La charla comienza con el emocionado recuerdo de Laura Pausini (35) hacia Michael Jackson: “Cuando cumplí ocho años –relata la italiana–, le pedí a mi padre que mi regalo fuera que me enseñara a cantar perfectamente We are the world. Fue el primer tema que hicimos juntos, y me gustó tanto que después lo acompañé varias veces a los shows que daba en los bares de Solarolo, mi pueblo natal, en la provincia de Ravena, a 40 kilómetros de Bolonia. Lo increíble es que muchos años después, el propio Michael me llamó para hacer un tema juntos, a beneficio de los familiares de las víctimas del atentado del 11 de septiembre en Nueva York”. Aquella grabación fue Todo para ti, una suerte de We are the world II, que contó con un seleccionado de estrellas unidas por un fin benéfico: Céline Dion, Mariah Carey, Gloria Estefan, Ricky Martin, Alejandro Sanz y Shakira. “No puedo dejar de mencionar lo injustos que fueron todos los medios con él en esa época –explica–, porque la canción salió en medio de todos sus problemas judiciales, y de golpe, las radios se negaron a pasarla. Creo que es un ejemplo de juzgar sin saber, de lo injustamente vengativo que puede resultar el ser humano”.
La entrevista se desarrolla en castellano, consecuencia de la preocupación de la cantante por interpretar sus hits en diferentes idiomas: “La música me ayudó a aprender diversas lenguas, porque nunca quise grabar una canción por fonética. Nadie me presionó para aprender, sino que fue un deseo mío. Las personas latinas, en particular, me revolucionaron la vida con su cariño, y saber hablar como ellas es una manera de agradecerles tanto afecto”, explica en buen español con inocultable acento italiano.
LA FAMA NO ES PURO CUENTO. Desde que comenzó a grabar discos en 1993, lleva vendidas más de 40 millones de copias, un éxito multiplatino que no decae. De hecho, su último álbum –llamado Primavera anticipada– salió a fines del año pasado y lleva 34 semanas ininterrumpidas en el Top 10 en Italia. “Con el tema de la crisis discográfica mundial –señala– todos los artistas tenemos mucho miedo, porque hay que trabajar el doble para tener la mitad del resultado que antes. Pero mi disco no baja de los rankings. ¡No tengo palabras para decir lo afortunada que soy! Los italianos son increíbles conmigo, y mi insólito problema actual es que estoy por sacar un álbum grabado en vivo, y el anterior sigue firme en las ventas”. Sus fans argentinos prometen arrasar con las entradas cuando Laura se presente el 2 de octubre en GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires).
–Laura, ¿cuánto sufre y cuánto disfruta del éxito?
–La prensa me inventó cosas siempre. ¡Si fuera por ellos, tendría quince hijos! Lástima que no han tenido razón, porque me encantaría tenerlos. Es más: voy a tomarme un año sabático... o quizás dos, para cumplir mi deseo de ser madre. Con Paolo, mi novio, lo tenemos decidido. Así que a partir de ahora pueden especular en serio. Mucha gente en los últimos años formó su carrera por medio del chisme y el escándalo. Pero eso es convertirse fácil en famoso, que no es lo mismo que ser artista. Dentro de la locura que es el mundo del espectáculo, mi familia me enseñó disciplina. Creo que por eso me gané el cariño y el aprecio del público.
–¿Con un sueño tan fuerte de ser madre, cómo encarás esta gira interminable?
–Físicamente es bastante difícil, pero muy enriquecedor en lo artístico. Va a durar casi un año, así que debo ser muy disciplinada con la voz. Durante esta gira mundial visitaré países de América como Perú, Chile, Brasil, México, Estados Unidos y Canadá. Lo más difícil me va a resultar estar atenta en los aviones, para no engriparme.
–¿Qué le gusta más de la Argentina?
–Por supuesto su gente, y también el vino tinto que elaboran. Aunque antes de un show no puedo tomar alcohol, porque me queda la voz ronca. 
“La prensa me inventó cosas siempre. ¡Si fuera por ellos, tendría quince hijos!”, cuenta Laura, que se declara agradecida por la admiración que le transmite el público argentino.
