La tocó durante el histórico concierto MTV Unplugged in New York de 1993 y acaba de ser vendida en seis millones de dólares. Su flamante dueño es el magnate australiano Peter Freedman.
Fue el primer lanzamiento de Nirvana posterior a la muerte del músico.
Son piezas incomparables, y muchos lo saben. Sucede que pocos pueden acceder a ellas: es el caso de la guitarra que Kurt Cobain (por entonces, de 26 años) utilizó en 1993 para grabar el MTV Unplugged de Nirvana en Nueva York: fue adquirido por el magnate australiano Peter Freedman, fundador de RØDE Microphones. Pero no sólo eso: abonó por ella seis millones de dólares, lo que la acaba de convertir en la guitarra más cara de la historia.
Sucedió el fin de semana en Julien's Auctions, la boutique de licitación de Los Ángeles, California, que acaba de llevar a cabo su venta de "Íconos de la música", en la que se ofrecieron varias gemas. Aunque ninguna como ésta.
Cobain había comprado la guitarra, por cinco mil dólares, a principios de los noventa, en la legendaria Guitarra de Voltaje de Los Ángeles. En la subasta de horas atrás también se adquirieron otros artículos de la banda estadounidense, como un cartel del álbum “Nevermind”, la cámara, los negativos y las fotos firmadas de una sesión que realizaron para la revista "Spin" (alcanzó los 35.200 dólares) y varios pases VIP del grupo (vendidos por 512 dólares cada uno).
Hablamos de la guitarra Martin D-18E de 1959 utilizada por Cobain durante la noche en que su banda grabó el concierto "MTV Unplugged in New York" (disco que obtuvo un Grammy al Mejor Álbum de Música Alternativa), desarrollado en noviembre de 1993.
Si bien la oferta inicial era de 250 mil dólares, pocos creían que se iría por ese dinero. Sin embargo, ni los más optimistas tampoco soñaban que lograría un récord digno del Libro Guinness de los Récords Mundiales, al convertirse en la guitarra más cara de la historia.
De tal manera, la adquisición de Freedman superó a la Fender Stratocaster usada por David Gilmour, de Pink Floyd, vendida en 2019, durante una subasta para obras de calidad, por cuatro millones de dólares.
Al líder de Nirvana, la guitarra le había costado cinco mil dólares.
