Joseph Jason Namakaeha Momoa (41) llegó a la popularidad en Game of Thrones como Khal Drogo y escaló a la cima del universo DC tras convertirse en Aquaman.
Pero un detalle que lo distingue –además de su 1.93 metro de estatura– es la gran cicatriz que luce en su cara a la altura de la ceja y que, según muchos, esconde una historia digna de película.
La cicatriz no se remonta a un accidente que tuvo en su infancia ni a una pelea adolescente, sino a un hecho que ocurrió cuando él iniciaba su carrera de actor en Baywatch con un papel menor. En una entrevista con Access Hollywood, él mismo contó: "Fue una locura. Un tipo rompió un vaso de cerveza en mi cara, y recibí más de 140 puntos".
"Eso sí, esta cicatriz me ayudó a conseguir mejores papeles y tiró por tierra mi apodo, ya que toda la vida me llamaron 'niño bonito'... Y bueno, digamos que ahora no es lo mío”, contó Jason Mamoa antes de revelar que él siempre sospechó que el hombre que lo atacó de la nada en el Bird Café de Hollywood estaba siendo iniciado en parte de una pandilla o algo del estilo.
Pero el brutal ataque no quedó impune. Su autor, Dominic Bando, fue encausado por "agresión con un arma letal" por el incidente, que requirió que Momoa recibiera cirugía reconstructiva en la cara. Terminó recibiendo una pena de cinco años de prisión (además de 15 puntos en la mano).
