Un avión que sobrevuela la sala mientras el público se asombra y se conmueve en sus asientos. Un tren real que transita sobre rieles mientras recorre un camino lleno de pasiones, amores, ilusiones. Más de 50 artistas en escena que provocan el deleite de unos pocos testigos privilegiados que no pueden dejar de aplaudir. En total, dos horas de una obra que sin dudas va a quedar en la historia del teatro argentino.
Se viene la temporada 2022 y América Show enciende sus motores y pule los últimos detalles de lo que será el gran estreno previsto para el 28 de diciembre en el Mónaco Espace, el polideportivo más importante de la ciudad. Y estos últimos ensayos con invitados especiales, provocaron un impacto inesperado. En el fondo de la sala, sentado en una de las últimas butacas, Ángel Amadeo Carabajal (39) observa, corrige detalles, disfruta.
El hombre que primero soñó con ser un bailarín destacado de la Argentina, que luego recorrió el país y el mundo con sus presentaciones, hoy es uno de los productores teatral más importante de la Argentina. Y mientras observa su nueva creación, confiesa: “Ojalá que algún día podamos acercarnos a un show como los que se pueden ver en Broadway”.
Ángel Carabajal: el mendigo que se convirtió en Rey
La historia de Ángel podría ser un guion de una película de Disney. De esas que arrancan bien tristes pero que al final terminan con el protagonista triunfador, con un perro marrón gigante al que siempre le brilla el pelo, dos hijos divinos, y una mujer hermosa que cuando sonríe, parece haber sido sacada de una publicidad de pasta dental.
Si uno se aleja unos metros de Ángel y ve cómo le brillan los ojos cuando Melisa Bernardi (37) aparece en escena, entiende que fue esta historia de amor la que cambió su vida para siempre. El chico pobre, el negro del barrio humilde IPB, gracias a la danza se convirtió en El Gaucho y esa confianza le dio el valor necesario para ir a hablar con los papás de “la mejor y más linda bailarina del pueblo”, para que le permitieran ensayar juntos ocho horas por día de lunes a lunes.
Un año después, se transformaron en una de las mejores duplas de baile de la Argentina. Y aunque Ángel estaba “muerto de amor”, tardó un tiempo en confesárselo. El lugar indicado fue París, la ciudad más romántica del mundo. “En el 2006 nos fuimos a bailar por distintos países de Europa y mientras comíamos unos sándwiches de jamón debajo de la Torre Eiffel, le dije que estaba perdidamente enamorado de ella”, rememora hoy el productor.
Pasaron 16 años y esa mujer se convirtió en su esposa, en la mamá de sus dos hijos –Gino (14) y Felipe (9)–, en su productora ejecutiva, en el alma de todas sus obras. Hoy todos los Carabajal trabajan juntos en el espectáculo: Gino lo hace como asistente de producción mientras que Felipe es percusionista de rock. “Es hermoso tenerlos a todos como un equipo, eso lo disfruto muchísimo. Si bien en su tiempo libre juegan a la Play y hacen sus cosas, son dos chicos muy responsables que cuando está llegando la temporada preguntan solos qué tienen que hacer”, confiesa un papá baboso.
-¿Qué pasa por la cabeza de un productor cuando está a punto de estrenar una de las obras más importantes del país?
-Estamos entusiasmados e ilusionados. Tenemos la tranquilidad de saber que el año pasado ya hicimos esto y nos fue bien. Ahora decidimos mudarnos a la sala más grande que hay en la ciudad donde entran 600 personas sentadas, e hicimos una mega puesta en escena que va a sorprender a todos.
-¿Con qué se va a encontrar el público que vaya a verlos?
-Con una experiencia que los va a maravillar… Colores, olores, sensaciones, todo es increíble. El público no solo viene a ver una obra de teatro, está en presencia de un espectáculo que jamás imaginaron. Tenés la opción de venir, cenar, tomarte un buen trago como si estuvieras en un hotel en Las Vegas, y luego disfrutar de un show en el que trabajan más de cien personas.
-El año pasado arrasó con todos los premios, incluso se llevó el Carlos de Oro. ¿Es un desafío poner en juego la corona y tener que salir a la cancha a defender el título?
-¿Cómo le pasó a Maradona en Italia 90? (carcajadas). La verdad no lo siento como una responsabilidad. Los reconocimientos son bienvenidos porque nos dan prestigio. Pero el mejor premio de mi vida es que el público nos vuelva a elegir.
-¿Cuál es el mayor capital que tiene América Show?
-Que es una obra pensada y creada por nosotros. No es algo que compramos en el exterior. Arrancamos con Bien Argentino y ahora le sumamos distintos ritmos musicales de América. Como productor es un orgullo dirigir este espectáculo con gente tan talentosa.
-Estamos saliendo de una pandemia que todavía no sabemos cómo va a seguir. Inflación incontrolable, recesión, un dólar que superó los 200 pesos...: ¿Algo de esto no lo hizo dudar?
-Yo no sé jugar otro juego, es parte de mi historia. Desde que tengo uso de razón este país viene complicado y pareciera que cada vez vamos a estar peor. Pero esta es nuestra forma de vida y yo decido apostar, seguir creciendo. También soy un afortunado porque conseguí que una empresa como Sancor Seguros, apueste y banque la marca Ángel Carabajal. Con ese apoyo impresionante, animarse a nuevos desafíos es mucho más fácil.
-¿Es consciente que hizo de su nombre una marca registrada?
-No sé si una marca. Pero sí entiendo que la gente viene a Carlos Paz y dice “quiero ir a ver una obra de Ángel Carabajal”. Y muchas veces se confunden si es América Show, Veinticinco años de humor en concert, Bien Argentino, o Locos por el show; lo que afirman es “¡Vamos a verlo que este tipo que siempre se la juega y hace buenas cosas!” (carcajadas).
-¿Cómo se hace para llevar cuatro obras en simultaneo? ¿Cuál es el secreto?
-No sé exactamente cuál es el secreto… ¡No tengo la fórmula de la Coca Cola! (más risas). Sí te puedo decir que tengo mucha pasión por lo que hago y conseguí armar un equipo de trabajo increíble…
-Dentro de ese equipo está su mujer. Muchos afirman que es una mala decisión trabajar con su pareja. Sin embargo, usted lo viene haciendo hace 16 años. ¿Haberse casado con el amor de tu vida fue la clave?
-Melisa es lo más lindo que me pasó en la vida, esa bendición que Dios me regaló… No sé bien cómo explicártelo… De chico siempre soñaba con tener una familia normal. Como nunca la tuve, ahora que la conseguí, trato de cuidarla muchísimo. Y con Meli construimos un amor indestructible. Nada de lo que hice en la vida lo hubiese logrado si mi mujer no estuviese a mi lado.
