Una de las causas de mayor impacto en los accidentes viales es el uso del celular al volante. Según un informe de Luchemos por la Vida, desde el 2007 a la actualidad, se cuadriplicó su uso. Tal es así que de los 1.400.000 vehículos particulares que circulan por Buenos Aires diariamente, aproximadamente 240.800 conductores utilizan un celular mientras conducen.
Al hablar por teléfono mientras se maneja, aunque se use el modo manos libres, se pierde la capacidad de concentración necesaria para conducir y no se mantiene una velocidad constante ocasionando que la distancia de seguridad no sea suficiente con el vehículo que circula delante.
Por eso las investigaciones relativas a la seguridad vial han determinado que el uso del teléfono móvil es un factor que multiplica por cuatro el riesgo de sufrir accidentes.
Aunque no lo parezca a simple vista, conducir es en realidad una tarea cerebral compleja que involucra nuestra capacidad de reconocer y procesar información basada en lo que vemos, escuchamos y entendemos, para luego traducir esa información en una acción física: pisar el acelerador, dirigir y frenar.
Cada una de las acciones que quitan la vista del camino impactan en la capacidad del cerebro del conductor para concentrarse al volante. Como resultado, la persona pierde señales importantes y se enfrenta a peligros durante el trayecto, tiene una respuesta y tiempos de reacción más lentos, y es cuatro veces más propensa a estar involucrada en un accidente.
Cuando se utiliza un teléfono celular, los conductores pueden observar el entorno que los rodea, pero no pueden ver o procesar la mitad de la información, a esto se le llama “ceguera por falta de atención”. Desafortunadamente, las personas no se dan cuenta de que simplemente no están tan atentos como deberían.
A su vez, los estudios también muestran que el cerebro humano no es capaz de realizar múltiples tareas. Al intentar realizar dos tareas cognitivas al mismo tiempo, como conducir y hablar por teléfono, el cerebro realmente cambia de un lado a otro.
Hace esto tan rápido que parece que podemos realizarlas en simultáneo, pero esto en realidad disminuye nuestro enfoque, el nivel de atención y los procesos de toma de decisiones.
Si bien en nuestro país el uso del celular al volante está penado por la Ley de Tránsito 24.449, su uso se identifica como la causa más frecuente de distracción entre los conductores.
De acuerdo con un estudio llevado adelante por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), el porcentaje de distracción al volante a nivel nacional ha crecido, y según las últimas mediciones, es el uso del celular el que se lleva la mayor parte con un crecimiento del 27%.
