Después de pasar las Fiesatas y unas minivacaciones en Punta del Este con su mamá, Graciela Alfano, Francisco Capozzolo (25) decidió viajar a México junto a sus tres amigos, Andrés Magild, Federico Klauss y Manuel Mola. El plan no podía ser mejor: surfear y disfrutar de la playa en Puerto Escondido, un paraíso de aguas color esmeralda sobre la costa del Pacífico. Pero algo iba a salir mal… Muy mal.
El domingo 25 de enero los jóvenes alquilaron una camioneta Dodge Durango para recorrer las playas del Pacífico. Encararon la Ruta Federal 200, que une Puerto Escondido con San Pedro Pochutla, un destino habitual para los que gustan del buceo. Con Andrés al volante, todo iba bien hasta que, a la altura del kilómetro 161, un camión rojo (placa 7BTK426) se cruzó de carril y embistió de frente a la camioneta, cuyo tren delantero quedó prácticamente destrozado.
Luego del choque, el conductor del camión se fugó, dejando a los cuatro amigos librados a su suerte. “Después del impacto, la camioneta salió despedida hacia la maleza. Los cuatro jóvenes corrieron con mucha suerte de no perder la vida, porque se trató de un accidente muy fuerte. Era espantoso ver la sangre que había en el lugar”, relató Esteban Vázquez, uno de los bomberos que participaron en el rescate. Fue el encargado de ayudar a Francisco a salir del vehículo donde había quedado atrapado.
“Los cuatro fueron atendidos por una ambulancia de la Cruz Roja y trasladados de inmediato, al hospital de Puerto Escondido, donde recibieron los primeros cuidados médicos”, contó Vázquez. El hijo de Graciela Alfano y Enrique Capozzolo, que viajaba en el asiento del acompañante, había perdido el conocimiento, producto de un fuerte impacto en la cabeza. Para una atención más segura, sus amigos decidieron llevarlo en ambulancia hasta el Distrito Federal, ubicado a unos mil kilómetros. “Tardaron doce horas en llegar hasta el hospital Angeles de las Lomas, considerado el mejor centro hospitalario privado de América latina, que cuenta con tecnología de avanzada”, agregó el bombero.
UN VIAJE LLENO DE ANGUSTIA. Graciela recibió la inquietante noticia del accidente en su casa de Buenos Aires. Enseguida viajó al DF para ver a su hijo. Se alojó en la casa de una amiga, a pocas cuadras del centro médico. Dos días más tarde se le sumó Quique, quien se hospedó, junto a su mujer, la abogada Amanda Larrez, en un barrio cercano. A las pocas horas de su arribo, Capozzolo se reunió con el embajador argentino en México, Jorge Yoma, para conseguir un avión sanitario y trasladar al joven a Buenos Aires, algo que finalmente no fue necesario, ya que Francisco podía movilizarse por sus propios medios.
“Tuvieron mucha suerte. Pudo haber sido mucho peor. Al principio el parte no era muy alentador: Francisco tuvo pérdida de conocimiento, doble fractura de mandíbula y no podía hablar muy bien porque estaba con la boca atada. Por eso ahora lo van a operar, para soldar los huesos rotos”, contaba Nicolás Ruscowsky, el hijo mayor de Graciela, cuatro días después del choque. “Uno de los chicos tuvo fractura de tabique y ya está en Buenos Aires, y el otro se rompió la clavícula y en cualquier momento viaja para acá. Lo más preocupante que tuvo mi hermano fue un golpe en la cabeza, que le produjo un hematoma en el lóbulo frontal”, explicaba Nicolás.
La operación resultó exitosa. Francisco ya salió de terapia intensiva y ahora se encuentra en terapia intermedia, en la habitación 110 del hospital Angeles de las Lomas. Hasta el momento, Graciela prefiere el silencio frente a la prensa. “Gracias al éxito de la cirugía, la atención de los médicos y la ayuda de Dios, mi hijo está mejorando. Dentro de unos días será dado de alta, y ahí los médicos evaluarán si podemos regresar de inmediato a la Argentina. No veo la hora de volver a casa todos juntos”, confió la actriz a una amiga en México. Alfano se turna diariamente con su ex para el cuidado de Francisco. Por su lado, Capozzolo aseguró en declaraciones radiales que “las cosas mejoran día a día”, y agradeció “tanto apoyo” recibido.
Mientras, la familia espera que este miércoles 4 de febrero (cuando se cumplan los siete días del postoperatorio) los médicos decidan cómo sigue el tratamiento de Francisco. “Viví horas de mucha angustia y tensión. Ahora estoy más tranquila. Estoy segura de que Dios está iluminando a mi hijo y va a tener una recuperación rápida. El otro día todos nos emocionamos cuando su hermano, por teléfono, le contó que Boca le ganó 2 a 1 a River en Mar del Plata, y Francisco se alegró. Ahí nos dimos cuenta de que está bien, y se nos humedecieron los ojos. Si Dios quiere, pronto vamos a volver a Buenos Aires”, le contó Graciela a una amiga, tranquilizando a todos desde la ciudad de México. 
Pasó las Fiestas con su mamá en Punta. Luego se fue de vacaciones a México. En la Ruta Federal 200, Francisco casi se mata. Iba junto a un amigo que manejaba.
La camioneta Dodge Durango salió despedida hacia la maleza y quedó prácticamente destrozada, incrustada debajo del camión que la embistió de frente. El conductor del otro vehículo se fugó después del choque. Los bomberos tuvieron que trabajar para sacar a Francisco, que quedó atrapado dentro de la camioneta.
Graciela y Francisco tienen una gran relación. Tras su ruptura con Matías Alé, la actriz se apoyó en sus hijos, que se convirtieron en su sostén.
