Mar Tarrés comparó su foto de hace diez años con una actual y dejó un mensaje lapidario: “Si tenés que cambiar de cuerpo para ser aceptada, ¡el problema es tu entorno social!” – GENTE Online
 

Mar Tarrés comparó su foto de hace diez años con una actual y dejó un mensaje lapidario: “Si tenés que cambiar de cuerpo para ser aceptada, ¡el problema es tu entorno social!”

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Con 826 mil seguidores en Instagram, la actriz, comediante, productora e influencer de moda plus size posteó dos imágenes suyas y se expresó a pura sinceridad: "Ustedes ven en la foto del 2010 a una mujer delgada con un cuerpo aceptable, pero yo veo a una mujer triste...".

“¡No todo antes y después es más feliz!”, acudió a las publicidades que históricamente venden las bondades de hacer o someterse a tal o cual cosa en busca de la plenitud. Y acto seguido, la influencer y actriz Mar Tarrés (31) posteó una foto propia de hace una década y la comparó con otra de 2020, para escribir en su cuenta de Instagram:

“Ustedes ven en la foto del 2010 a una mujer delgada con un cuerpo aceptable, pero yo veo una mujer triste, insegura, que lo único que quería era ser flaca para ser aceptada, amada y gustada. Por eso me sometí a tratamientos rigurosos e insostenibles para bajar de peso. No bajé por mi salud, bajé para no ser más burlada y para gustarles a los hombres, que jamás se hubieran fijado en mí, por ser gorda, inició, y agregó casi sin tomar aire:

La imagen que la salteña subió a su cuenta de Instagram.

“Esa mujer jamás se hubiera sacado una foto en la playa sin cubrirse su cuerpo, porque a pesar de estar delgada las inseguridades la seguían fastidiando. Su ideal de belleza era inalcanzable; por lo tanto, por más que intentara mil tratamientos, nunca iba a verse como las modelos de revistas y eso le generaba más inseguridad aún. Ella nunca llegaría a ser como las demás!”, culminó la frase, cambiando de década…

“En 2020, en la foto que seguro muchos van a criticar, yo veo a una mujer feliz, plena, que a pesar de todas las adversidades se propuso cumplir sus sueños, ser actriz, modelo, empresaria, y nada la pudo detener. Una mujer que aprendió a amarse sin importar la mirada de los demás. Que se valora , se respeta y ¡se hace respetar! Una mujer que no vive para gustarle a nadie más que a sí misma, que no espera la aprobación de los demás. Que hace el amor con la luz encendida, porque entendió que su cuerpo no la debe avergonzar, escribió. Para cerrar:

“Si tenés que cambiar de cuerpo para ser aceptada, entonces el problema no es tu cuerpo, ¡es tu entorno social! ¡Bajá de peso por vos y por tu salud, no por los demás!, se despidió Mariana (tal su nombre real), inspirándonos una simple pregunta: ¿Hace falta algún comentario o alcanza nomás con aplaudirla?

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