Paz no es sólo una palabra. En tiempos de guerra toma la forma de símbolo, se puede convertir en deseo y también en acción. Para Lara Bernasconi (24 años, modelo de profesión) fue la mejor de las excusas a la hora de quitarse la ropa: aceptó la idea de los artistas Fabián Pareyra y Luizo Vega y se desnudó "a favor de ella" en una instalación viva que se presentó en los jardines del Museo Nacional de Bellas Artes.
Atardece en Buenos Aires, y Lara siente que recién ahora puede disfrutar su vida: "Sufrí durante los cinco años que debí luchar contra mi anorexia -cuenta-. Suspendí mi boda con Santos Pereyra Lucena después de tres años de noviazgo. Me deprimí con la muerte de mi amigo Clota Lanzetta. Me refugié en el trabajo y me fui a vivir a Miami, donde conocí al polista Jeff Hall, del que me separé hace un mes. Pasé por muchos momentos bravos, tiempos en los que no encontraba el camino que vine a buscar cuando llegué, hace siete años, de Tucumán. Ahora estoy sola, pero me siento bien". Bernasconi hace una pausa, mientras posa para los fotógrafos.
Después, sigue con las confesiones: Zambullirme y sentir la encarnación de la belleza fue la mejor forma de celebrar el fin de la guerra. "Cambié mucho: ahora estoy más fuerte y el cuerpo dejó de ser importante en mi vida. Yo nunca tuve suerte en el amor. Ya no espero un príncipe azul, sólo busco a un hombre que me dé paz".
Posó sin pudor con su 1,75 metro de altura y sus 90-60-91 centímetros de curvas. ¿La excusa? La paz.
Cambié mucho: ahora estoy más fuerte y el cuerpo dejó de ser importante en mi vida. Yo nunca tuve suerte en el amor".">
"Cambié mucho: ahora estoy más fuerte y el cuerpo dejó de ser importante en mi vida. Yo nunca tuve suerte en el amor".
