«Ya no pongo toda la energía en el trabajo. Mi vida, ahora, es Maia y mi marido» – GENTE Online
 

"Ya no pongo toda la energía en el trabajo. Mi vida, ahora, es Maia y mi marido"

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Ya no es aquella chica solitaria de piernas interminables que a los 15 dejó su Córdoba natal para conquistar Buenos Aires y convertirse en modelo top. María Inés Rivero (28), la misma que desfiló para grandes diseñadores como John Galliano, Yves Saint Laurent y Chanel, la que fue tapa de revistas emblemáticas de la moda internacional como Marie Claire, Cosmopolitan y Vogue, decidió cambiar el chip. Cuando analiza el presente no lo duda: su prioridad es la familia, dirá. Desde hace cuatro años comparte su vida con Jorge Mora (36), un banquero cubano a quien conoció durante un concierto de Aretha Franklin, en New York. Luego llegó Maia, su hija de dos años y medio. Ahora pasea su lánguida figura por el estudio fotográfico Rocca- Cherniavsky, en pleno corazón de Palermo. La firma Akiabara la eligió para que sea la cara de su campaña otoño-invierno. Bastará que entre en acción para que un regimiento de diecisiete personas (hay maquilladoras, peinadores, vestuaristas, fotógrafos y periodistas) concentren toda su atención en ella. "Acepté esta propuesta porque me gustó la imagen", comenta orgullosa.

-¿Cómo influyó la maternidad en su carrera?
-Después del nacimiento de Maia (hace dos años y medio) decidí alejarme un poco del mundo de la moda. Durante el embarazo engordé veinte kilos y tenía ganas de estar tranquila. En el 2001, cuando desfilé para la marca de lencería Victoria´s Secret, ya no me sentí cómoda, me entró el pudor. Por eso ahora sólo me dedico a hacer fotos.

-¿Qué otras cosas cambiaron con la llegada de su hija?
-Ahora miro la vida de otra manera: valoro más mi tiempo y trabajo con más ganas. Llegué a un punto en mi carrera en el que puedo trabajar menos días a la semana y estar más con ella. Por eso elijo viajes cortos, no quiero dejarla sola tanto tiempo.

-Hablemos de su marido. ¿Cómo la conquistó?
-Jorge es un tipo muy responsable y, por sobre todas las cosas, muy caballero. Hoy en día hay muy pocos tipos que pagan la cuenta y no viven de los demás. El sabe bien cómo tratar a una mujer.

-¿Qué es lo que más le gusta de vivir en New York?
-Que es una ciudad donde la cultura está al alcance de todos: desde la creatividad de los diseñadores hasta los museos y espectáculos. Todo está ahí para ser absorbido. Sin embargo, creo que no es el lugar ideal para criar a un hijo. Pero, por ahora, no tenemos posibilidad de vivir en otro lado.

-En esta nueva etapa, ¿cómo estructura su tiempo?
-Me levanto a las 7:30, le doy el desayuno a mi hija y dos veces por semana la llevo a la guardería. Cuando regreso, cerca de las seis de la tarde, aprovecho para dar alguna entrevista o descansar un poco. Después llega Jorge y cenamos los tres juntos.

-¿Cómo lo tomaría si Maia decidiera ser modelo?
-Lo ideal sería que ella haga lo que quiera… Aunque en lo personal, preferiría que tenga una base más académica. Esta carrera me dio mucho y no puedo quejarme, pero es muy sacrificada y además vivís todo el tiempo en un mundo irreal.

-¿Qué cosas siente que le quitó su profesión?
-Si bien me dio mucho más de lo que me quitó, a los 15 años ya tenía la responsabilidad de trabajar y ganarme la vida. Además no pude terminar el colegio con mis amigos ni irme de viaje de egresados. Pero insisto, si pudiera volver el tiempo atrás, volvería a elegirla.

-¿Secretos para mantenerse en forma?
-Trato de no ingerir comida artificial y cuando puedo salgo a correr o practico artes marciales. Pero la verdad es que soy muy vaga y, además, mi vida ya no gira en torno al músculo abdominal.

-¿Planean tener otro hijo?
-Con mi marido hicimos un pacto: trabajar duro un año y medio y después buscar el segundo.

-Por último, ¿cómo definiría su presente?
-Ya no me veo absolutamente absorbida por el mundo de la moda. Cambié el chip, estoy en otra onda… Ya no pongo toda la energía en el trabajo. Mi vida, ahora, es Maia y mi marido.

Con su elegancia única y un estilo muy fifty, Inés posa para el shooting de Akiabara. Lleva un tapado de tweed cruzado con minifalda rosa y polera negra.

Con su elegancia única y un estilo muy fifty, Inés posa para el shooting de Akiabara. Lleva un tapado de tweed cruzado con minifalda rosa y polera negra.

Ya en plena sesión de fotos, Inés despliega poses frente a la lente de Gaby Rocca.

Ya en plena sesión de fotos, Inés despliega poses frente a la lente de Gaby Rocca.

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