Volvió a Broadway con la voz de Elena Roger – GENTE Online
 

Volvió a Broadway con la voz de Elena Roger

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Al comenzar a escribirse esta oración, el countdown de la web de la obra indica catorce minutos y veintitrés segundos para dar inicio a la primera preview. “The Marquis Theatre burns”, cuentan desde la esquina en la que Broadway y la 46 dibujan el corazón del Theatre District. Volver, un término clave y común: nuestra Elena Roger a la piel de una mujer emblema, Ricky Martin a los escenarios neoyorquinos y la creación de Andrew Lloyd Weber y Tim Rice –música y letra– a la plaza que la vio nacer hace treinta y tres años. Lunes 12 de marzo de 2012, a los diarios se suman fanáticos y sensibles en la celebración de un hecho que pasó de ser un rumor –en febrero de 2010– a una confirmación del New York Post sorpresivamente pospuesta en 2011. Mil seiscientas once butacas ocupadas y cientos de clásicos PlayBill revisados con atención al instante del informe: “El respeto es tal que no se oyen voces”.

DE LA LUPONE A LA ROGER. Aficionado al polo, Rice conoció la Argentina a principios de los años 70’. Fue entonces que escuchó hablar –según sus palabras– de una mujer tan humilde como ambiciosa, que se vistió de primera dama al precio de sexo con un militar. A los ojos de un compositor, la historia prometía tanto que no se tomó tiempo en cotejos históricos –por lo que acérrimos peronistas lo criticarían hasta el día de hoy–, tomando inspiración de The Woman With The Whip, el libro biográfico de Mary Main. A la primera interpretación meramente musical le siguió la versión teatral londinense, con el protagónico de Elaine Paige el 12 de junio de 1978. El éxito aceleró la llegada a Broadway, y 1979 sorprendió a Patti LuPone entonando Don’t cry for me Argentina desde el emblemático balcón. En 1981, Paloma San Basilio en Madrid, en 1996 Madonna en cine por Oliver Stone, y en 2006 Elena, quien comenzaba el trayecto desde el West End inglés. Los titulares que elogiaban “la obra es de una argentina con gran capacidad pulmonar y cualidades de estrella (...) contundente, consagratoria”, convencieron a los productores. “Es excitante traer a Broadway una nueva realización de Evita, una obra que ha ganado nueve Tony en su versión original. Y más aún con Elena y Ricky, que le darán autenticidad”, declaró el director Michael Grandage respaldado –además de su talento– por una mega-producción de más de diez millones de dólares.

MAS QUE EL CHE, LA VOZ DE UN PUEBLO. Claro está que Michael Cerveris no fue elegido para interpretar a Juan Domingo Perón por sus atributos físicos. El cantante, guitarrista y actor –ganador del Tony por su labor en el musical Assassins, entre tantos títulos–, demuestra con creces el talento que le valió el papel. Pero si a priori desconcierta, ¿qué decir del vals que Ernesto Che Guevara baila con Eva en un pasaje de la historia? El mismo Ricky Martin, en su piel y con bigote meritorio, lo explica: “No es el Che, para que no se asusten mucho por ahí. Así se llama el personaje, una especie de voz del pueblo. En Argentina, el Che puede ser un taxista, un mesero, un cantinero. Yo narro la historia de Eva Perón, el primero que canta en la obra y quien da el último de los discursos”. Y en tren personal, quien regresa a Broadway luego de haber sido Marius Pontmercy en la versión 1996 de Les misérables, concluye: “Me siento pleno por encarar una faceta tan diferente. Despierta mucho en mí, activa otras neuronas, es muy especial. Este musical es diferente a la música pop, más clásico y pronunciado. El rango vocal es bastante agresivo y me encanta”, le aseguró Ricky a Vanity Fair. “Se trata de desafíos. Tengo que crecer como artista, y el personaje del Che es el que me da el empujón que necesito ahora. Sé que estoy listo”.

LA CHICA DE BARRACAS. Su voz le da el poder de desdoblarse. Sobre un escenario, Elena Roger sabe dejar muy atrás a la chica de Barracas que susurra, que camina sin hacer ruido y a la que se teme rozar. Esta tarde salió del departamento que habita en Chelsea –“elegido por su onda de barrio en plena ciudad”, como suele explicar– tal vez a bordo de su bicicleta, con jeans y de cara al frío neoyorquino. Su preparación quiebra el mito de las grandes divas –en referencia al verdadero significado del término, que nada tiene que ver con lentes oscuros ni perros minúsculos–: “Cuando me canso, me meto para adentro y apelo a cuidados básicos, baños de inmersión, litros de agua mineral y meditación”. Las cábalas fueron quedando a lo largo de los años, “porque entendí que son presiones innecesarias”, le dijo a GENTE antes de partir. “A segundos de salir a escena cierro los ojos y digo: ‘Dios, ayudame; que todos nos divirtamos’. Antes tal vez me castigaba por mi exigencia; ahora quiero vivir con actitud de ensayo: si me equivoco, me río y empiezo de nuevo”. Y será entonces que se reencuentre con Ricky, a quien dice haber “redescubierto más allá de los prejuicios” y de quien asegura: “Tiene una vibra increíble, que me hizo sentir cómoda apenas nos saludamos. Es una gran persona y un artista muy interesante, porque lleva mi mundo pero a gran escala. Y está bueno que me haga conocer ese universo”.

FAVOR DE APAGAR SUS CELULARES. El mismo countdown de la página web de la obra indica un minuto veintisiete segundos. Esta será la primera preview de una serie de funciones que anteceden al estreno oficial del próximo 5 de abril. De aquí en más serán más de treinta artistas en escena durante las ocho funciones semanales de dos horas y media de verdadera pasión. “Las palpitaciones aumentan en forma inversamente proporcional a la intensidad de las luces en la sala, y los gestos de la gente forman parte del show”, narra el último de los informes que miles de kilómetros decodifican en piel erizada.
Marquis Theatre, 20.40 horas. El saludo final de Michael Cerveris –Perón–, Elena y Ricky Martin –el Che, narrador y voz representativa del pueblo argentino–.

Marquis Theatre, 20.40 horas. El saludo final de Michael Cerveris –Perón–, Elena y Ricky Martin –el Che, narrador y voz representativa del pueblo argentino–.

Así luce la marquesina del Marquis Theatre en la característica esquina de Broadway y la Calle 46, en el corazón del Theatre District. Desde que se confirmó la sala, los pedidos de tickets desbordaron la taquilla.

Así luce la marquesina del Marquis Theatre en la característica esquina de Broadway y la Calle 46, en el corazón del Theatre District. Desde que se confirmó la sala, los pedidos de tickets desbordaron la taquilla.

Serán ocho funciones semanales, en las que más de treinta artistas conmoverán en escena durante dos horas y media.

Serán ocho funciones semanales, en las que más de treinta artistas conmoverán en escena durante dos horas y media.

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