Wanda Nara tiene la particularidad de generar amores y odios. Por su manera de ser, por cómo se muestra en sus redes sociales, sus 7.4 millones de seguidores en Instagram cambian de opinión sobre ella de acuerdo a lo que haga o deje de hacer. Tiene un estilo, una marca registrada, y de allí no la mueven los comentarios.
En las últimas horas, Wanda compartió una foto con un langostino, a punto de cocinarlo para comérselo. A la selfie le agregó la frase: “Mi almuerzo”. Eso alcanzó para que inmediatamente los fanáticos salieran a repudiar la imagen y criticar su actitud. A la gran mayoría de los que se hicieron presentes no les gustó nada.
El repudio fue generalizado y se lo hicieron saber: “Reina, no me digas que te comés eso, no me decepciones”; “Te re banco en todas, pero a los animales dejémolos en sus hábitat”; “Te amo, pero ya es hora de que dejemos de ver a los animales como objetos”, fueron parte de los mensajes direccionados hacia el mismo lugar.
El crustáceo es uno de los más consumidos en gran parte de Europa. La mayoría, más allá del sabor, lo desea por su gran aporte proteico y sus bajas calorías. Si bien es un producto costoso, los que pueden suelen hacer una dieta basada en langostinos.
Más allá de lo que se generó, sobre todo de los que luchan por los derechos de los animales, Nara suele mostrar la cantidad de mascotas de todo tipo que tienen en su casa. A sus hijos les gustan y lo hizo saber días atrás: “Tenemos conejos, gallinas, perros caballos, patos. No me acuerdo más. Y de todo en cantidad. Francesca, si pudiera, me convierte la casa en una granja”.
