Fede Bal, ya mucho más tranquilo después de lo que vivió en el último casi un año y medio, comenzó a ocuparse de su cuerpo. Durante el lapso mencionado se descuidó físicamente, por el estrés y los problemas de salud que atravesó. Aumentó casi 20 kilos y hace algunas semanas comenzó a entrenar para recuperar su peso ideal.
En una charla con GENTE, Fede aclaró que el principal cambio tiene que ver con los alimentos que ingiere: “No estoy haciendo ninguna dieta en particular, simplemente empecé a cuidarme un poco con las comidas, pero sin hacer dieta, o esas cosas. Dejé el alcohol, azúcar, las harinas, esas comidas que le hacen mal al organismo”.
Por otro lado, empezó un riguroso entrenamiento. En este sentido, para no aburrirse, eligió un deporte como el boxeo, que lo apasiona y lo hace sentir bien de ánimo. “Estoy entrenado todos los días, durante dos horas. Arranco a las 6 de la mañana, antes de empezar con la rutina y el trabajo”.
“Volví a mi amor por el boxeo y el entrenamiento tiene que ver con eso, con el mismo que hace un boxeador; salir a correr, saltar la soga, un poco de gimnasio, y de más”, remarcó sobre la actividad puntual que lleva a cabo.
Por otra parte, remarcó que está contento por ver los resultados en tan solo 3 semanas de haber comenzado con la actividad. “Bajé 5 kilos, estoy contento por eso, pero todavía falta para llegar a mi peso ideal. Para estar como en mi mejor momento me deben faltar 10, 12 kilos…yo creo que en un par de meses los voy a bajar”, cerró el actor.
Bal vivió algo más de un año con altibajos emocionales. Sin embargo, fiel a su estilo, le puso el pecho a la cuestión y salió adelante ante las adversidades que le planteó la vida. Todo comenzó durante el verano 2020, cuando luego de un estudio, le detectaron que tenía cáncer. A los pocos meses, cuando tenía que empezar con el tratamiento, se decretó la cuarentena por el coronavirus y todo se hizo más cuesta arriba.
Por ser paciente de riesgo, vivió todo este proceso solo, en su casa. Su único contacto con su mamá, Carmen Barbieri, era de pasada, a través de una puerta de vidrio, cuando volvía de realizarse los rayos. En el medio, aún lloraba la muerte de su padre, Santiago Bal, en diciembre de 2019. Fueron meses complejos hasta que en julio, los estudios le dieron que ya estaba curado. ¡Un gran alivio!
Sin embargo, los contratiempos continuaron. Una vez más la incertidumbre. Este año lo arrancó con la internación de Carmen y todo lo que trajo acarreado. La copocómica estuvo en terapia intensiva, no la pasó bien, y todo eso repercutió en Fede. Su cuerpo le pasó factura, pero ya está en proceso, para recuperar su ideal, no solo por lo estético, sino por salud.
