“Ya lo decidí. Me voy de la Argentina” – GENTE Online
 

“Ya lo decidí. Me voy de la Argentina”

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Son cuarenta minutos de charla. Regados por dos botellas de vino (blanco y tinto, de buena etiqueta). Sólo interrumpidos por la genial improvisación de dos piezas de teatro: “El hombre que estaba peleado con una botella de vino” y “Me encanta mi gato”. En el final, a puro destape, llegan los desnudos. Fernando Peña es el primero en sacarse la ropa. Absolutamente toda, en forma espontánea. Y de un salto trepa a una réplica de El David. ¿Qué diría Miguel Angel? Sí sabemos lo que advierte el entrevistado: “Ni se les ocurra hacerme photoshop”. Lo siguen los actores Javier de Nevares y Marcos Videla. Los tres posan juntos, sin pudores, en el jardín de la casa. Entre un corazón gigante y un gallinero. En el medio, entre confesiones, se adivina parte del exagerado mundo de Fernando Peña. Bienvenidos.

La cruel realidad. La entrevista propone un repaso por la actualidad nacional. Aún todos permanecen vestidos. Fernando Peña (46) acepta la invitación, aunque no parece demasiado conforme con la idea. Dice que lee todos los diarios, todas las mañanas y todas las secciones. “Soy un comunicador, todo me sirve”, define. Siempre en papel, de web. El primer tema lo irrita: “Con esto del muro que levantaron en San Isidro, ni siquiera estoy enojado: estoy pasmado. ¿A quién se le ocurrió combatir la delincuencia poniendo un muro entre ricos y pobres?”, comienza. Y dispara un rosario de insultos hacia el intendente Gustavo Posse. Aunque, inmediatamente después, concluye: “No vas a poder poner nada de esto. Escribí que el que sigue la misma carrera que su padre es un inútil. Y al lado de su nombre, poné la letra ‘p’ y tres puntitos”. Sigue la charla:

–¿Cómo vivís esta ola de inseguridad?
–La gente vive sumergida en una especie de psicosis colectiva. Es una cosa mundial, pasa en todas partes. Es una cuestión proporcional, de personas por metros cuadrados. No hay tanta vaca, no hay tanta verdura… Hay mucho pobre.

–Tu mensaje es apocalíptico.
–Absolutamente. Por eso hace seis años escribí Mugre. Lo que pasa es que todo esto está matizado por la psicología del argentino…

–¿El argentino? Definí a “el argentino”, por favor.
–Es una de las personalidades más bravas del mundo. Es una nacionalidad que linda bastante con los países más infradotados del Africa. Tenemos la cosa chata del gallego y el concepto mafioso del italiano. Tremendo.

El brindis. Peña no parece contento con la dirección que va tomando la entrevista. “Mejor hablemos de arte”, ordena. Se para y ofrece vino. Prefiere tinto. Ah, no fuma. Su casa está llena de miniaturas: muñequitos, autos, zapatos… También tiene una colección de objetos de vidrio. Y una vitrina con mil copas, todas diferentes. Hay mensajes escritos sobre los espejos. Y un cuadro atornillado contra el techo del living. Dos perros merodean el jardín. “Y el gato que no viene… Hace tres días que no lo vemos”, se lamenta. En el fondo, asoma un gallinero poco poblado. Hablamos de arte, creo.

–Tu jefe de prensa dice que hace tiempo no se te veía tan bien.
–Me desprendí de todo. Logré los diez años de El Parquímetro en la radio. Y ya quiero dejar la radio. Ahora me sobra. Quiero irme a vivir por el mundo. Ya lo decidí. En uno o dos años me voy de la Argentina. En realidad, voy a tener mi casa acá pero voy a vivir en todos los países, llevando mi arte por el mundo. No tengo más ganas de vivir en un sólo país. Siento que me estoy perdiendo la experiencia que el planeta tiene para ofrecer.

–¿Por qué el plazo de dos años?
–Porque Diálogo de una prostituta con su cliente (en el Metropolitan 2, Corrientes 1343) dura un año más. Y en la radio Metro me queda un año y medio más. Quiero cerrar todo bien porque soy una persona de palabra. Pero me falta poco para los cincuenta y ya hice todo lo que quise. Es tiempo de buscar nuevos desafíos.

–¿Quiere decir que no tenés cuentas pendientes?
–No. Y es horrible. Hacer cumbre es una de las cosas más angustiantes que hay en el mundo. Yo llegué adonde quería llegar. No hablo de plata, butacas, éxitos o premios… Yo me saqué todos los caprichos de encima. ¿Qué voy a hacer acá? ¿Seguir triunfando?

–La mayoría de tus compañeros morirían por triunfar alguna vez…
–Yo no tengo ganas. Acá voy a ser siempre millonario. ¡Si me tiro un p… y gano 40 mil pesos! No tengo ganas de eso. Tengo ganas de ir a lucharla afuera. Hacer teatro en Bolivia, en Colombia. Unipersonales en México, en España, en Alemania. Tengo ganas de hacer un espectáculo mudo en Rusia. Quiero sentir la adrenalina de empezar de vuelta. El éxito es espantosamente aburrido. Me transformó en un burgués de m… que tiene todo lo que quiere.

–Pero afuera…
–(interrumpe) Sí, no me conoce nadie.

–Y sin el conocimiento de Fernando Peña como personaje, ¿tu arte funcionará igual?
–Lo voy a hacer funcionar, como siempre. Y si me va mal, remato mi casa y empiezo a contar chistes con Cherutti. De última, ganaré 20 mil pesos por mes y estaré triste.

–Tengo entendido que ya tenés tu próximo espectáculo: “Veinte obras no son nada”.
–Veinte obras en una hora. ¿Imposible? Muy posible. ¿Querés que te haga una obra ahora? Te hago… (piensa) Esta se llama: “El hombre que estaba peleado con una botella de vino”.

Un show en dos actos. La primera improvisación resultó excelente. Luego se sucede la obra “Me encanta mi gato” (título pobre, sugerido por este periodista). Y merece un nuevo aplauso. “En el Metropolitan me produce Javier Faroni”, cuenta. Y dispara los últimos minutos de entrevista:

–Imagino que te dará libertad para crear.
–La libertad concedida no es libertad completa. Pero tener un productor es un alivio. Desde el 99 invertí 60 mil pesos por mes… Ya me cansé de ser responsable de tanta gente. Gracias a Dios, muchos me estafaron. Ellos forzaron esta reducción, que me hace muy feliz. Si te dije que me despojé de todo, me liberé. No tengo más miedos. Vivo en paz y armonía.

–Hay quienes te consideran un hombre violento, lo sabés.
–La gente le tiene mucho miedo a mi libertad. Pero yo tengo 46 años y ya entiendo todo sobre mí. Estoy en eje.

–¿No reconocés ningún miedo?
–Sí, morirme dormido.

–Lo que elegiría cualquiera.
–Triste.

–Una amiga, muy fan tuya, asegura que decís lo que muchos piensan, aunque siempre buscás la forma más impactante para decirlo.
–Es que soy un gran narrador.

–Y un provocador por naturaleza.
–¿Y qué querés que sea? ¿Oggi Junco? Yo no soy una mujer, soy bien macho. Tengo pelos y panza. No soy homosexual, soy recontra p… Y no te vas a olvidar nunca más en tu vida de mí.

El desnudo. Comienza poco después, natural, casi espontáneo. Siempre frente a cámara. Antes de la charla, Peña había advertido: “No tengo off the record”. Y se hace evidente. Peña, en el jardín de su casa, trepando una réplica de El David. “Ni se les ocurra hacerme photoshop”, gritó desde lo alto.

Peña, en el jardín de su casa, trepando una réplica de El David. “Ni se les ocurra hacerme photoshop”, gritó desde lo alto.

Dice que el teatro  es su vida. Hoy protagoniza Diálogo de una prostituta con su cliente, en el Metropolitan 2. Peña interpreta a Manila (la prostituta). Comparte escenario con Javier de Nevares (Figaza, el cliente) y Marcos Videla (El chino, cafisho). Link imperdible: mundomanila.com

Dice que el teatro es su vida. Hoy protagoniza Diálogo de una prostituta con su cliente, en el Metropolitan 2. Peña interpreta a Manila (la prostituta). Comparte escenario con Javier de Nevares (Figaza, el cliente) y Marcos Videla (El chino, cafisho). Link imperdible: mundomanila.com

Fernando se confiesa enamorado del actor Javier de Nevares. “Encontré al amor de mi vida”, dice. Comparten escenario y viven juntos en la casa de Peña.

Fernando se confiesa enamorado del actor Javier de Nevares. “Encontré al amor de mi vida”, dice. Comparten escenario y viven juntos en la casa de Peña.

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