En algún momento de la próxima década veremos al primer Rolls-Royce eléctrico. Obviamente, la marca de lujo británica ya está trabajando en su desarrollo, pero todo en absoluto secreto. Por lo pronto hay que conformarse con saber su nombre: Rolls-Royce Silent Shadow.
Al igual que otras marcas, la mítica Rolls-Royce sabe que el futuro será electrificado, pero prefiere tomarse su tiempo y aprovechar al máximo la flexibilidad de las legislaciones de diversos países que indican que en 2030 los motores térmicos serán cosa del pasado.
Torsten Muller-Otvos, CEO de Rolls-Royce, confirmó que no habrá nada intermedio, como podría ser versiones híbridas. Es que según el ejecutivo, la electrificación encaja perfectamente en la política de la compañía. “Porque son coches silenciosos y poderosos. Esa es la razón por la que vamos a pasar directamente de la combustión a la electrificación”, aseguró.
Aunque poco se sabe del proyecto, se dice que el Rolls-Royce Silent Shadow utilizaría la plataforma del Phantom como base y se beneficiaría de la tecnología eléctrica de BMW con una batería de más de 100 kilovatios hora que le permitiría una autonomía superior a 500 kilómetros.
Vale aclarar que, en realidad, el Silent Shadow no será el primer modelo eléctrico de la compañía. Ese honor corresponde al Rolls-Royce 120EX Concept (video), que fue exhibido en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2011.
Basado sobre un Phantom estaba equipado con dos motores eléctricos con una potencia total de 395 caballos. Era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos y su velocidad máxima era de 160 km/h. La autonomía era de solo 200 kilómetros, poco para esta época, pero algo relevante hace una década.
