El rapero canadiense mostró por primera vez su residencia de lujo en Toronto.
La descomunal construcción está levantada en piedra caliza, mármol, bronce y maderas exóticas según el diseño de Ferris Rafauli siguiendo indicaciones del propio rapero. “Como la estaba construyendo en mi ciudad natal, quería que la estructura se mantuviera firme durante 100 años. Quería que tuviera una escala y sensación monumental”. Desde luego, lo consiguió.
Aubrey Drake Graham, de 33 años, construyó su mansión con el único fin de pasar a la historia. Como él, hubo antes decenas y habrá otras tantas cuando deje de cantar. Pero mansiones así, posiblemente casi ninguna. Y él mismo le abrió las puertas a revista Architectural Digest.
Para su decoración, Drake no valoró la austeridad japonesa ni la funcionalidad escandinava, recurriendo a una bizarra mezcla de estilos que recuerdan la fusión de un gran casino de Las Vegas con el vestíbulo art decó del edificio Chrysler, escenas de la película Tron y el tono colorista del clip I Gotta Feelling, de Black Eyed Peas & David Guetta.
El dormitorio del artista ocupa 975 m2. El cabezal de la cama, con un espejo antiguo y cuero acanalado, dispone de un bar surtido de whisky añejo y champán en el reverso. Las mesitas de noche tienen incrustaciones de nácar y la ropa de cama incorpora un tapiz de colibríes de Alexander McQueen de The Rug Company.
Entre las extravagancias escogidas por Drake, a saber: una bañera de mármol negro de casi dos toneladas, una cancha de básquet reglamentaria de la NBA, un armario que se extiende por dos plantas y una araña de cristal de 20.000 piezas de cristal Swarovski tallada a mano. Naturalmente, la mansión cuenta con un estudio de música equipado con lo último en tecnología sonora.
