“¿Yo una diva…? ¡Si saco a pasear al perro en pantuflas!” – GENTE Online
 

“¿Yo una diva...? ¡Si saco a pasear al perro en pantuflas!”

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Hoy es la chica más linda de la tele. ¿Quién se atreve a negarlo al mirarla? Y también, la que tiene más rating: entre Casados con hijos y Alma pirata –ambas por Telefe– suma más de 40 puntos. No es poco, ¿no? Decíamos que belleza le sobra a esta chica que, desde los cinco años sabe qué es enfrentar a una cámara. Pero a sus ojos azules y sus 95-56-83 le agrega clases de canto, actuación –con Julio Chávez–, baile, inglés y saxo. “Me estoy preparando para ser una actriz completa”, define Luisana Lopilato (19), mientras saborea una tostada de pan negro con miel, siempre bajo la atenta mirada de Eduardo, su padre, que con un ojo mira el partido entre Lanús y River y con el otro lo que está sucediendo en la entrevista que tiene a su bonita hija como protagonista.

La charla arranca y Lu dice: “Acá me ves: estoy muerta. De lunes a viernes entro a las seis de la mañana y me voy a las diez de la noche. Pero me pone muy contenta hacer los dos programas. Me transmiten felicidad, me dan pilas. Además nos llevamos muy bien todos y nos divertimos trabajando. A veces nos dicen: ‘Chicos paren, ya es demasiado’”.

–¿Cómo vive este momento la chica a la que muchos ya definen como una “mina de oro” por belleza y éxito?
–Yo no me doy cuenta de todo lo que hago y genero. Lo que siempre trato es de no pensar demasiado y disfrutar de todo.

–¿Tiene tiempo de disfrutar este presente?
–Sí, sí, claro. Disfruto mucho y también hago otras cosas. Me gusta tocar el saxo –ya saco algunos temas completos–, estudio inglés, bailo, entreno. Deseo hacer una comedia musical. Claro que ahora me siento muy cómoda con el humor.

–¿Es consciente de que su futuro depende sólo de cuánta energía ponga para triunfar?
–Sí, pero por suerte la gente que me rodea no me hace sentir tanta responsabilidad. No vivo lo que me pasa como una presión. En mi casa no dicen: “Cuidado que ahí viene la más linda”. Somos tres hermanos y yo soy una más.

–Pero no puede negar que para el trabajo que usted hace la belleza suma… y bastante.
–Por suerte todavía no lo siento. Hago una vida bastante tranquila. Me visto sencilla, con jeans y una camisa. Hoy es domingo y mi papá me acompañó a hacer la producción de fotos. Todavía logro vivir como lo hacía tiempo atrás. No digo que sea chapada a la antigua, pero casi. Me gusta que me acompañen, porque no quiero estar sola. Entonces aprovecho y siempre pido que venga alguien conmigo.

–¿Es una carga ser la chica con más rating de la tele?
–No, al contrario, es una felicidad. Está buenísimo. Lo mejor que me puede pasar es que a la gente le guste mi trabajo. Y por Casados con hijos y Alma pirata el público me felicita. Eso me llena de orgullo y me da ganas de mejorar todo lo que pueda.

–¿Qué autocrítica se haría como actriz?
–Soy consciente de que estoy aprendiendo. Pero estoy conforme de cómo me va. Subo escaloncito por escaloncito. Me encantaría estudiar producción y dirección de cine.

–¿Y cómo es brillar en la tevé, pero seguir viviendo en Parque Chas, en la casa de sus padres, veraneando en Las Toninas y no en Punta del Este, como impone el fashion?
–Yo vivo como una chica más del barrio. Voy caminando a la casa de mis amigas o ellas vienen a la mía. Me escapo al kiosco en camisón. O saco a pasear a mi perro en pantuflas, como lo hice siempre. Cuando voy a buscar el auto al estacionamiento los vecinos me miran, porque salgo con jogging y colitas. O a veces agarro mi bici y me voy al gimnasio o a dar una vuelta. Lo hago para desenchufarme.

–¿Cómo la pasa con sus vecinos de Las Toninas en el verano?
–Voy desde chica, porque tenemos una casa familiar. Nos conocemos todos, pero más allá de tener la casa nos encanta ir para estar con los vecinos y los amigos de siempre.

–¿Cómo la tratan los hombres en la calle? ¿Es cierto que a menudo se pasan de vueltas con los elogios a sus curvas?
–Nunca voy exuberante por la calle. Y sé que llamo más la atención porque soy conocida. Si no, quizá nadie me miraría, o los piropos serían menos. En su mayoría, los hombres son respetuosos. Los de 17 a 20 son zarpaditos, igual que los mayores de 40. La franja que está en el medio es más romántica. Y seguro que les gusto porque soy una chica de barrio.

–¿En cuánto incide en su trabajo que Mariano Martínez, su novio, forme parte también del ambiente?
–Me gusta que me acompañe, lo mismo que mis padres estén siempre a mi lado. Hoy iban a venir mi mamá y mi sobrina, pero no se dio. Si hasta a veces llevo a mis amigas al canal para que me hagan compañía, porque si no, no las veo.

–¿Le interesaría ser vedette si se lo proponen?
–Ni lo pensé. Además, nunca me propusieron ponerme las plumas. Tampoco tengo cuerpo para eso.

–Luisana, no sea modesta, admita que tiene lo suyo…
–No lo niego, pero no me interesa ser una bomba sexy ni nada por el estilo, sólo ser actriz.

–¿Reniega de su cuerpo?
–Para nada. Bienvenido. Yo digo que me lo dio Dios (sonríe).

–¿Se animaría a un desnudo?
–No. Me lo ofrecieron, pero ni siquiera me gusta verlo en otra persona. Ni aunque sea cuidado. Me parece muy guarro.

–Volviendo a Mariano, ¿me cuenta por qué decidió comprometerse con él hace un año y medio?
–Más que compromiso fue un símbolo de amor. (Mariano le regaló un anillo de plata que ella ocultó durante la nota).

–¿Es cierto que siente profundos deseos de casarse y ser madre joven?
–Ese pensamiento lo tengo desde muy chica. No quiero casarme a los 30, porque mi anhelo es ser una madre joven.

–¿Ya tiene fecha de casamiento? Sería una buena primicia…
–No. Sólo te digo que me encantaría tener una familia grande, con muchos hijos.

–¿Y lo habló con su pareja? ¿El está de acuerdo…?
–El piensa igual. Pero como no pusimos fecha, tranquilo…

–¿Se iría a vivir con él sin casarse?
–Mirá, por ahora estoy bien en mi casa. Paso a paso, digo yo. ¿Quién dice así…?

–Mostaza Merlo, el director técnico de Racing. A propósito, no me tire la pelota afuera. Le pregunté si se iría con Mariano sin casarse, porque usted proviene de una familia muy religiosa…
–Todas las mujeres soñamos con casarnos de blanco, y por iglesia. Salvo muy pocas excepciones… Pero yo no soy una excepción. ¿Te contesté?

–Y usted, en particular, ¿sueña con su matrimonio?
–Sí, como toda mujer. No lo niego. Pero ya va a llegar, no me adelanto. Pará un poquito...

–¿Cómo es Mariano como pareja?
–No pienso darte detalles...

–¿Habla con él de todos los temas, sexo inclusive?
–Eso es demasiado íntimo. ¿Respetás mi silencio?

–Por supuesto. ¿Quién es más celoso? ¿Usted o él?
–Ninguno. Tenemos celos normales.

–¿Pensó en que si sigue teniendo tanto éxito y belleza algún día puede llegar a ser considerada una diva?
–Por ahora no pienso en eso. Me gustaría que si llega el momento, sea despacio. Tengo tiempo. Ah, y quiero poder disfrutarlo también.

–Dijo por ahí que a veces se mira al espejo y ve a la bruja Cachavacha. Explíquelo, porque, le juro, no lo entiendo.
–¿Viste que las mujeres tenemos días especiales? A veces es el look, otras el cuerpo, te salen granos, qué sé yo…

–¿Tiene complejos con el cuerpo?
–Siempre jodo con eso de que estoy gorda. Pero es mentira, no me veo gorda ni flaca, normal diría. No estoy disconforme con mi cuerpo. Por eso entreno a diario con la personal trainer, como sano, me cuido. Mi hermana, que es nutricionista, me prepara la dieta. Y como proteínas por el entrenamiento.

–¿Le siguen preguntando si se operó las lolas?
–¡Ay, sí! ¡Desmentílo, por favor! Porque mi abuela, mi mamá y yo somos así, robustas de familia. Nos proveyó la naturaleza. Jamás me operé.

–¿Es cierto que piensa inaugurar un hogar para chicos de la calle?
–Sí, estoy buscando un terreno para empezar la construcción. Estamos buscando gente que nos ayude. A mi familia le gusta mucho colaborar. Muchas veces les regalamos ropa o les damos de comer a algunos chicos que andan por casa. Lo mismo hacemos con los animales: los rescatamos de la calle y los curamos. También colaboro con el hogar de Los Pimpinela. Ellos me van a ayudar con el que pensamos instalar.

–¿Se considera osada a la hora de trabajar?
–Conozco mis límites; por eso trabajo muy tranquila. Yo misma me doy cuenta cuando me estoy pasando de vueltas. Si algo no me gusta, lo digo antes.

–¿Le gustaría hacer un programa como el de Susana Giménez?
–Sí, me encantaría tener en un living a artistas prestigiosos como invitados y poder charlar con ellos. Pero más adelante…

–Mire que va a tener que hacer preguntas íntimas, y usted reconoció que no le gusta mucho que se metan en su vida personal.
–Yo sé lo que no me gusta que me pregunten. Reconozco que me pone incómoda hablar de mi vida privada. Pero sé que hay que transar. A vos te dije bastante, no te podés quejar.

–¿Mariano la reta si revela algo de la intimidad de ustedes?
–No, no es eso. El problema es que muchas veces no queda escrito como una lo dice. No sé... No me gusta que la gente sepa mucho más de mí que yo misma. Quiero guardar algunos detalles íntimos. Aprendí a decir que no cuando me preguntan más de la cuenta.

–¿Podría hacer una excepción conmigo y revelar más secretos?
–No, no puedo, porque a GENTE la lee mucha gente. No seas chusma...

Luisana cumplió los 19 en mayo. Dice que quiere hacer teatro y cine. Y que trabajar junto a Mariano Martínez fue muy fácil. “<i>Me gusta mucho cómo  actúa. Pero no me preguntes cómo  es como novio; porque no  pienso darte detalles</i>”.

Luisana cumplió los 19 en mayo. Dice que quiere hacer teatro y cine. Y que trabajar junto a Mariano Martínez fue muy fácil. “Me gusta mucho cómo actúa. Pero no me preguntes cómo es como novio; porque no pienso darte detalles”.

“<i>En su mayoría, los hombres son respetuosos. Digamos que los de 17 a 20 años son zarpaditos, igual que los mayorcitos de 40. La franja que está en el medio es más romántica</i>”

En su mayoría, los hombres son respetuosos. Digamos que los de 17 a 20 años son zarpaditos, igual que los mayorcitos de 40. La franja que está en el medio es más romántica

“<i>No me interesa ser vedette.  Todavía no.  Me encanta actuar. Además, nunca nadie me propuso ponerme las plumas.  Tampoco tengo cuerpo para eso</i>”.

No me interesa ser vedette. Todavía no. Me encanta actuar. Además, nunca nadie me propuso ponerme las plumas. Tampoco tengo cuerpo para eso”.

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