Tras conquistar el ranking de lo más visto estas últimas semanas, el nuevo thriller psicológico de Netflix, El Silencio, ha captado la atención de toda la audiencia al recordar el escalofriante caso del parricida de 15 años en España.
Es que, la ficción española protagonizada por Aron Piper, se basa en un parricidio cometido por un adolescente de 15 años, quien asesina a sus padres a sangre fría. Variables que coinciden con algunas características del crimen de Santiago, el parricida de la PlayStation, que fue noticia internacional.
En tal sentido, GENTE realiza un análisis del caso de Alicante y el de la serie, para señalar sus similitudes y diferencias. Análisis que nos demuestra que muchas veces la realidad puede superar a la ficción.
Spoiler Alert: advertimos que en el análisis se puede llegar a spoilear algunas partes de la serie.
Similitudes y diferencias de la serie con el parricida de la PlayStation
Entre las principales variables que asemeja la narrativa de la serie con el caso del parricida de Alicante, se encuentra el hecho de que ambos parricidas eran menores de edad -15 años-, y que asesinan a sangre fría a sus padres.
Aunque, a diferencia del caso real, Sergio Ciscar (Aron Piper) solo mata a sus padres y no así a su hermana adoptiva Noa (Irene Virgüez), como sí lo hizo Santiago, el español de 15 años que mató a toda su familia a escopetazos: su madre, su padre y a su hermano, Gonzalo, de diez.
Sobre esa línea, si bien, en El Silencio el parricida mata a sus padres lanzándolos por el balcón, coincide con el parricidio de Alicante, en que el crimen se origina sorpresivamente una noche cualquiera, de la nada. Dos asesinatos que no fueron premeditados.
Otra diferencia clave entre las dos historias, es que una termina siendo más sanguinaria que la otra, y no es precisamente la historia creada por Aitor Gabilondo, reconocido guionista que cuenta con Patria entre sus últimos proyectos destacados.
Es que, tal y como narró, cronológicamente, lo hechos, Santiago, el parricida de 15 años, no sólo asesinó a su familia, sino que disfrutó de tres días de ocio en su casa, hasta que los allegados de la familia dieron aviso a las autoridades sobre las desapariciones.
Asimismo, el adolescente se jactó del crimen que cometió y no tuvo problema alguno en contar con lujo de detalles cómo asesinó a sus padres, ni de revelar por qué lo hizo. Mientras que el parricidio de Netflix se basa en el silencio absoluto al que se llamó el culpable -seis años-. Además de dejar ver que el personaje no tenía intención alguna de limpiar la escena del crimen, como sí lo hizo Santiago, el parricida de Alicante.
Para concluir, tal y como se señaló al principio, podemos deducir que, aunque con algunas similitudes notorias y escalofriantes, el crimen cometido por el "parricida de la PlayStation" es digno de contar con su propia serie, la cual presentaría, seguramente, una narrativa de fondo mucho más compleja y sanguinaria, que la ficción del "asesino de los balcones".
Crónica del parricida de 15 años de Alicante
Luego de discutir con su madre y tras cometer los ataques con una escopeta de caza de su padre. “A partir de ahora vas a trabajar al bancal (al campo) con tu padre”, habría sido el detonante de la actitud del joven, además de haberle prohibido acceder al wifi ni usar el ordenador ni jugar con la PlayStation.
En ese sentido, el parricida subió a su habitación. Tras meditar un rato, decidió buscar la escopeta de caza de su padre. Y desató su ira. Primero disparó contra la madre. Un tiro por la espalda y otro para rematarla. Después salió detrás de su hermano, Gonzalo, de 10 años, que trataba de escapar. Dos tiros mortales. Lo mató por temor a que lo “delatara”, dijo. Después llevó los dos cadáveres al cobertizo que hay junto a la casa.
Asimismo, luego de esperar entre cuatro y cinco horas a que su padre llegara a casa del trabajo, Santiago, al oír el motor del coche, aguardó detrás de la puerta de la cocina y cuando Jaime, de 50 años, entró, su hijo le disparó: el tiro impactando contra la mandíbula.
Según su relato, el hombre quedó malherido, pero alcanzó a su hijo y le arrebató el arma, la dejó en el pasillo y se dirigió hacia el baño. “Pero, ¿qué has hecho?”, señala el informe policial, sobre las últimas palabras de Jaime hacia su hijo Santiago.
Y detallan:"Sin embargo, Santiago volvió a agarrar la escopeta y le disparó dos veces a Jaime, que quedó tendido sobre el suelo del baño". Respecto al motivo que tuvo, el adolescente declaró: "Lo mató porque sabía que se iba a enojar".
En ese marco, luego de haber cometido el triple crimen, Santiago empezó a construir una gran mentira para que el entorno de su familia no sospechara nada. En ese caso, el parricida tomó el teléfono móvil de su padre y envió un mensaje de WhatsApp al jefe. Para decirle que tenía Covid y que no iba a ir a trabajar al día siguiente. Después trasladó el cadáver al cobertizo, con los otros dos.
