Las mujeres siempre son señaladas por diferentes características de sus cuerpos, ya sea mediante elogios o críticas. Y las famosas, acostumbradas a tener el ojo del público encima, también están hartas de esto.
El bodyshaming existe y todavía está normalizado hablar del cuerpo del otro. El dedo acusador en la vidriera de las redes sociales se siente más encima que nunca: ¿Qué es un defecto en un cuerpo que vive?
Ya lo dejó en claro Moria Casán, cuando este verano mostró su cuerpo al natural en una playa y fue duramente criticada. “¿Por qué no me envolvés en papel film, me pongo un slip chiquito y jugamos con el cuerpo para echar por tierra los prejuicios?", le propuso la diva a GENTE, en la producción que surgió después de los comentarios innecesarios.
Ni siquiera Moria, que durante décadas ostentó su cuerpo como ícono de la sensualidad argenta, le escapa a la dinámica del mundo. "Tápese, señora. Ubíquese como lo que es, una señora mayor", dijo una seguidora que la quiso adoctrinar, después de verla en bikini en la Playa Bristol. La one, orgullosa de sus indelebles curvas, acomodó los tantos con su lengua karateka: "Me amo. Tapate vos, imbécil. Qué gastás una picture en mí".
En la producción de fotos de GENTE, en donde se recreó una vieja portada de 2004, Moria dejó en claro cuál era su búsqueda: "No quiero tapar mi cuerpo, sino exponerlo, que quede algo armonioso y, si podemos, que sea sin retoques para jugar con la verdad", pidió, redoblando la apuesta.
Madonna plantó su postura contra el bodyshaming
En esta misma línea, Madonna fue noticia esta semana después de presentar el show de Sam Smith y Kim Petras en los Premios Grammy. Se habló mucho del rostro de la cantante, y ella no se quedó callada ante los comentarios injustos que recibió sobre su cuerpo.
La diva se quejó de que nadie escuchó su discurso que, paradójicamente, señalaba que si en la industria de la música te marcan algo como incorrecto, "es que estás haciendo algo bueno". "Muchas personas eligieron hablar solamente de fotos de mi rostro, tomadas por un fotógrafo de prensa con un largo lente que distorsionaría el rostro de cualquiera”, dijo la cantante en el video que publicó junto a su descargo.
Y harta, disparó: “¡Una vez más estoy atrapado en las críticas por la edad y por la misoginia que impregna el mundo en el que vivimos! Un mundo que se niega a celebrar a las mujeres que han pasado los 45 años y siente la necesidad de castigarla si sigue siendo fuerte, trabajadora y aventurera”.
“Nunca me he disculpado por ninguna de las decisiones creativas que he tomado, ni por la forma en que me veo o visto y no voy a empezar ahora", adelantó. "Entiendo que todo esto es una prueba y estoy feliz de ser la pionera, para que todas las mujeres detrás de mí puedan tener un momento más fácil en los próximos años”, reflexionó.
No hay límites de edad para las críticas: el caso de Dominique Metzger y Julia Urtubey, la hija de Isabel Macedo
No solo atacan a las mujeres de más de 50 que deciden disfrutar de sus cuerpos, sino que es algo sucede con mujeres de cualquier edad, incluso con bebés. Así les pasó a Isabel Macedo y Juan Manuel Urtubey, que tuvieron que leer comentarios desubicados sobre el aspecto físico de su hija de 7 meses.
"Yo te amo. Para mí, sos perfecta. Hagamos esto: vamos a dejar pasar los comentarios negativos. Vamos a hacer de cuenta que no los leímos. Vamos a creer en un mundo MEJOR, lleno de gente buena, ¿dale? Porque la verdad es que para mí NUNCA el aspecto físico de alguien lo va a definir. Así es como las voy a educar. No nos tenemos que enojar. Hay cosas que es mejor dejar pasar", publicó la actriz en su descargo en Instagram.
En este contexto, Dominique Metzger los entrevistó y compartió con los televidentes las críticas que ella debe afrontar. “Tienen que saber que nosotros somos personas, tenemos nuestros días buenos y malos. Nos duele también”, señaló la conductora.
Unos días después, en diálogo con Socios del espectáculo, profundizó sobre su experiencia: "Cuando hay algo que me toca una fibra, yo respondo. Recibo comentarios que mezclan todo: tu imagen, tu trabajo, algo que interpretan que dijiste… entonces yo contesto. Nunca insulto ni trato mal porque es caer en la misma”, dijo, despegándose de esa actitud.
En Hollywood también pasa: Selena Gómez, Lizzo y Emma Thompson le dicen basta al bodyshaming
Durante la última ceremonia de los Premios Globo de Oro, muchos señalaron la apariencia de Selena Gómez, que lucía algo diferente de su última presencia en un evento público. Más tarde, debió plantar su postura durante un vivo de Instagram: "Estoy un poco grande ahora porque me divertí durante las vacaciones. Pero no nos importa", aseguró en complicidad con su hermana, que la acompañaba durante ese momento.
Lizzo es otra de las artistas que debe ir sorteando críticas alrededor de su cuerpo en cada paso que da. "He visto comentarios que van desde: 'Oh, Dios mío, me gustabas cuando eras delgada', '¿Por qué has adelgazado?', '¿por qué te has hecho una BBL?', 'Me gustaba tu cuerpo de antes'. Hasta: '¡Dios mío, qué grande estás! Tienes que adelgazar, ¡pero por tu salud!'", escribió en uno de sus posteos, en los que contó lo que tiene que leer.
"¿Estamos bien? ¿Te das cuenta del delirio? ¿Se dan cuenta de que los artistas no están aquí para encajar en vuestros cánones de belleza? Los artistas están aquí para hacer arte, y este cuerpo es arte", sentenció. La cantante no solo milita la diversidad de los cuerpos en las redes sociales, sino que también es la creadora de Yitty, su propia marca con todos los talles.
A la actriz consagrada Emma Thompson también le pasó: en una reciente entrevista con The Times reveló que a lo largo de su carrera le habían dicho repetidamente que no tenía "el tipo de cuerpo adecuado" para las escenas de sexo.
Los cánones de belleza en toda la industria son irreales, y la actriz no dudó en compartir su experiencia para que la audiencia pueda tener noción de cuánto pesa la mirada ajena, aunque cumplas con sus expectativas.
"En una entrevista que hice, el periodista escribió que había engordado mucho desde que aparecí en Fortunes of War, que mis piernas eran como troncos de árboles y que me dejé estar. Tenía 31 años y, francamente, ya no me moría de hambre. No creo que nadie sepa lo delgadas que son la mayoría de las actrices en la vida real. Se ven bastante... irreales", sentenció.
