Tras una batalla legal que duró casi cinco años, el juez a cargo del juicio entre Angelina Jolie y Brad Pitt determinó que ambos tendrán la custodia compartida de cinco de sus seis hijos, Pax (17), Zahara (16), Shiloh (15) y los gemelos Vivienne y Knox (13). La excepción es Maddox, quien ya es mayor de edad.
Según reportan medios estadounidenses, el juez John Ouderkirk respaldó en un principio la custodia equitativa para cada uno de los progenitores en detrimento de la guarda exclusiva que pedía la actriz y filántropa.
Jolie hubiera querido que sus hijos pudieran declarar ante la justicia, detalle que podría haber inclinado la balanza a su favor. Claramente, sus testimonios sobre la violencia doméstica que ejerció Pitt en el pasado –y que admitió ser consecuencia de sus excesos con las drogas y el alcohol– podrían haber pesado en una resolución que hoy la actriz deberá acatar.
Cinco años después de que la actriz le pidiera el divorcio al padre de sus hijos, el juez tomó la decisión basado en testimonios del entorno de la familia y la de distintos profesionales que mantuvieron entrevistas con los niños.
"Ha habido un cambio significativo en los acuerdos para la custodia y se basan en una decisión extremadamente detallada tomada por el juez: Brad únicamente estaba tratando de pasar más tiempo con sus hijos y, sin embargo, lo que ha quedado claro es que ella Jolie ha hecho todo lo posible para evitarlo", aseguró una fuente en diálogo con Page Six.
La misma fuente agregó que "este juicio ha durado varios meses y ha tenido una gran cantidad de testigos, expertos, terapeutas y otras personas que han estado con los niños y alrededor de ellos". Jolie, quien cree que la justicia no está capacitada para lidiar con situaciones de abuso, el año pasado inició acciones legales para conseguir la destitución del juez que atiende el caso.
Esa demanda aún sigue en curso y podría significar un nuevo comienzo en su larga batalla. Además, tal como explicó la defensa de Angelina, el enojo de la actriz se fundamenta en que el juez habría ignorado deliberadamente un código legal del estado de California que "permite a los menores de entre 14 y 17 años testificar".
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