“HAGAS LO QUE HAGAS, ¡DIVERTITE!”
También conocido como Taika Cohen, nació el 16 de agosto de 1975 en Wellington, bajo el nombre de Taika David Waititi). Sus créditos en las pantallas grandes y chicas incluyen 41 participaciones como actor (desde Scarfies en 1999), 26 como director y 25 como escritor (desde su cortometraje John & Pogo –2002–), y 18 como productor (desde Heinous Crime, en 2004, cuando también fue nominado al Oscar por su corto Two Cars, One Night). Boy, allá por 2010, lo transformó en el realizador más taquillero de su país. Celebridad de Nueva Zelanda a partir del tono de sus trabajos y las emociones que despiertan (se lo considera creador del género “cine triste pero feliz”), el falso documental What We Do in the Shadow, de 2014, lo catapultó al firmamento internacional.
Durante una conferencia TED, en Doha, Qatar, reveló algunos de sus secretos. “Hagas lo que hagas, ¡divertite! Es crucial, sea cual fuere la tarea que prefieras. No dejes que los procesos te arrastren a una rutina de tareas grises que no te apasionen. Divertirse es el único modo de acceder a la mejor versión tuya. ¿Miedo al fracaso? El fracaso es combustible para la creatividad. Leyendo malos libros, viendo malos filmes, equivocándote, aprendés qué no debés hacer. Nunca fue mi plan convertirme en director de películas, y asumo que varios de aquellos ‘fracasos’ colaboraron para que finalmente me transformara en un realizador”, argumentaba entonces. En 2016 estrenó Hunt for the Wilderpeople, con Sam Neill, paso previo a que Marvel posara su atención en él.
¿Qué me motivó a calzarme, en la ficción, las ropas del Führer, amigo imaginario de aquel niño alemán afiliado a las Juventudes Hitlerianas, antes de que finalice la Segunda Guerra Mundial? La certeza de que, si fichaba a una estrella para el papel de Adolf Hitler distraería al público del mensaje real, el que condena aquel aberrante capítulo de la historia que pretendí contar en ‘Jojo Rabbit‘, una película que marcó mi carrera para siempre.
“MI TRABAJO ES EXPRESARME…”
“… compartir mis ideas y mi punto de vista. La materia prima de uno es su esencia, lo más valioso que posee”, entiende quien estudió en la Universidad Victoria de Wellington, y en 2019 brilló en dos ocasiones delante y detrás de la cámara. Primero, con Jojo Rabbit, el drama disfrazado de sátira en el que encarnó al Führer, y mediante el cual logró cinco nominaciones al Oscar y una estatuilla, la de Guión adaptado, que repitió en los Premios de la British Academy Film Awards (donde se lo puede ver junto al multiaclamado Joaquin Phoenix). Y en segundo término, con el octavo capítulo de la serie The Mandalorian, de Disney+, donde además le aportó impronta y voz a IG-11, un droide caza-recompensas determinante en el epílogo de la primera temporada.
El fracaso es combustible para la creatividad. Leyendo malos libros, viendo malos filmes, equivocándote, aprendés qué no debés hacer. Nunca fue mi plan convertirme en director de películas, y asumo que varios de aquellos ‘fracasos’ colaboraron para que finalmente me transformara en un realizador…
“EXPLORÁ TU OBSESIÓN Y USALA A TU FAVOR”
El cáncer de mama de su madre, Freddie Mercury, la Capilla Sixtina, Robocop, Charles Chaplin y claro, la figura de Hitler, “son obsesiones que me movilizaron profesionalmente”, admite Waititi. “Hoy en día la obsesión parece tener una connotación negativa, pero en ella siempre he encontrado mi inspiración creativa”, redobla la apuesta. “Más que temerle –sugiere–, explorá tu obsesión. Entendela, transformala en ideas, abrazala y usala a tu favor, porque puede ser tu mejor aliada”, aconseja. Casado desde 2011 con la productora Chelsea Winstanley –de 45 años–, crían a dos hijas, Te Hinekahu –de 9– y Matewa Kiritapu –de 5–, que parecen seguir los artísticos pasos del padre, asimismo notable dibujante y pintor. De su fervor por el arte y la cultura en las diversas expresiones pueden dar fe los regalos que recibe en cada cumpleaños:
Por Leonardo Ibáñez
Retoque digital: Gustavo Ramírez
Fotos: EFE, Archivo Grupo Atlántida e Instagram de T.W.
