Es la oportunidad perfecta para el desquite y la reparación histórica. Porque uno de los primeros recitales de Soda Stereo fue el 29 de octubre de 1983, un día antes de las elecciones y la vuelta de la democracia. Gustavo Cerati, Zeta Bosio, Charly Alberti y su eterno amigo Alfredo Lois idearon una campaña de bajo presupuesto, con afiches caseros que fotocopiaron y pegaron por todo Palermo y Belgrano: “El Sodazo en Zero Bar”, anunciaban, imitando el eslogan de Raúl Alfonsín y su “Alfonsinazo en Ferro”. Pero lo que no sabían ellos ni los dueños del pub, seguramente debido al olvidado ejercicio de las elecciones generales, es que la noche previa al comicio no se pueden vender bebidas alcohólicas y muchos bares deben cerrar a medianoche. Ese Sodazo, entonces, nunca se hizo.
Pero ahora llegó la hora del más auténtico Sodazo: cinco conciertos en el estadio de River, comenzando este fin de semana y retomando el 2 y 3 de noviembre. Ninguna banda argentina alcanzó semejante poder de convocatoria, y de afuera sólo lo hicieron los Rolling Stones. Pero el rumor de las últimas semanas habla de agregar una nueva función en diciembre y quedarse con el record para la historia.
¿Cómo hace la banda para llegar a este debut y no paralizarse de miedo en el camino? Muy simple: ensayando todos los días de 15 a 21 horas en el estudio y sala de ensayos de Gustavo Cerati, en Vicente López, siempre junto a sus asistentes y músicos invitados: Tweety González, Leo García y Leandro Fresco. Todos coinciden en hablar del buen clima y humor en medio de un ritmo intenso de trabajo. La primera vez fue totalmente a solas, sin testigos, charlando un poco y luego tocando casi cuarenta temas seguidos.
Hoy, si bien la lista de canciones de la gira sigue siendo el gran secreto, ya se sabe que no habrá sorpresas ni composiciones nuevas: la clave del show será tocar las versiones originales, lo más fielmente posible a como fueron grabadas. En su site de internet (www.sodastereo.com) es posible acceder a filmaciones de los ensayos, previo ingreso de una clave especial de su reciente álbum de grandes éxitos o directamente pagando por medio de un celular de su sponsor, Personal. Ahí es donde se filtraron los primeros títulos, por ejemplo Sobredosis de TV, Tele-k, Nada personal, Si no fuera por y Danza rota. El resto del repertorio recorrerá toda la discografía, sin saltearse nada.
La semana pasada, además, culminaron varios días de ensayos ultra-secretos en el club Ciudad de Buenos Aires, donde se utilizó el escenario del recién finalizado Pepsi Music Festival para montar las sofisticadas luces creadas por el inglés Martin Philips, el mismo de la últimas giras de Coldplay, Daft Punk y Nine Inch Nails. De noche, incluso en días de lluvia, se probaron pantallas de luces, estructuras especiales y toda la coreografía que en estos días trasladarán a River.
También hubo mucho entusiasmo en el grupo por el flamante aviso bautizado Tributo, creado por un colaborador cercano, Andy Fogwill, quien armó un clip tras un casting de trescientas bandas que tocan temas de Soda. Desfilan grupos de hip-hop, punk, un coro de odontólogos y hasta un conjunto boliviano. Un alarde de inventiva a la altura de Soda, y que ellos mismos festejaron con su apoyo.
Gustavo, Zeta y Charly también han encontrado momentos para distenderse, como el reciente cumpleaños del bajista, donde terminaron brindando todos juntos. Las distancias y diferencias parecen haber quedado atrás y hoy retoman el espíritu de aquel trío de amigos que querían hacer un grupo de rock y triunfar con su música. Los mismos que ayer y hoy hicieron y hacen honor a aquello del Sodazo. 
Charly, Gustavo y Zeta otra vez juntos y sonrientes, en medio de un ensayo en la sala que tiene el cantante en Vicente López.
Antes del gran regreso, los músicos se recluyeron a ensayar todos los días, de 3 de la tarde a 9 de la noche. Charly Alberti otra vez con su batería.
y Zeta Bosio con el bajo. “Lo que está sucediendo en los ensayos es un redescubrir a Soda Stereo”, dicen.
