La actriz, que trabajó en más de veinticinco películas, anunció inesperadamante la noticia más triste: la muerte de KuKa, su mamá.
El 1º de junio, Mercedes Beatriz Morán (64) publicó en su cuenta de Instagram una foto de su mamá con auriculares en el geriátrico Serranía y escribió: "Esta foto de mi madre escuchando mi mensaje, donde le digo que la amo, me ayuda a comenzar el día... Gracias".
Y hace exactamente una semana subió a sus historias una foto de ella en su silla de ruedas, sonriente y con su cartera en la mano, como si estuviera lista para salir de paseo. Al publicarla sumó un corazón verde.
En aquel momento, este posteo fue entendido como un gesto tierno hacia la mujer que supo ser maestra rural, pero hoy su significado cambió. Sucede que esta tarde, Mercedes utilizó su cuenta de Twitter para decir: "Hoy se fue mi madre. Después de batallar contra el Covid 15 días, con 97 años. Mi agradecimiento eterno al personal médico del Hospital Italiano. Gracias también por todos los mensajes de amor".
Su dolor rápidamente llegó a sus compañeros. Darío Grandinetti le dijo: "Abrazo y besazo, querida"; Mex Urtizberea le envió: "Besos y abrazos"; Pablo Echarri tipeó: "Todo mi cariño para vos, Mey, y toda la familia en este momento tan triste"; Dalma Maradona le escribió: "¡Te abrazo!", y Florencia Bas –la mujer de Ricardo Darín– puso caritas tristes y le comentó: "Nada para decir, sólo mandarte un fuerte fuerte abrazo y acompañarte en este momento tan doloroso y complejo, con ganas de poder estar, ¡un beso grande, Mercedes querida!".
Por otra parte, sus seguidores no dudaron en enviarle "abrazos sanadores" y en decirle que "su mamá ahora es una estrella que la guiará siempre".
Y el posteo más especial, sin dudas, lo hizo su hija, la también actriz Mercedes Scápola (45), quien en Instagram le realizó un sentido posteo que dice: "Hoy falleció mi abuela Kuka... Después de muchos días de pelear contra el Covid... Abuela siempre voy a recordar todos los veranos en Córdoba dónde hacías las tortas caseras, los pucheros, las bay biscuit, dónde jugábamos a la generala y a la canasta en esa mesa hermosa y enorme y dónde el abuelo Goyo tendía el paño verde para jugar... La casa dónde me animé a tocar el piano sin saber nada y me armaste la pileta de Mickey en la terraza para que a la hora de la siesta suba a la terraza sin hacer ruido. Ayy!!! Cuánto me gustaba revisar todos los botones y los hilos que tenías en los cajoncitos de la máquina de coser... Voy a recordar cómo en cada cumpleaños me mandabas la torta casera por encomienda. Estos últimos años pudimos cuidarte de cerca. Descansa en paz, ¡te amamos!".
