Este 5 de abril se cumplen 27 años de la muerte de Kurt Cobain, el cerebro y creador de Nirvana, que se quitó la vida en su casa en Seattle cuando sólo tenía, precisamente, 27 años de edad.
Al artista se lo considera uno de los padres del movimiento grunge, un subgénero del rock alternativo influido por el punk, surgido a finales de los 80'.
La etapa final de la tormentosa vida de Cobain estuvo marcada por las drogas y una espiral autodestructiva. Finalmente, el 5 de abril de 1994 se atrincheró en una habitación sobre el garaje de su casa en Seattle. Colocó un taburete contra la puerta y se encerró a escribir una carta de despedida.
Luego se inyectó tres dosis de heroína. Colocó en el suelo dos toallas, sacó su billetera y dejó a la vista su licencia de conducir, para que pudieran constatar su identidad. Se acomodó en el piso y apoyó sobre el pecho su escopeta calibre 20. El cañón apuntaba directo a su barbilla. Con el pulgar jaló el gatillo. Fue un solo y certero disparo. Nacía la leyenda.
Había formado Nirvana 9 años antes, junto con Krist Novoselic. En 1989 lanzaban el álbum Bleach y comenzaba la leyenda, aunque la cima les llegó con el mítico Nevermind de 1991. Un año antes de la muerte de Cobain publicaban In utero, un disco algo inferior que supuso su final, no sin antes ver la luz su popular directo MTV Unplugged in New York.
