Contra todo pronóstico, Carlín Calvo (57) sufrió un accidente cerebrovascular. El segundo de su vida. Fue el viernes 8, minutos antes de salir a escena con Taxi, el Original, en el teatro Güemes de Mar del Plata. “Estaba en su camarín, me pidió repasar la letra y empezó a marearse. Decía muchas incoherencias... Ahí me asusté un poco. Y enseguida se desvaneció, parecía como si se le fueran los ojos”.
Con estas palabras, Diego Pérez, su amigo y compañero de elenco, relató los instantes previos del accidente que lo llevó a ser atendido de urgencia por una unidad móvil de cuidados intensivos en la puerta del teatro. Esa misma tarde había asistido al ensayo sin inconvenientes. Incluso, había disfrutado del spa del hotel Sheraton, donde se estaba hospedando. Nada que pudiera considerarse una señal de alerta, excepto por un detalle: al Güemes, el actor no llegó manejando su camioneta, como es habitual, sino que lo hizo en un taxi acompañado por Facundo, su hijo (su mujer, Carina Gallucci, y su hija menor, Abril, se habían quedado en Buenos Aires).
¿Acaso ya no se sentía bien? Al ver que Carlín no respondía a los estímulos, los médicos de la ambulancia decidieron trasladarlo de inmediato al Hospital Privado de la Comunidad, a veinte cuadras del teatro. Ingresó a las 23.30 con “un ACV hemorrágico”, según el informe médico. La operación intracraneal, a cargo del prestigioso cirujano Mauro Gáspari, duró una hora y 45 minutos y fue exitosa. Se logró descomprimir el cerebro y tratar quirúrgicamente el hematoma que, según el detalle “era de cinco por siete centímetros”. El mismo tamaño que una pelota de tenis, para comprender lo agudo de la situación. Mientras tanto, Facundo (que estaba en la platea del teatro cuando se produjo el ACV) se enteraba en una pizzería vecina al Güemes de lo que le había sucedido a su padre. A pesar de su edad, es un chico muy maduro para sus once años, y pidió conocer todo, sin eufemismos.
Sin embargo, y también contra todo pronóstico, la mejoría del actor desde las primeras horas fue excepcional. Y los resultados de la tomografía post operatoria lograron calmar la ansiedad. Ya con Carina en la ciudad, quien llegó a primera hora del sábado acompañada por Andrés Calvo, el hermano de Carlín, todas las novedades que se fueron conociendo resultaron alentadoras para el cuadro. Al cierre de esta edición, el parte médico detallaba que “el paciente sigue ventilado mecánicamente, pero con menos asistencia. Comienza a despertarse y su evolución es buena”.
Más allá de la fría letra, la verdad es que Carlín está respirando casi sin ayuda, que inconscientemente se quiere levantar y que si lo tienen sedado es para que no se quite las sondas. Un verdadero milagro. De todos modos, aún no se puede hablar de secuelas.
Además de las visitas de sus compañeros de elenco, visiblemente consternados (entre quienes se encontraban el productor Javier Faroni, las hermanas Silvina y Vanina Escudero, Alejandro Fiore, Jorge Carna Crivelli y Matías Santoiani), el sábado por la noche estuvieron en la sala de terapia el doctor Alfredo Cahe –médico personal del actor–, junto al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, y el secretario de Salud de la Provincia, el doctor Alejandro Collia, experto neurocirujano. Scioli puso a disposición el avión de la gobernación en caso de que necesitara un traslado, pero Collia evaluó personalmente el caso y coincidió con Cahe en que lo mejor es que continúe internado en Mar del Plata, donde le están prestando muy buena atención.
“Es una pelea difícil pero se llegó a tiempo. Lo veo muy activo, como queriéndose despertar. Siento un afecto entrañable, es un gran tipo y esperemos que su temple, su fortaleza y sus ganas de trabajar lo ayuden a sobrellevar esta situación. Son peleas difíciles, a veces desiguales, pero lo bueno es que se llegó a tiempo”, expresó conmovido el gobernador.
AQUELLA PRIMERA LUCHA. A Carlín, su historia clínica ya le había cantado jaque el 14 de marzo de 2000, cuando otro ACV le produjo una hemiplejia severa que le inmovilizó la mitad izquierda de su cuerpo, principalmente el brazo y parte de la cara. Estuvo once días internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, y fue una dura batalla. Pero tras varios meses de rehabilitación en el instituto CIREN, en Cuba, pudo salir adelante... y volver al ruedo.
Diez años después, sin embargo, tuvo lugar este imprevisible revés. Sucede que, según el doctor Cahe, Carlín seguía al pie de la letra los cuidados médicos de su caso y nunca abandonó la rutina de fisiatría. Además, había sumado clases de natación a sus actividades diarias. La única debilidad a la que no se resistía era a una latita de gaseosa energizante que tomaba siempre antes de salir a escena “para cargarme de pilas”, según sus palabras. Una lata de refresco que, el último viernes, quedó a la mitad.
Pasado el susto de las primeras y decisivas 48 horas, Carina Gallucci, su mujer, quien primero prefirió evadir a la prensa, accediendo a la terapia por puertas laterales, rompió el silencio frente a GENTE. “Estoy mucho más tranquila, calmada. Lo vi bien... Me dijeron que le disminuyeron mucho la medicación. Por suerte está respondiendo muy bien, y la cirugía fue exitosa. De a poquito le irán quitando por completo la sedación”, resumió, algo cansada pero de buen ánimo.
–En un portal se publicó, erróneamente, que había fallecido... ¿temiste por la vida de Carlín?
–(Interrumpe) Eso lo supe, sí. Pero yo no leí nada. Siempre estuve comunicada porque Javier (Faroni, productor de la obra) me llamó enseguida y estaba bien informada. No llegué a asustarme tanto. Ahora está fuera de peligro, gracias a Dios ya no corre riesgo su vida.
–¿Cuándo será posible el traslado?
–Por ahora no. Tenemos una semana más acá, seguro. Igual, lo están atendiendo muy bien. Ya está toda la familia mucho más tranquila. De a poquito iremos viendo como sigue todo...
–¿Es cierto que ya mostró movilidad en brazos y piernas?
–Sí, es verdad (sonríe por primera vez en la nota). Mostró reflejos buenos en los brazos y las piernas. Como intentando moverse. Para el médico eso es muy alentador. Se está despertando. Estoy acá para acompañarlo, nada más.
–Como hace diez años...
–Es verdad. Es difícil, es una lucha larga, pero acá estamos...
Carlín junto a sus dos hijos, Facundo y Abril, de 11 y 4 años. Por ellos peleó por recuperarse y llevar una vida normal. Y seguramente será por ellos que el actor tampoco esta vez se dejará vencer.
Diego Pérez, compañero de elenco y gran amigo, toma la palabra frente al público que aguardaba el comienzo de la obra. Todavía se desconocía el lamentable diagnóstico. Junto a él, Matías Santoiani, las hermanas Escudero, Carna y Alejandro Fiore, entre otros.
Carina estaba en Buenos Aires cuando trascendió la triste noticia. Y desde la mañana del sábado se apostó en el hospital para acompañar a su marido. Tras el hermetismo de las primeras horas, accedió a dialogar con GENTE: “Ya estoy mucho más tranquila. Mostró reflejos en brazos y piernas, como intentando moverse. Lo peor ya pasó”, destacó, más calma, y acompañada por Andrés Calvo, el hermano del ídolo, y una amiga.
