La protagonista perfecta
“Es absurda la confianza que tuvo Pablo en mi casting para el rol”, recuerda Kristen Stewart (31). “Sin siquiera conversar conmigo o hacerme leer algo, sabía que podía hacerlo”, agrega conociendo el dato de que, según se comentaba, Larraín entendía que ella era la persona perfecta.
“Fue una tarea increíblemente ambiciosa. No deseaba ser alguien que le escapara al desafío. Trabajo como actriz hace mucho tiempo y quería ver si podía subir a la cima de la montaña, por así decirlo. Pensé: `Si no intentás hacer eso, ¿para qué sos actriz?’”, manifiesta la intérprete nacida en Los Ángeles, al tiempo que admite haber indagado minuciosamente en Diana Frances Spencer, incluso emprendiendo un meticuloso viaje hacia su alma.
“Cuando llegué a entenderla y construí una relación mediante todo lo que investigué, no pude creer lo fácil que fue amarla”, agrega quien entrenó con el coach William Conacher el dialecto de su personaje, para perfeccionar el acento de Lady Di.
"Una parte fundamental en el proceso de convertirme en ella –siente–… La observé y la escuché mucho y recuerdo que ciertas cosas que dijo me afectaron y generaron piel de gallina”, añade la actriz, que lleva 56 créditos como intérprete, desde su debut en Cumpleaños mutante (1999), pasando por La habitación del pánico (2002), las cinco partes de la saga Crepúsculo (de 2008 a 2012, donde encarnaba a Bella Swan), Café Society (2016, de Woody Allen) y Los ángeles de Charlie (2019).
“Tenía una forma de hablar informal pero a la vez increíblemente intensa que serenaba y era muy atractiva”, redondea el concepto.
“Me sentí fuera de control en ciertos períodos de mi vida y eso es un factor determinante en la de Diana… Debe haber sido consciente de que las personas siempre la estaban observando. Como yo viví eso, realmente sé lo que experimentó”
Kristen Stewart
Una princesa que no quiso ser reina
Afirma Pablo Larraín que realizar Jackie (2016; encarnada por Natalie Portman sobre la esposa del presidente estadounidense John Kennedy) lo hizo interesarse aún más descubrir y revelar las personalidades íntimas de mujeres que cambiaron el rostro del siglo veinte. “Tanto Diana como Jacqueline construyeron su identidad solas, no necesariamente en relación con los hombres que fueran sus esposos. Si bien lo hicieron de maneras muy diferentes, ambas entendieron cómo usar los medios de su tiempo para transmitir al mundo exterior ciertas versiones de sí mismas”, entiende el talentoso chileno.
Y avanza: “Todos crecimos entendiendo lo que es un cuento de hadas, pero Diana cambió para siempre el paradigma y ciertos los íconos idealizados que crea la cultura popular: es la historia de una princesa que no decidió convertirse en reina. Un cuento de hadas al revés. Siempre me sorprendió su decisión. Debe haber sido muy difícil tomarla. Y ésa es la esencia de la película. Quise explorar su proceso oscilando entre la duda y la determinación. Finalmente, apuesta por la libertad no solo para sí misma, sino, además, para sus hijos. Tal decisión definiría su legado: uno de honestidad y humanidad que, hasta el día de hoy, no tiene precedentes”.
¿Por qué se decidió por Kristen Stewart? “La forma en que respondió al guión y se acercó a Lady Di es muy linda de ver. Creó algo que deslumbra e intriga a la vez. Como realizador cinematográfico, cuando tienes a alguien que apenas con su mirada puede sostener el peso dramático y narrativo, tienes a la persona que te brindará lo que esperas. Lo de ella –concluye– es sin dudas una fuerza de la naturaleza”.
“Una buena relación entre la protagonista, la cámara y yo era fundamental para construir un personaje que todo el mundo cree que ya conoce. Kristen es una de las grandes actrices de la actualidad. Hoy está donde está porque posee algo relevante para el cine: el misterio. Y puede ser muy frágil y muy fuerte también, que es lo que necesitábamos. La combinación de esos elementos me hizo pensar en ella”
(Pablo Larraín, el director)
Su metamorfosis
“Nunca conocí a alguien con tantas fotografías como Diana. Podría haber continuado buscando interminablemente y no haber repetido una sola referencia”, confía Jacqueline Durran, la diseñadora de vestuario de Spencer. La iconografía del estilo de Lady Di fue uno de los aspectos que atrajo a la multipremiada profesional. Desde su primera reunión, una imagen le llamó la atención tanto a Durran como a Larraín: la de Diana con una falda escocesa blanca y negra y un jersey rojo de cuello alto mientras dejaba a sus hijos en el colegio. “Fue nuestro punto de partida para todo. Era un estilo poderoso para una mujer moderna”, subraya.
“Cuando vi por primera vez a Kristen con su vestuario, sentí que era más hermoso y maravilloso de lo que esperaba”, se suma Wakana Yoshihara, la peinadora y maquilladora de la cinta (porque se filmó en rollo, no digitalmente). “Pronto le pedí a Jacqueline que empezara a preparar su discurso para el Óscar”, entiende la profesional a cargo del diseño de la peluca que usaría Kristen.
A la misma Kristen le preocupaba que su actuación pudiera verse afectada por una mal confeccionada. “Pero –señala Stewart– Wakana tiene tanto talento, que la peluca resultó perfecta, incluso cuando estaba más floja o húmeda, lo cual resultaba fundamental, ya que hasta el peinado de Diana se convirtió en un símbolo”, remata feliz. Su imagen al mismo tiempo fue detalladamente acompañada por la recreación de aquellas joyas (collares, anillos y demás) que solía utilizar.
“A veinticinco años de su muerte es increíble cómo aumentó y aumentó el número de seguidores de la princesa, sin ningún signo de disminución. Incluso a nivel moda. Ella usaba casi todos los colores. Evitaba pocos. A la vez, siempre fue una versión más brillante que su entorno”
(Jacqueline Durran, diseñadora de vestuario de ‘Spencer’)
El principio del final
Anticipa la síntesis argumental que el matrimonio de la princesa y el príncipe se enfrió hace mucho tiempo y que, a pesar de que abundan los rumores de aventuras y un divorcio, se decreta la paz para la Navidad en Sandringham, propiedad vacacional de la reina Isabel II. Son los tiempos previos al accidente automovilístico que se llevara la vida de la británica el 31 de agosto de 1997, a los 36 años.
Timothy Spall (Major Alistair Gregory), Jack Farthing (Príncipe Carlos), Sean Harris (Darren) y Sally Hawkins (Maggie) acompañan a Kristen, que por su trabajo fue nominada al Oscar junto a Penélope Cruz (Madres pararelas), Olivia Colman (La hija oscura), Nicole Kidman (Bjing The Ricardos) y Jessica Chastain (Los ojos de Tammy Faye).
Escrito por Steven Knight y musicalizado por Jonny Greenwood (guitarrista de la influyente banda Radiohead, que le imprimió dos tipos de sonidos: uno más barroco, que podría asociarse con la familia real, y jazz, más lúdico), Spencer dura 111 minutos, está producido por Komplizen, Fabula (de los hermanos Pablo y Juan de Dios Larraín) y Shoebox Films, en asociación con FilmNation Entertainment.
Se rodó entre enero y marzo de 2021 en Reino Unido y Alemania. Con la intención de evitar la atención de los medios, se escogieron dos locaciones de Schlosshotel Kronberg, para la mayoría de las escenas que transcurren dentro de Sandringham, y Schloss Nordkirchen, para los exteriores y algunas tomas interiores restantes.
“Desde el momento en que comienza la película, entran en juego las expectativas de la gente sobre un largometraje basado en un tema tan salaz como la decisión de Diana de dejar la familia real. Se trata de una historia de supervivencia. Es una mujer que se empieza ahogar, llega a la orilla y logra tomar una primera bocanada de aire. Cuando termina, no sabrás nada más sobre ella como mujer. La película sufre una pérdida increíble cuando termina”
(Kristen Stewart)
Fotos: Cortesía de Pablo Larraín y Frederic Batier, y Archivo Grupo Atlántida
