La actriz que brilla en Separadas (eltrece) y sobre el escenario de Por el nombre del padre (teatro Picadilly) presenta a su mascota de cinco años y cuenta cómo le cambió la vida por completo. La intimidad de un vínculo “inexplicable”. El origen de su nombre. Los prejuicios que logró soltar. Y el relato del sentido místico de su aparición.
"La nuestra es una casa bien femenina”, dice entre risas Viviana Saccone (52), quien convive con las adolescentes Allegra (16) y Serena (14), su gata Lulú (10) y su perra Mora (5), la protagonista de esta producción. Señala, también, que están súper organizadas con los horarios. Las tres se ocupan del cuidado de los animales que, por supuesto, ya son parte de la familia.
–¿Cómo llegó Mora a tu vida?
–Apareció un día en la puerta de mi casa. Estaba desnutrida y parecía rabiosa. Santiago (N de R: el actor Santiago García Rosa, 27, por ese entonces su novio) me mandó un mensaje para avisarme que tuviera cuidado al llegar. Cuando la vi, me di cuenta de que estaba muerta de miedo. La noté tan mal que mi primer impulso fue alimentarla. Desde entonces ya no pude desprenderme de ella. ¡Mora vino a cambiarme las estructuras!
–¿Cuáles por ejemplo?
–Me quitó el prejuicio respecto de criar a un perro. Siempre tuve gatos, porque no me generaban dependencia. Un perro se me hacía “carga”. Si te querés ir a algún lado tenés que ver dónde dejarlo o cómo llevarlo con vos. Me independicé a los veinte. A los 35 fui mamá por primera vez... Eran cosas que no estaba dispuesta a hacer. No tenía ganas. Pero Mora me pudo.
–¿Creés en el destino?
–Mucho. Yo creo que algunas cosas llegan en determinado momento de la vida por alguna razón. No encontré una respuesta de por qué fue, pero sé que es algo que me hace muy feliz. Creo en la reencarnación, y por eso siempre pienso: “¿Quién es esta perrita?”. Quizás algo tenemos que sanar o recuperar en nuestro encuentro, así que vamos a permitirnos vivirlo. Mora era la perra que yo necesitaba. Sin dudas era para mí.
–¿Por qué la llamaron así?
–Porque la encontramos debajo de un árbol de moras, íntegramente cubierta de esa fruta.
“Compañera alucinante”, la describe. “Mora está siempre contenta. ¡Hasta parece que se ríe!”, cuenta Viviana. “Le gusta venir conmigo a donde sea: desde una compra en el kiosco hasta al banco por un trámite. Jugamos a la pelota, miramos la tele, se tira al lado mío cuando hago gimnasia y no faltan las caminatas diarias”.
–¿Qué cuidados necesita?
–Los básicos. La baño en mi propia bañadera, aunque no le gusta mucho. Se queda quietita, dura. Sí le fascinan los charcos y las mangueras. Cuando se prendía el riego en mi casa anterior jugaba como loca. Y come alimento balanceado... aunque a veces devora el de la gata. Tenemos todo un tema ahí: ¡se llena el buche de comida de gato y se la lleva a su plato, para que parezca que es la suya! Es un tanto malcriada (risas).
–Es la más chica de la casa.
–Sí. Serena fue la primera en aflojar con los permisos. La deja subirse al sillón, por ejemplo. Cuando me levanto temprano o de madrugada, ella baja despacio para que yo no me dé cuenta. Las chicas juegan un montón con ella y se hacen cargo de su cuidado. Saben que tienen una mamá que trabaja, así que no les queda otra que aprender lo que son las responsabilidades.
El 2020 comenzó con dos estrenos para Saccone. En teatro junto a Pepe Cibrián en Por el nombre del padre (Picadilly) y en Separadas, la nueva gran apuesta de Polka para eltrece en televisión, donde encarna a Renata, la “pseudo-villana”. Un rol que describe como “muy interesante”, porque según dice, “se supone que es una malvada que hará sufrir a las protagonistas, pero la verdad es que justifico sus sentimientos y reacciones”. Viviana cuenta que a la hora de elegir los roles no tiene una línea definida. “Si bien me gusta interpretar personajes muy disímiles, me divierte mucho meterme en la piel de una villana. Porque nunca mueren en la memoria de la gente”. Además, le gustaría que hubiese más ficción –“hoy el panorama es muy limitado”– para que, de alguna manera, “haya más espacio para que las mujeres nos podamos sentir identificadas con una gran variedad de roles y situaciones”.
–Y en lo personal, ¿quién más comparte la diaria con Mora?
–(Risas) Estoy sola. El estado de enamoramiento me gusta mucho, así que si el amor se cruza será muy bienvenido. Aunque admito que me piropean mucho, por suerte (risas). Eso me halaga, me estimula, me hace sentir muy bien.
–¿Seguís vinculada a Santiago?
–Sí. Fuimos amigos antes de enamorarnos y lo seguimos siendo ahora. Es algo muy lindo, que nunca me ha pasado con otras parejas: que prevalezca la amistad por sobre todas las cosas. Lo amo profundamente. Es un hombre maravilloso. Terminamos nuestra relación súper bien. Y me parece que así tiene que ser.
Fotos: Fabián Uset. Styling: Gigi Viappiani. Maquilló: Gabriel Edgar Oviedo. Peinó: Yvana Cella para Estudio Cella. Agradecemos a: Casa Catedral, Martina Saban, Paz Cornú, Benedicta, Las Rozas, Las Natalias, Clinistore y Helados Daniel.
