Magdalena Espósito, madre de Lucio Dupuy, declaró durante 40 minutos por la violación y asesinato del niño de 5 años. La mujer aseguró que su hijo estaba conforme de estar con ella y que ambos tenian una linda vida.
“Yo sólo quiero aclarar que teníamos una vida normal. Lucio era un nene feliz y estaba contento de estar conmigo. Él quería estar conmigo porque ya había pasado un tiempo lejos mío y él me decía que quería estar conmigo”, aseguró.
La principal acusada habló del padre de Lucio y fue tajante: “La responsabilidad era de los dos. Tanto mía como madre y el cómo padre. Porque no lo hice sola a Lucio. Lo hicimos entre los dos. Él se desentendió siempre. Lo único que hizo fue pasar en algún momento la pensión alimentaria, pero a mí me pareció siempre importante que el estuviera presente”.
El día 2 de febrero será leído el veredicto final del caso. La fiscalía pidió que sean condenadas, la madre de Lucio y su pareja, a prisión perpetua por los delitos de homicidio agravado y abuso sexual.
La terrible confesión de la madrastra de Lucio Dupuy ante la justicia
En el marco de la última audiencia del juicio que busca penar a los culpables por el crimen de Lucio Dupuy, este viernes se quebró una de las acusadas y terminó dando terribles detalles de las últimas horas de vida del pequeño de cinco años.
Abigail Páez, que estaba en el banquillo de los acusados junto a Magdalena Espósito, la madre del niño, confesó que le pegó porque “se había mandado un moco”.
De acuerdo a lo que dijo, ese día llevó a Magdalena a su trabajo y regresó al hogar porque tenía que cuidar a Lucio. Era de noche, estaban los dos solos y cuando arribó a la propiedad vio al nene cometiendo una travesura y decidió pegarle.
“Cuando llegué a la casa, lo vi a Lucio que se estaba mandando un moco. No importa qué, porque no viene al caso. Entonces lo tomé del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí dónde la verdad, ni sé por qué tampoco”, manifestó en base al testimonio difundido en “América noticias”.
En ese momento rompió en llanto y agregó: “No le encuentro una explicación todavía. Sé que lo lastimé, me di cuenta en el momento e intenté remediarlo. Luego, lo alcé y lo llevé a la ducha porque pensé que iba a reaccionar. Él intentaba hablar, estaba consciente todavía. Se bañó parado. El me intentaba hablar, como para decir algo, pero no le salían las palabras”.
Más allá de esta confesión, la mujer no habló de los golpes, mordeduras, flagelaciones y signos de abuso sexual reiterado que presentaba el cuerpo del nene, según la autopsia.
En su relato, Páez minimizó todos los hechos y destacó que cuando lo estaba bañando estaba parado hasta que se fue “debilitando” hasta desmayarse.
“Lo tapé con su toallón y lo llevé a mi pieza. Después lo senté en la cama y me fui a buscar ropa a su pieza para cambiarlo, lo más rápido posible porque era una situación muy desesperante en la que no sabía cómo reaccionar, ni qué hacer para que se recompusiera”, recordó.
“Cuando voy a buscar ropa para cambiarlo, escucho un golpe y cuando vuelvo lo veo que estaba tirado en el piso, sin reacción. De cara al piso. Ni siquiera había apoyado las manos. Como si estuviese desmayado, no sé. Entonces yo por el mismo temor lo toqué con el pie para ver si reaccionaba y vi que no tenía respuesta de él, entonces me acerqué y lo di vuelta, lo puse boca arriba”, contó mientras seguía llorando.
