«¡Votemos a San Martín, a Belgrano, a Sarmiento!» – GENTE Online
 

"¡Votemos a San Martín, a Belgrano, a Sarmiento!"

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"Votemos a Sarmiento! ¡Votemos a San Martín!
¡Votemos a Belgrano!
", dice Nicolás Repetto desde su Sábado Bus. Cansado de los políticos, propone votar a los héroes del pasado. Una manera clara de golpear a la actual dirigencia y decir frente a una cámara lo que sienten muchos argentinos desencantados.

El escepticismo es tan grande que se manifiesta, también, vía Internet. Circulan mails que proponen votar a
Clemente ("es argentino, no tiene manos… no puede robar") o a los próceres
("para decirles ¡basta! a los corruptos") o impugnar boletas ("no votemos en blanco porque es una manera de darle el voto al candidato que haya logrado la mayoría, y él recibe dinero por cada voto: no financiemos a los políticos"), rezan los eslóganes.

En medio de estos mails y este desencanto la Argentina cumple el 10 de diciembre de 2001 dieciocho años de democracia. El país tiene edad de votar. Pero los ciudadanos descreen de sus representantes y ya no sienten el fervor de los primeros tiempos. Más allá de las culpas que deberán asumir aquellos gobernantes que -por mediocridad o intereses personales- convirtieron a la política en sinónimo de privilegios, corrupción y mala administración, la apatía frente a las elecciones debe preocuparnos. No sea cosa que este desencanto produzca un terremoto en donde los partidos y la Constitución se desdibujen de tal manera que nos lleven a un destino como el de la Venezuela de Chaves. ¿Qué se puede hacer, entonces, frente a los argentinos hartos de ciertos dirigentes que no dan respuestas y embargan nuestro futuro? El que busca respuestas es Nicolás Repetto:
"Tengo cinco hijos, una productora, más de cien personas trabajando para mí, podría irme a vivir a otro país pero elijo quedarme, quisiera poder construir y soñar un futuro sin tanta
chantada"
. Y, aun sin proponérselo, no hace otra cosa que ser el vocero de ese 88 por ciento de adultos que -según la última encuesta que maneja el Gobierno- dice
"desconfiar de los políticos". Entonces, Nico patea el tablero. Y lo hace a su manera: de puntín y sin callarse nada.

-¿Proponés votar próceres del pasado porque ya no confiás en ningún político de hoy?
-La última vez que voté fue a Alfonsín. Después nunca más fui a votar. Así que si me tienen que multar, que me multen. Pero, después de la gran decepción de Alfonsín -yo era joven y me decepcioné muchísimo- nunca más creí en un político. Y por eso yo elijo votar a San Martín, a Sarmiento, a Belgrano. Hombres probos, honestos, de palabra.

-Pero ellos están en los libros de historia…
-Lo sé, pero los que están ahora en la dirigencia no me van. Con la excusa de la democracia subsiste un poder que no va ni para atrás ni para adelante. Y si vos lo decís, no sos democrático. Y yo, la verdad, pondría una cafetería en la Cámara de Diputados, y un shopping en la de Senadores, ¿viste? Y que me vengan a decir que soy antidemocrático.

-Te van a decir que estás llamando a un Fujimori.
-Tampoco la pavada. Pero yo no adoro los sistemas por los sistemas en sí, adoro los sistemas por su resultado. Este sistema que tenemos no da ningún resultado.

-¿Qué otra opción hay? Nuestra historia muestra que frente a ese discurso sobrevinieron los golpes de Estado.
-No, no, no. Que yo sienta que este sistema no funciona no quiere decir que estoy buscando que venga un Videla. No tiene nada que ver. Admitan que hay otras opciones, porque si no siempre andamos con lo mismo. Y el país no avanza. Hay una total falta de conducción política. Y la sufrimos todos.

-¿Cómo la sufrís vos personalmente?
-Antes, sólo con mi celular, yo era mi empresa. Me contrataba el canal, yo pedía la gente, a la gente la tomaba el canal, hacía mi programa. ¿Me aburría de hacer el programa o quería zarpar para otro lado? Entonces, devolvía el celular, saludaba a la gente que había tomado el canal, el canal la redistribuía, y yo estaba otra vez en mi casa liberado. Ahora no es así. Invertí en el país, puse mi productora, tengo cien personas trabajando para mí… Y yo podría irme a Miami, como hacen muchos. Pero tengo cinco hijos y una familia y quiero quedarme. Entonces, ahora, me tengo que preocupar por lo que van a hacer los que mandan, porque si no ellos me van a mandar a la m... Que es lo que sucede ahora.

-¿Hablás de la ineficiencia del Gobierno?
-Este sistema carece de eficacia. No sirve. Entonces van a decir: "Bueno, dame uno que sirva más". Y, yo no sé quién sirve más, pero por lo menos empecemos a limpiar. No tengamos 7 mil diputados, 7 mil concejales, 7 mil… vagonetas.

-¿No creés que habría que separar los buenos de los malos? Así como hay algunos médicos que hacen mala praxis, o periodistas que reciben sobres, o abogados truchos, no todos lo son. Lo mismo pasa con los políticos.
-No sé, debe de haber algunos buenos, tenemos que empezar a separar. Pero hoy la miseria está toda a flote. A nosotros nos bajó el Riachuelo y nos quedamos sin agua. Imaginate si un día se secara el Riachuelo y todo lo que hay ahí en el fondo, -lo que María Julia nos dejó-, empezara a salir a flote. Esto nos está pasando como país.

-A la hora de cambiar, ¿qué prioridades pondrías? 
-Primero: seguridad. Todos sabemos que, mínimo, la policía está dividida en buenos y malos. Yo creo que debe estar más dividida que eso, pero hagámosla fácil: ¿qué hacemos con esta policía? ¿Qué salimos a buscar? ¿Contrabandistas, dealers, asesinos o seguimos parando al automovilista que no tiene la última patente paga? Hacer todo no se puede. La droga sigue entrando, y encima sospechamos que la maneja la policía mala. Entonces, ¿por qué no regulamos el país en las prioridades de lo que podemos hacer, y el resto lo dejamos liberado a que la gente decida? Hoy el Gobierno te llena de regulaciones de cómo hacer las cosas, pero no brinda un escenario para poder hacerlas.

-¿Sentís, como muchos, que el sacrificio siempre se les pide a los mismos, a los que menos tienen?
-Siento que se le pega siempre al mismo sector, pero también siento que yo tengo que andar con los dos pies atados, con 5 kilos de peso en un brazo, y dos dedos lastimados en la otra mano para poder hacer lo que tengo que hacer. Alguien debe estar apostando a que todos nos cansemos del esfuerzo que ponemos para realizar las cosas básicas, como laburar bien en lo nuestro.

-El otro sábado en tu programa brindaste porque tu familia vive acá, porque las esperanzas no se pierdan. ¿Seguís apostando a pesar del escepticismo?
-Y, yo soy un loco, sigo haciendo cosas. Imaginate que podría irme, pero no quiero. Por eso siento que si tengo un medio, y desde allí un poquito de poder, al menos debo gritar. Puedo decirles a los políticos:
"Che, ustedes, vagonetas, salgan de ahí. No los quiero más". ¿No soy democrático? No sé si soy democrático. Yo lo que quiero es que los argentinos estén bien, no sólo estar bien yo. Yo, muchachos, ya estoy bien. Y no grito por mí, grito por el resto, porque me quiero quedar acá. Porque, con la que me sobra, sigo construyendo mi productora. Y cada vez que voy al edificio y veo laburar a los albañiles, la verdad que me da una satisfacción de la gran p…

-Invitás a no votar a los políticos, pero estás muy politizado.
-Sí, porque no aguanto saber que a diez cuadras de mi casa están viviendo en el horror de La Cava. No quiero eso. Y me parece que si toda la plata que me sacan a mí todos los meses -por lo menos podría comprarme dos departamentos por mes- se distribuyera donde corresponde, la gente de La Cava sufriría menos. Pero, ¿dónde va a parar esa plata? Eso me cansa.

-Hablabas de La Cava. Y es una forma de hablar de este país que tiene 15 millones de pobres. ¿Cómo te sentís vos, que la crisis te golpea de una manera muy distinta, frente a esta realidad tan tremenda? ¿Sentís culpa, responsabilidad, ganas de hacer algo? 
-¿Sabés qué? Siento que pago mis impuestos, que trabajo y doy trabajo, que elijo el país. Y siento que los que deberían ocuparse de que esa plata llegue a los que menos tienen no hacen su trabajo como corresponde. Pero me gustaría decir algo que siento a raíz de lo de la guita, porque es un momento culposo, ¿no?

-¿Culposo?
-Sí, porque hay muchísima gente que no tiene nada, la mayoría, pero hay muchos que sí la tienen. Hoy existe una conciencia de canuto que no ayuda a nada. Y creo que desde los medios se fomenta eso. ¿Por qué? Porque los medios argentinos te dicen:
"No vendas con tu riqueza". Y eso es: no tengas una casa grande, no tengas un buen auto, no viajes, es el principio de la miseria. Estamos todos contagiados: los medios más de derecha, los medios más de izquierda. Todos. Siento que promueven el
"seamos muy medidos". Si yo tengo un auto que vale diez veces más que el auto que no ofendería mostrar, nadie se da cuenta de que pago 40 ó 50 veces el impuesto que pagaría con el auto austero que hoy
"corresponde" mostrar. Y eso es hipocresía pura.

-¿La austeridad que se pregona hoy es hipocresía?
-Es el país del no consumo, de los autos grises. ¿Viste esos autos que no llaman la atención? Bueno, así se nos dice que debemos ser. Pero nadie se da cuenta de que si pago la patente del auto caro, si pago el impuesto a la riqueza, si gasto, muevo más guita y genero más guita. Si tengo una casa grande, no me puedo arreglar solo, pasando la aspiradora los sábados. Empiezo a necesitar gente: mucama, jardinero, piletero. Entonces, no está mal que la gente que tiene la gaste y la reparta. Pero acá cometemos el error de pensar que está mal gastar ¿Y qué sirve más? ¿Un tipo que tiene 10 millones de dólares pero muestra 100 mil y tiene 9 palos en un banco en los Estados Unidos o un tipo que tiene los 10 millones de dólares y los está moviendo acá? Yo le doy trabajo a mucha gente. Pero acá no hay conciencia de eso. Es como si se dijera: "Nivelemos para abajo".

-¿Creés que ese discurso, además de la política económica que hoy se aplica, no ayuda a salir de la recesión?
-Claro. Se dice "no salimos de la recesión", pero ¿quién está estimulando a gastar? A los países que les va bien, ¿es porque todos andan en Fiat 600? No. Es justamente porque consumen.

-¿No produce broncas ver que algunos pocos tienen mucho y muchos no tienen nada?
-¿Sabés por qué no me siento mal andando en un auto caro o por tener una casa linda? Todo lo contrario: me siento muy bien, porque tenerlos me sale un montón de guita por mes. ¿A dónde va a parar toda esa plata? A la gente que labura. ¿El auto? Me cuesta un huevo mantenerlo. Con lo que me sale pueden vivir varias personas. Después, si en el Gobierno lo administran mal, es otro tema. Por eso, mi consejo para el que tiene guita es: "¡Dale! ¡Soltala! Tirala, que circule. No la encanutes más".

-El mensaje de hoy es que la austeridad es una virtud…
-(Interrumpe) Eso está inculcado desde el Gobierno y desde los medios. Yo te digo la verdad: una de las razones por las que creo que vamos para atrás es por el mensaje que tiramos. Tiramos un mal mensaje de Argentina. Yo tengo muy mala relación con el periodismo. Pero es porque pienso muy diferente. El periodismo argentino muestra una especie de resentimiento permanente que les pega a todos. ¿Viste? Hipócrita, zurdófilo, de una zurda mentirosa, no de una izquierda de posta que pueda hacer algo positivo. Un zurdófilo que resigna sus ideas cuando le regalaste un Fiat Uno. Parecería que hoy es pecado tener frivolidades. Y yo las tengo: compro la revista Wall Paper, me encantan los artículos lindos, ver buenos autos y buenos relojes en las publicidades, lugares increíbles. Quiero ver cuál es la diferencia entre un sillón lindo y uno feo, no quiero conformarme con el de acá a la vuelta. Y no por eso soy peor persona.

-¿Qué pensás de De la Rúa? ¿Gobierna o no gobierna?
-El panorama que heredó era fatal, ¿no? Lo que no sabíamos es que a la fatalidad de la pesada herencia se le iba a sumar esta fatalidad de su gobierno. La famosa siesta del Presidente parece eterna. Creo que, mínimo, todos los problemas están en un freezer, no veo que se solucione ninguno, y lo que se pudre, se pudre dentro del freezer.

-¿Confiaste alguna vez en Chacho Alvarez?
-Se suponía que era un político joven y no corrompible. Pero renunció y se encerró en su casa. Claro, con los quil… que hay la cosa no está para salir. Es joda, es un chiste.

-¿Qué te pasa con Menem?
-Yo fui cero menemista en la época de Menem. Tuve muchas oportunidades de acercarme, pero nunca lo hice. Yo volaba en un sitio al que él iba muy seguido. Más de una vez he recibido invitaciones para ir a la Quinta, pero no fui, y quedaba como un desprecio. Pero no iba porque sentía que no me daba la relación ni nada, porque vengo de una familia antiperonista. Además, había una suma de cosas con las que me costaba mucho comulgar. Y otro montón de cosas evidentes que mostraban que son -al igual que en el sistema que hay ahora- un lubricante de la corrupción. Parecería que a este sistema, sin la corrupción, se le tranca el engranaje. Pero ahora quiero que lo juzguen bien juzgado. Y si es culpable, habrá que demostrar qué pasó.

-¿Qué te produce Lilita Carrió, que hoy marcha a la cabeza de todas las encuestas?
-En principio, te diría que si vamos a sospechar de los políticos, sospechemos sin dejar a nadie afuera y luego vayamos descartando. Porque ella se inició, se crió y llegó al puesto que tiene, en esta política. No es que viene por intercambio cultural con Suiza, y ella es una diputada suiza que aterrizó de pronto en nuestro país y se sorprende con el sistema. O sea, está en el puesto que está, con esta política detrás, y con estas reglas de los punteros, y de las empanadas... 

-¿Y Cavallo, que aparecía como el "gran salvador de la Patria", y ahí está patinando como puede?
-No quiero hablar ni un poquitito mal de Cavallo porque siento que detrás de él no hay nada. Prefiero empujarlo al gordo para adelante y ayudarlo aunque a veces esté medio sacado y diga barbaridades. A pesar de todo, entre Cavallo y de la Rúa, si vos hoy tenés que decir: ¿a quién bajamos del barco? Sin duda, que lo bajan a De la Rúa. Porque Cavallo al menos se está moviendo. A lo mejor es un desastre, vamos a parar todos a la m…, y endeudamos a nuestros tataranietos para toda la vida, pero siento que hay un tipo que intenta hacer algo.

-Obviamente, vos bajarías el costo político.
-El costo político es insoportable, todo el mundo sabe eso. Pero hay que hacer una consulta popular para que digan lo que todos sabemos. ¿Por qué no se juntan y dicen:
"Bueno, tenemos que ser la mitad, ser un cuarto. Reduzcamos de a diez por año". Todos decimos: "¡Qué barbaridad, qué
barbaridad!
", pero no pasa naranja.

-Si proponés votar a San Martín, ¿no es una manera de no hacerse cargo del futuro del país impugnando el voto?
-Siento que no hay candidatos. Para serlo se precisa una infraestructura partidaria que los únicos que la tienen son los que ya están. ¿Y quién le va a robar esa red a los que ya están?

-Creo que nada, ni aún el mayor de los desencantos, debería hacernos olvidar que el mejor sistema es el democrático. ¿No hacés una lectura demasiado negra e injusta con toda la gente que honestamente deja su vida en la política al decir que no hay buenos candidatos?

-Individualmente, no te podría contestar, porque me cuesta separar unos de otros. A lo mejor porque ya estoy enceguecido Este sistema me parece antidemocrático. O sea, si democracia es gobierno del pueblo, esto no es democracia. Entonces, votan el contubernio que ellos arman. Se inventaron figuras jurídicas para escudarse y no ser juzgados como al resto de los cristianos, cuando lo que tendrían que hacer es doble exposición. Me gustaría que la Cámara de Diputados sancione una ley que diga:
"El que tenga cargo político y cometa un delito, su pena será doble". Sin embargo, ellos se repliegan en sus fueros. Es un chiste. Usan la ley que se inventó para que no frenaran a los diputados que venían a votar a caballo de Salta para Buenos Aires. Pero hoy sigue existiendo eso. ¿Qué, ahora la usan porque tienen que galopar en los aviones?
Los que están ahora en la dirigencia no me van. Yo, la verdad, pondría una cafetería en la Cámara de Diputados, y un shopping en la de Senadores. Y que me vengan a decir que soy antidemocrático".">

"Los que están ahora en la dirigencia no me van. Yo, la verdad, pondría una cafetería en la Cámara de Diputados, y un shopping en la de Senadores. Y que me vengan a decir que soy antidemocrático".

Soy un loco, sigo haciendo cosas acá. Puedo decirles a los políticos: "Che, ustedes, vagonetas, salgan de ahí. No los quiero mas". Y no grito solo por mi, grito por el resto y porque quiero quedarme en mi país"">

"Soy un loco, sigo haciendo cosas acá. Puedo decirles a los políticos: "Che, ustedes, vagonetas, salgan de ahí. No los quiero mas". Y no grito solo por mi, grito por el resto y porque quiero quedarme en mi país"

La última vez que voté, voté a Alfonsín. Después nunca mas fui. si me tienen que multar, que me multen. Pero después de la gran decepción de Alfonsin nunca mas creí en un político"">

"La última vez que voté, voté a Alfonsín. Después nunca mas fui. si me tienen que multar, que me multen. Pero después de la gran decepción de Alfonsin nunca mas creí en un político"

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