenciones quirúrgicas muy complejas, tales como trasplantes pulmonares” cardíacos y hepáticos, u otras intervenciones de corazón y tórax”.
