Claves para elegir un buen colegio: especialistas en educación explican qué tener en cuenta en esta importante decisión – GENTE Online
 

Claves para elegir un buen colegio: especialistas en educación explican qué tener en cuenta en esta importante decisión

A mediados de año empieza la cuenta regresiva para todos los padres que quieren cambiar a sus hijos de colegio o anotarlos por primera vez en uno. La capacitadora y especialista en educación, Laura Lewin, brinda los puntos a tener en cuenta a la hora de dar con el mejor establecimiento para nuestros niños.
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Llega la segunda mitad del año y muchos padres se encaminan hacia la compleja tarea de buscar un colegio para sus hijos. En diversas ciudades del país, la oferta es limitada, pero en otras, es tanta, que algunos padres parecen perderse en el mar de escuelas, propuestas pedagógicas, planes educativos y recomendaciones de conocidos.

Es por eso que la especialista en educación, autora, capacitadora y oradora TEDx, Laura Lewin, brindó a Gente las claves a la hora de elegir el mejor centro educativo posible para los más pequeños.

El colegio ideal no existe

Lo primero que debemos comprender es que no existe el colegio perfecto. Es muy difícil que una institución reúna todas las características que nosotros queremos o necesitamos. Lo que sí tenemos que pensar es cuáles son los negociables y cuáles los no negociables: público o privado, grande o chico, laico o religioso, bilingüe o no, inglés u otro idioma, con énfasis en deportes, arte, música, cerca de casa o del trabajo, técnico o no, jornada completa o simple…

En fin, varias variables a considerar, que irán achicando el abanico de ofertas existentes, en función, obviamente, de dónde vivan. Como hemos dicho, no es lo mismo vivir en la ciudad, con multiplicidad de opciones, que en una localidad chica, con solo uno o dos colegios.

Cada hijo es diferente


Cada uno de nuestros hijos es único y diferente y en base a eso debemos pensar cuál es el colegio que mejor se adapte a su personalidad o necesidad. Un hermano puede tener diferentes necesidades que el otro, y muchas veces, muchas familias, por un tema lógico de logística, manda a todos los hermanos al mismo colegio. Esto es entendible, pero a veces hace que un chico no se sienta a gusto en un determinado colegio, o que no pueda desplegar todas sus potencialidades, simplemente porque no está en el ambiente adecuado para él. La pregunta es ¿qué necesita este hijo, independientemente de sus hermanos?

Diferentes propuestas


Si tenemos un hijo muy activo debemos ver si existe una institución con una alta carga deportiva. Si tengo expectativas que pueda ir a estudiar o vivir en el exterior, tal vez una fuerte carga idiomática. ¿Necesita mi hijo una pedagogía tradicional, o tal vez alguna pedagogía alternativa, ya sea Waldorf, Montessori, Pikler, Reggio Emilia, u otra? ¿Está federado en algún deporte y necesita entrenar o viajar? Tal vez necesite un colegio que pueda acomodar estas necesidades.

Si es muy habilidoso, o le gusta lo motriz, ¿por qué no considerar una escuela técnica, que tiene jornada extendida con talleres, que va a poder “hacer”, es decir ponerle el cuerpo al aprendizaje, con foco en lo técnico y salida laboral?


Además, es muy importante separar lo que yo, como adulto, necesité de chico, de lo que hoy necesita mi hijo o hija. Hay muchas familias que siguen la tradición de una misma institución; algunos, tal vez, buscan el factor aspiracional, es decir poder darles a sus hijos lo que ellos no pudimos tener o hacer, y lo proyectan en ellos: “quiero que tenga inglés desde chiquito, porque yo nunca pude aprender inglés”, por ejemplo. Cada hijo es único, como única debe ser su educación.

Y el tema económico, en las escuelas privadas, no es un tema menor. ¿Podremos afrontar este nivel de cuota en los próximos años?

Bilingüe o no

Cuántas veces escuchaste a alguien decir, “ojalá hubiese estudiado inglés de chico”.

Y sí, no es lo mismo aprender un idioma de chico, que de grande. Existen innumerables propuestas laborales en el exterior, para quienes hablen idiomas. Hablar idiomas (sí, idiomas, no un idioma) de manera fluida es la puerta de entrada a un sinfín de oportunidades. Si económicamente podés, la escuela bilingüe es una opción que les va permitir a los chicos decidir, el día de mañana, estudiar en el exterior, o inclusive conseguir ofertas laborales competitivas en otros lugares del mundo. Hoy, más que nunca, las fronteras se desdibujan y los chicos pueden, inclusive, trabajar para empresas en cualquier lugar del globo, desde sus casas. ¿por qué limitarlos por un tema de idiomas?

La distancia

Este no es un tema menor. Siempre que sea posible, tener un colegio cerca de casa nos permite no invertir tanto tiempo en traslados y que lo chicos no tengan que despertarse tan temprano, algo que sin dudas, impacta en el desempeño académico.


Si los chicos van a un colegio cerca de tu trabajo, lejos de tu casa, por un tema de necesidad de los adultos, ¿cómo nos manejamos cuando tengan un cumpleaños el fin de semana, o cuando tengan que encontrarse para estudiar o trabajar en grupos?

Cantidad de alumnos por aula

No es lo mismo un aula con 20 alumnos en donde tienen la oportunidad de intercambiar opiniones y tener una enseñanza más personalizada, que un salón con 35 alumnos. Existe una relación entre cantidad de alumnos y rendimiento escolar.

La infraestructura

Además del aspecto edilicio, como aulas, pasillos, baños, laboratorios, cafetería, patios, es importante pensar que los chicos van a estar muchas horas en ese edificio. ¿Está limpia la escuela, es agradable, hay luz, aire, colores, carteleras? ¿Cómo se ve, oye, siente la escuela?

La protección del tiempo

Hay padres que buscan la protección del tiempo, es decir colegios en donde no haya paros, que haya poco ausentismo por parte de los docentes, o que exista un plan para la ausencia docente. Esta es otra variable que algunas familias considerarán importante para que sus hijos tengan horas de clases garantizadas.

Proyecto educativo

Una vez que hemos elegido el tipo de escuela que buscamos, técnico, bilingüe, etc, debemos ver cuál es el proyecto educativo que más nos seduce. ¿Cómo es el proyecto pedagógico de la escuela, cuáles son las metodologías de enseñanza, trabajan por proyectos, de manera interdisciplinaria, cómo evalúan, qué importancia le dan a los socioemocional, realizan viajes de estudio, participan de torneos intercolegiales, nacionales, internacionales, cuál es el perfil de egresado?, etc.

Otro tema no menor es conocer los valores de la escuela, el ideario, la visión.

¿Cuál es el clima en la escuela? Cuidado: un clima negativo crea barreras que afectan el aprendizaje. ¿Existen situaciones de acoso escolar?, ¿cómo lo han manejado en el pasado, qué medidas preventivas toman?, ¿qué valor le dan a lo socioemocional?

Personalización


Y un tema no menor, es la personalización. ¿Tengo referencias del colegio? ¿Qué impresión me llevo de las entrevistas preliminares? ¿Conocen a los chicos, saben cómo se llaman, cómo está conformada la familia? ¿Existe algún tipo de seguimiento o acompañamiento para cuestiones pedagógicas o emocionales, si lo llegaran a necesitar? ¿Van a respetar su manera y tiempo para aprender? ¿Existe un equipo interdisciplinario que pueda acompañar a los chicos?

¿Quién elige el colegio, la familia o los chicos?

A veces los chicos piden ir a tal o cuál colegio porque va un amigo o por alguna otra razón. La elección “macro” de la escuela (tipo de escuela, por ejemplo) es una decisión muy importante que debería estar en manos de los adultos. La mirada adulta es clave para evaluar cuestiones que tal vez no estén al alcance de los chicos. Ahora, una vez que ya hemos elegido el tipo de escuela, y estamos entre dos posibles opciones que parecen ser las adecuadas, ahí sí, podría entrar la opinión de los chicos. Podrían ir a conocer la escuela, ver cómo se sienten, etc.

Aprender a separar el marketing de la verdadera propuesta educativa

Especialmente en los colegios privados, hay un departamento de admisiones especialmente entrenado para “vender”. Será importante hacer nuestro trabajo previo para no escuchar solamente lo que quieren que escuchemos.

Debemos ver la página web de la institución, meternos en las redes sociales para ver qué y cómo comunican, qué dicen las familias en esos intercambios, qué se ve del trabajo diario con los alumnos, etc.

En caso que fuese posible, hablar con otros padres y conocer su opinión acerca del colegio, sabiendo que es eso, “una opinión”, que puede, tal vez, reflejar sus propias impresiones pero que podrían ayudarnos a comprender la idiosincrasia del establecimiento.

Todo esto resulta importante para que cuando vayamos a la entrevista inicial, no estemos pasivos, simplemente absorbiendo lo que nos dicen, sino que podamos estar activos, preguntando y aclarando dudas, y que en vez de escuchar un monólogo del encargado de admisiones, podamos generar una conversación productiva que nos ayude a tomar la mejor decisión.

Cuidado con las recomendaciones

Que a una persona le fascine y esté encantada con el colegio de su hija, es subjetivo y no implica que esta escuela pueda servirle a mi hijo. Por eso, sí a las referencias, pero de varias personas, no de una, en lo posible, porque podría tener una mirada sesgada. Complementamos las opiniones o referencias navegando por la web de la escuela, entrando a las redes sociales y todo material que te ayude a comprender si están frente a la mejor decisión, en base a sus necesidades.

Los chicos dependen de nosotros, los adultos, para encontrar el mejor colegio para ellos. Y de eso se trata: no de encontrar el mejor colegio, sino de encontrar el mejor colegio para ellos.
Tratá, en la medida de tus posibilidades, de tomarte el tiempo para analizar las opciones. Empezá temprano para no quedarte sin vacantes y poder tomar una decisión informada.Intentemos elegir una institución que esté alineada con nuestras creencias, valores y necesidades, pero que además dé un profundo deseo de estar, en donde se hagan de amigos, en donde disfruten, en donde se sientan queridos, en donde puedan desplegar todo su potencial, pero que, por sobre todas las cosas, sean felices.

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