Juan Palomino, el ‘Maradona’ de los excesos: cuántos kilos debió aumentar para la serie y cómo fue vivir en carne propia no conseguir talle de ropa – GENTE Online
 

Juan Palomino, el 'Maradona' de los excesos: cuántos kilos debió aumentar para la serie y cómo fue vivir en carne propia no conseguir talle de ropa

Palomino acordó con BTF Media y Amazon para Sueño Bendito le consultaron si podía aumentar de peso. Al ser seleccionado comenzó una dieta con un médico y nutricionista. 
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A un año de su muerte, el 25 de noviembre de 2020, Diego Armando Maradona sigue vigente entre los argentinos y entre los seguidores que se reparten por todo el mundo, quienes han dado su respaldo a la serie de Amazon Prime Video titulada “Maradona. Sueño Bendito”, donde el “Pelusa” es interpretado por cuatro actores que abarcan toda su existencia.

Jorge Cruz (niñez), Nicolás Goldschmidt (adolescencia), Nazareno Casero (en su esplendor futbolístico) y Juan Palomino (en su etapa adulta), son los actores que se ponen en la piel del “Diego”, en una producción que ha sido vista ya en más de 240 países del mundo.

Juan Palomino, el Maradona más controversial por sus excesos, desvela los entresijos de este histórico personaje, sus bondades y sus peculiaridades, y el contexto en el que el “Diego” se crió y se movió. Palomino, nacido en La Plata hace 60 años, argumenta que “es difícil estar en la piel de Maradona”. Según información que circuló, Palomino aumento más de 20 kilos para interpretar a Maradona.

Palomino muestra su satisfacción por el resultado: “haber hecho un trabajo que pueda ser valorado por los mismos argentinos, por los maradonianos, por periodistas, por colegas que sienten que uno se ha puesto al servicio del personaje”. El actor argentino insiste en que su interpretación “no fue una imitación”.

-¿Qué ha supuesto en su dar vida a Diego Armando Maradona?.
-Un gran desafío y una gran responsabilidad, porque es uno de los personajes y personas más representativas de Argentina y del mundo. Empecé cuando tenía 58 años y lo terminé con 59, fue un recorrido espacial de tiempo.

Palomino: "El desafío era no imitar a Maradona" .

-¿Cuál fue el elemento más complejo a la hora de hacer el papel?.
-El desafío principal era, por supuesto, no imitar a Maradona sino encontrar puntos de contacto con ese universo y exponerlo de la manera más honesta, con mucha convicción y a flor de piel. Es difícil estar en ese `cuero´. Los demonios, los logros, los fracasos, los abandonos, la irreverencia, la “locura” y la soledad fueron ejes fundamentales para la construcción de un personaje que todo el mundo conoce, que sabe cuánto calza, cuánto miden sus muslos, sus pantorrillas, sus pectorales, qué se ponía, qué no, qué frases dijo y qué frases no. Fue todo un trabajo de investigación exterior e interna.

-¿Ha tenido que hacer muchos sacrificios para ponerse en la piel del “Pelusa”?.
-Uno de los detalles más importantes fue aumentar de peso, que obviamente fue un acuerdo, nadie obligó a nadie. Cuando fui al casting me preguntaron si estaba dispuesto a engordar, dije que sí y, una vez que estuve confirmado, empezó todo un trabajo con un nutricionista, un médico y muchos controles.

-¿Cómo se recibió este cambio en su vida normal, con los suyos?.
- Lo más difícil de ese proceso fue la mirada de los otros, de los que me conocían con un peso determinado y, de repente, vieron que me estaba transformando en otra cosa. Esto hizo que muchas personas a las que no podía decirles porqué estaba aumentando de peso, decían barbaridades como “te comiste un tiranosaurio rex”, “eras tan lindo Palomino y mira en lo que te convertiste” y otras frases por el estilo.

-Desde luego debió ser muy complicado…
-Sí, porque otro de los problemas fue encontrar ropa y vivir en carne propia lo que significa aumentar de peso, con los pectorales convertidos en tetas, con el abdomen convertido en una linda panza. Hay muchas personas que son miradas de soslayo por no poder mantener ese canon de medida que el sistema exige.

Juan Palomino, en su papel de Diego Armando Maradona, de quien se cumple el primer aniversario de su muerte. FOTO CEDIDA POR THE REMAKE.

-¿Tuvo ocasión de conocer a Maradona?.
-No, no tuve el privilegio, ni la experiencia de cruzarme alguna vez con él. Pero creo que tenía que ser así, ¿no? Fantaseé con la posibilidad de que sonara el teléfono y del otro lado apareciera la voz de Maradona, pero no fue así y creo que me sirvió para no sentir la presión. Ya era suficiente presión hacerse cargo de este personaje ante la mirada de los otros, como también haber tenido la del protagonista de esta historia.

-Usted interpreta la última etapa de Maradona, el Diego adulto, enfermo y polémico. ¿Qué valoración hace de este Maradona?.
-Creo que la adultez de Maradona tiene que ver con una resultante de toda su vida, de esa actitud que tuvo frente a lo que le tocó vivir. Un hombre que viene de un lugar muy humilde, atravesado por distintas situaciones históricas, económicas, políticas y sociales.

-Un hombre que vivió un tiempo complicado en Argentina… .
- Efectivamente, con democracias golpeadas y dictaduras más o menos sangrientas, pero represivas todas ellas. La última, la más sangrienta de todas, con desaparecidos y el terrorismo de Estado. Maradona es la resultante de esa época. No creo en biografías que no estén contextualizadas en el momento político que le tocó vivir a los personajes. Intento encontrar un punto de apoyo en el que la soledad de Diego ha sido elocuente a sus últimos años.

-¿Ha llegado a entender las dos “vidas” de Maradona, el genial futbolista y el polémico ciudadano?.

-Las dos vidas de Maradona es una sola. El genial futbolista es un deportista y, como todo deportista, se manifiesta de una forma. Por ejemplo, Muhammad Ali no dudó en tomar decisiones y ponerse a favor de sus convicciones y no ir a la guerra de Vietnam le costó su título y la cárcel. En el caso de Maradona fue plantarse ante los poderes, en este caso la FIFA, cuando en el Mundial ’86 jugaban con 44 grados de temperatura en el verano mexicano. Mientras los dirigentes comían caviar y tomaban champagne, los jugadores se exponían a las altas temperaturas.

-¿Qué es para usted entonces Maradona?.
-Para mí es una síntesis de la argentinidad y del argentino, por más que muchos se muestren distantes por su vida privada en la cual no me interesa profundizar porque es producto de muchas cosas. Maradona, en esas dos vidas, tiene una convicción que fue querer y creer que estaba parado en el lugar que tenía que estar. Es el punto intermedio que define nuestra identidad y la síntesis de dos extremos: por un lado el Papa Francisco, referente de la Iglesia Católica y, por otro, Ernesto "Ché" Guevara, el revolucionario. En el medio, Diego Armando Maradona, quien desde el deporte supo construir una identidad que nos refiere a nosotros.

Juan Palomino caracterizado de Diego Armando Maradona. FOTO CEDIDA POR THE REMAKE.

Palomino y la dificultar de ser Maradona

-En algún momento del rodaje, ¿sintió que era el personaje a quien da vida?.
-Es muy, pero muy difícil sentir que uno es Maradona. Uno puede jugar a ser Maradona, hay que vivir esa vida y estar en ese cuero. He tenido respuestas de los técnicos en Uruguay que me dijeron “gracias por habernos hecho vivir un momento maradoniano” y eso fue un gran piropo.
O, por ejemplo Julieta Cardinali (actriz de interpreta el papel de Claudia Villafañe), en una escena, me dijo “te miré y te transformaste”. Yo no me he dado cuenta de eso, creo que nunca me sentí Maradona. Siempre sentí que estaba prestando algo mínimo o lo máximo que me pasó en la vida, al servicio de esa historia de vida que representa Diego Armando Maradona.

-¿Le preocupa que sea conocido a partir de ahora como el actor que interpretó a Maradona más que por Juan Palomino?.
-No creo que sea una preocupación, son los gajes del oficio. Obviamente, mucha gente me dice ‘Diego’ ahora y lo considero un piropo. Estoy muy contento de haber hecho un trabajo que pueda ser valorado por los mismos argentinos, por los maradonianos, por los periodistas o por colegas que sienten que uno se ha puesto al servicio del personaje. No fue una imitación, era tener la mirada que he expuesto en la serie.

Juan Palomino digiere el éxito de la serie "Maradona. Sueño Bendito". FOTO CEDIDA POR THE REMAKE.

-Tras el papel de Maradona, ¿qué otro personaje le gustaría interpretar?.
-¡Qué difícil! Vendrán nuevos personajes. He tenido la suerte de representar a lo largo de mi carrera a Atahualpa, el último inca peruano; a Martín Fierro; a Bernardo de Monteagudo y a Manuel Dorrego. Me gustaría encarnar a San Martín en el exilio. Es una de mis frustraciones de niño, que nunca me eligieron para ser San Martín porque era “marrón” y no “blanco” como dicen los manuales.
Ahora estoy más tirado a la dirección, quiero hacer una película sobre el día en el que Anastasio Somoza fue ejecutado por un comando argentino en Paraguay y quiero contar esta historia dentro del cine. Acabo de estrenar una película llamada “Yo nena, yo princesa” sobre infancias transexuales, donde interpreto a un padre que le cuesta entender las necesidades de ese hijo que siente una niña. Estoy muy contento de que haya coincidido con el estreno de la serie de Diego. Veremos cómo avanzan las cosas. Los tiempos pasan, los personajes épicos quizás quedan atrás, pero siempre es bueno tener nuevos proyectos.

-Como curiosidad, ¿de qué equipo es usted y si vio jugar a Maradona en directo?.

-Soy simpatizante de equipos de fútbol que no están muy arriba en los campeonatos. He sido de Huracán, de Chacarita, de Gimnasia y Esgrima de la Plata, del Cienciano de Perú… pero no soy un fanático de los equipos. No he visto a Maradona jugar en vivo, he visto los goles que le hizo a los ingleses en 1986 y, a partir de ahí, me convertí en un atento observador de Diego. Reparé cuando llegó a Nápoles y lo convirtió en un equipo que llegó a ser campeón y le devolvió la autoestima y la elegancia a una zona de Italia que siempre fue mirada con desprecio.

Fuente: EFE

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