La duquesa de Sussex se refirió a la discriminación racial como parte de la campaña Won't Stand For y mencionó su experiencia familiar.
Meghan Markle (38) participó en 2012 en una campaña sobre el racismo y en medio de las protestas en EEUU, su testimonio ha vuelto a resurgir.
Antes de casarse con el Príncipe Harry (35) la actriz habló sobre la discriminación como parte de la campaña Won't Stand For.
"Soy birracial. Mucha gente no puede identificar la mezcla de razas que soy y durante gran parte de mi vida me he sentido como una mosca en la pared", dijo. "Y algunos de los insultos que he escuchado —o los chistes muy ofensivos o los apodos— me han afectado fuertemente."
También contó que su mamá Doria Ragland sufrió discriminación por su color de piel "Hace unos años escuché a alguien llamar a mi madre n....," dice sobre lo grave que es ese insulto en inglés y afirmó sentirse personalmente afectada sobre el racismo.
"Algunas personas me miran y no me ven como una mujer negra o birracial", afirmó lamentando que muchas personas sufren rechazo de la sociedad solamente por el color de su piel o por su raza y se lamenta que en EE.UU aún exista el racismo.
Meghan recordó a su abuelo materno, cuando se mudó con su familia de Cleveland a Los Ángeles hace décadas, al viajar manejando tenía que parar a comer y se veía forzado a entrar por la parte de atrás del restaurante o local que visitaba por ser de raza negra.
“Pensé que eso era algo que había quedado en el pasado, pero lamentablemente no es así" comentó apenada.
Durante una visita a Sudáfrica el otoño pasado, Markle se identificó ante un grupo de sudafricanos, como una "mujer de color" que se sentía "como su hermana".
Meghan también mandó un poderoso mensaje hace días a los alumnos de su antiguo colegio “Ahora ustedes van a usar su voz más fuerte, van a votar” y pidió liderazgo con empatía para poder lograr el cambio social en los Estados Unidos.
