Parece una de esas películas con finales anunciados. Una chica de barrio que veranea en Las Toninas y tiene los pósters de los galancitos de turno en la habitación de su casa de Parque Chas. Ella sueña con ser una estrella dentro del llamado showbizz. Y de a poco lo logra: encabeza programas taquilleros, mete un éxito (Chiquititas), dos (Erreway), tres (Casados con hijos), traspasa fronteras, llega a Medio Oriente, hasta que un día el galán baja del póster. Después, sí, la dorada maratón: boda opulenta, luna de miel paradisíaca y promesa de felicidad eterna…
VIDA REAL. Es cierto que en la ficción el guión sería un fracaso, pero en la vida real la historia es perfecta. Ahora, Luisana Lopilato (23, la chica de la peli) y Michael Bublé (36, el galán del póster) pasean sobre un vaporetto que surca los canales de esa ciudad a la que le cantó Charles Aznavour en Venecia sin ti.
Esta fue la segunda escala de la honey moon: antes visitaron Israel, donde Luisana cosechó cientos de miles de fans gracias a Mia Colucci, la adolescente que interpretaba en Erreway. “¡Qué lindo Israel! Este lugar tiene una parte de mi corazón. ¡Cómo lo quiero!”, twitteó la señora de Bublé. Es que, en Tierra Santa, ella es tan popular como su marido, nada menos que una megaestrella del pop mundial.
NO TAN DISTINTOS. Así como los Lopilato provienen de una familia de clase media que se hizo de abajo, los antepasados de Michael también tienen un origen humilde. El padre del cantante, Lewis Bublé, era pescador, y su abuelo Demetrio, plomero. Por eso, Michael quiso aprovechar su estada en Italia para visitar la provincia de Trieste, la tierra de sus ancestros. Y llegaron hasta Preganziol, un pequeño poblado de diecisiete mil habitantes, donde creció su abuelo Demetrio.
La pareja seguirá girando por Europa hasta los primeros días de mayo. Después regresará a Canadá para terminar los detalles de la siguiente boda, esta vez en el país de Bublé. La fecha es el 20 de mayo. Ese día terminará la primera etapa de esta película –la de su vida– con ese guión tan obvio para muchos, pero perfecto para ellos… 
Durante los primeros días de su honey moon, Michael y Luisana visitaron Israel, y en la semana recorrieron Venecia, donde están las raíces del exitoso cantante.
La pareja gozó de un largo crucero por los canales de las islas que forman la mítica y romántica Venecia. Cada vez que se toparon con un paparazzo derrocharon buen humor y mejor onda.
Agotaron cada rincón veneciano en una espléndida y velocísima lancha, y ya en tierra firme se confundieron entre la gente como dos turistas enamorados. Próxima parada: Canadá, para la segunda boda. Amor x 2…
