Y Nacha volvió a ser Eva, y acaso Eva fue Nacha: nadie sabe de qué son capaces las transmigraciones de los cuerpos ni los misterios profundos del teatro. Nadie. Y tanto volvió, que lo lleva en el título: Nacha es EVA (así, con mayúscula), El Gran Musical Argentino.
Y fue, Nacha de noche, en el hermosísimo teatro Argentino de La Plata, y nada casual es ese punto de la geografía patria. Porque es un teatro de larga y luminosa historia, porque en City Bell (muy vecina de las diagonales) nació la hoy presidenta, pero sobre todo porque en la ya remota tarde del 11 de noviembre de 1945, en la platense Iglesia de San Francisco, se casaron el coronel Juan Domingo Perón, viudo de Aurelia Tizón, y la actriz María Eva Duarte, soltera, por consejo de fray Pedro Errecart, confesor del hombre que veinticinco días antes (octubre 17), frente a casi un millón de almas, empezó a cambiar la historia argentina.
Levantado el telón y con Cristina Fernández de Kirchner en un palco, todo funcionó sobre aceitados rieles. Los 134 actores, músicos y técnicos (360 horas para montar la mise en scène), los 600 trajes de época sin una puntada errónea (en ninguno de los 100 talleres de costura); exactos los 670 sombreros, pelucas, zapatos, botas, joyas y pedrería llevados en ocho camiones; las 2.000 luces amamantadas por 150.000 metros de cable y 35 computadoras, todo recayendo sin fallas en los 192 metros cuadrados del escenario. Pero esto es sólo hijo de los sistemas decimales. Lo otro es el espíritu, la historia, la memoria, el drama de la mujer que se fue (julio 26 de hace 56 años, a la hora 20 y 25), y lo que Nacha (protagonista, directora, máxima taumaturga) hizo otra vez para evocarla y desatar aplausos, suscitar lágrimas e inspirar unánimes críticas de cinco estrellas (calificación: excelente).
Luego, como siempre sucede desde los anfiteatros y las tragedias griegas, todo quedó vacío y a oscuras. Todo o casi todo, porque alguien permaneció. Ya se sabe quién. 
Cristina Fernández de Kirchner, Nacha y Eva Perón en sus días de plenitud. Protagonistas de la gran noche en el teatro Argentino ideada por el gobierno bonaerense.
Juan Carlos Puppo, Nacha y Rodolfo Valss (Perón).
Cristina Fernández, emocionada ante una escena, y aplaudiendo con entusiasmo al caer el telón. Fue una noche de triunfo para Nacha, y no menos para el gobernador bonaerense, gestor de la idea.
