"No lo puedo creer. Es una emoción muy fuerte... Que Dalma y Gianinna tengan una estatua del padre para venir a ver es algo muy emotivo”, dijo Diego Maradona frente a su estatua. Después tocó las piernas y las rodillas de la escultura, y tiró besos al aire… Faltaban diez minutos para que comenzara el partido Boca-Colón, pero eso parecía importar poco. A las cinco en punto de la tarde toda la atención recayó en el Museo de la Pasión Boquense, porque el mejor jugador de fútbol de la historia acababa de descubrir su propio monumento: “El homenaje más lindo que me hicieron en la vida”, dijo, mientras descorría la tela que cubría su imagen.
Julián Chavero, Leandro Quintanilla, Gastón Amato y Lionel Díaz son cuatro marplatenses fanáticos de Diego, y juntos impulsaron la concreción de la obra. “Este es el producto del amor hecho cultura”, definió Gastón antes de entregarle la plaqueta a Diego, que llegó de la mano de Elizabeth Eichhorn, profesora de Artes Visuales y Técnico Ceramista, especializada en esculturas: “Poco a poco se le fue dando forma y cuidando cada detalle: los anillos, las pulseras que usaba como cábala, la camiseta calada de 1986, la cinta de capitán, la pelota Azteca, la postura, el gesto, el peinado, todo, para que dentro de cien años la gente pueda ver cómo era Maradona en su momento de mayor gloria”, explicó la artista.
La estatua y la base que la sostiene mide algo más de tres metros, pesa trescientos kilos, está hecha en fibrocemento con terminación símil bronce, y protegida con técnicas de conservación, para que el paso del tiempo no la altere. Para financiarla se organizó una campaña de recolección de fondos entre seguidores de Maradona, cuyos nombres están en la base de la escultura: ciento ochenta fanáticos de la Argentina, Chile, Perú, México, Colombia, los Estados Unidos, España, Italia, Malasia e Inglaterra que compraron –cada uno– un bono de 16 dólares.
Después de la ceremonia, Maradona (46) habló con GENTE:
–¿Tu primera impresión, Diego?
–Cuando la vi me vinieron a la mente las imágenes de aquel Mundial fantástico que ganamos en México. Esa es otra de las cosas que más me gustan: que la estatua recuerde uno de los momentos más lindos de mi vida.
–¿Imaginabas llegar al bronce tan joven?
–La verdad que no, pero es muy lindo que te hagan este tipo de homenajes en vida. La mayoría llega… ¡cuando el tipo ya no está!, y eso es medio al cuete. Yo prefiero esto, lo que se puede disfrutar junto a toda la familia.
–¿Pensás volver al museo para verla junto a tus padres y a tus hijas?
–Seguro, voy a venir otro día con tiempo para poder mirarla más detenidamente. Y quiero venir con mis hijas, con Dalma y con Gianinna, porque va a ser muy lindo sacarles fotos abrazando la estatua de su papá.
–¿Por qué decidiste ponerla en el museo de la cancha de Boca y no en el tuyo, el personal?
–Porque este homenaje es para mí, pero también para la gente. En casa, los únicos que podemos disfrutar mi museo somos los Maradona. Nadie más… En cambio acá, todos los hinchas de Boca y los de otros equipos van a poder verla. No te olvides que Boca recibe durante todo el año miles de turistas que quieren conocer la historia de uno de los equipos más grandes del mundo. Y yo también soy parte de eso…
–¿Sabías que para construirla aportaron dinero ciento ochenta admiradores tuyos de distintos países?
–Sí, me lo comentaron. Eso también es algo muy lindo, porque demuestra el cariño de la gente. Estoy seguro de que muchos de los que aportaron plata ni siquiera son hinchas de Boca.
–¿Ahora se viene la lluvia de estatuas tuyas?
–Puede ser. Pero ésta, la primera, es la que más valor tiene para mí. Sé que hay otra en Bahía Blanca. Vi las fotos. Es muy linda. Pero estos chicos fueron los pioneros de la idea, y eso tiene un plus. También por eso quise que la estatua quedara en la cancha de Boca.
–¿Ya palpitás el primer tricampeonato de la historia de Boca?
–Parece que este año a Boca no se lo saca nadie, ¿no? Lástima que el sábado ganó Estudiantes y vamos a tener que esperar una semanita más. Y si el domingo ganamos en Córdoba, yo no voy a poder estar… El miércoles viajo a Moscú para alentar al equipo argentino que va por la Davis. Pero en la última fecha, contra Lanús, vuelvo a festejar como loco. Qué macana que la estatua pesa trescientos kilos…
–¿Por qué, Diego?
–Porque si no, ¡la metía en la cancha para que diera la vuelta olímpica!
Maradona descubre su propia estatua. Luego, plaqueta en mano, se sentó al borde para la foto: “Es uno de los regalos más lindos que me hicieron en la vida”, dijo emocionado.
Diego posa junto a Leandro Quintanilla, Julián Chavero, Lionel Díaz y Gastón Amato, los cuatro marplatenses que hicieron posible la estatua.
El jueves 27 de octubre se inauguró otro monumento a Diego en Bahía Blanca. Es de bronce, mide 2,70 m y fue diseñada por Carlos Benavídez, el artista cordobés autor también de la escultura de Ricardo Bochini que está en la sede de Independiente. Representa a un Maradona muy joven, el de los días en que empezó a deslumbrar al mundo desde Argentinos Juniors.
