“Una mujer llega a la ligadura de trompas cuando nadie se encargó de educarla como corresponde” – GENTE Online
 

“Una mujer llega a la ligadura de trompas cuando nadie se encargó de educarla como corresponde”

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Luego de algunas idas y vueltas, el miércoles 9 de agosto a la medianoche, y con un importante respaldo del oficialismo (35 votos a 9), se sancionó la ley de cirugías anticonceptivas que permite la ligadura de trompas en mujeres y la vasectomía en hombres. A partir de su reglamentación, los mayores de edad podrán solicitar en hospitales públicos y sanatorios privados la realización de estas prácticas en forma gratuita. La única condición es la firma de un consentimiento en el que consten los alcances de la decisión, además de contemplar la objeción de conciencia para los médicos que consideren que dicha práctica choca con sus convicciones.

En contra de esta ley se manifestó la senadora Hilda Chiche de Duhalde, del bloque justicialista para el Diálogo de los Argentinos. En el living de su casa de Lomas de Zamora, la senadora explicó los motivos de su oposición: “Si yo viviera en un país que le pudiera garantizar todas las libertades a la mujer, a la familia, aceptaría una ley de estas características. Me parece que nuestro país está muy lejos de poder darle a la mujer la libertad absoluta de poder elegir. Es una libertad condicionada. No es un derecho que se toma con absoluta libertad. A cualquier mujer debidamente informada sobre el cuidado y el respeto de su cuerpo, sobre su sexualidad, si el Estado le diera los elementos anticonceptivos necesarios para no quedar embarazada, no sé si decidiría hacerse la ligadura de trompas. Una mujer llega a la ligadura de trompas cuando nadie se encargó de educarla como corresponde. Para mí, éste es el nudo central del problema. Hay que pensar que, a lo mejor, ligamos las trompas de esas mujeres, pero sus maridos las siguen violando. Es una forma de desentenderse. Esa mujer que ya no puede decidir sobre su cuerpo, es cierto, no va a tener más hijos, pero el abuso va a seguir”.

Las preguntas que se repiten tienen que ver con la educación y por dónde empezar. La senadora no cree que por medio de una ley las cosas cambien. Sostiene que para mejorar las condiciones de los que menos tienen se necesita otro tipo de políticas. “Hay que educar, enseñar. Pero la escuela no puede tener una materia que se llame Educación Sexual. Esta tiene que estar atravesando el sistema y debe estar presente todo el tiempo. El docente debe tener la preparación para enseñar estos conceptos, y la familia debe hablar sobre los riesgos. Yo en el recinto toqué el tema, y es impresionante el desconocimiento que tienen las personas de más bajos recursos. Me da la sensación de que todo eso falta y no pasa por una ley. Pensemos en el momento de las prácticas: ¿Cómo van a ser? ¿En el hospital público, donde tardan cuatro meses para una intervención común? ¿Por qué no va a pasar lo mismo con la ligadura de trompas, entonces? Debemos pensar en el país que tenemos y en las posibilidades reales. Creo que avanzamos sobre temas como si fuéramos el Primer Mundo, cuando en realidad estamos muy lejos de serlo.”

En la vereda de enfrente, como una de las más activas promotoras de esta ley, se encuentra la senadora por La Pampa Silvia Gallego de Soto, del bloque justicialista Frente para la Victoria, presidenta de una de las comisiones que abordaron el tema, y autora además de la primera ley de procreación responsable y salud reproductiva de la Argentina, legislada en 1991. “Las mujeres que hemos trabajado en cuestiones de género venimos peleando muy duramente desde hace muchos años. Para nosotros, trabajar esta ley y tratar de explicarla en el marco de la realidad, del ejemplo de cuáles son las iniquidades de nuestro sistema, es muy importante. Se trata del derecho de cada uno a decidir qué hacer con su cuerpo. La vida nos da opciones. Y uno, por la condición de adulto, responde eligiendo un camino u otro, con una responsabilidad personal: esto es la libertad. Cada vez que tratamos temas que garantizan temas de derechos individuales, como es en este caso, siempre hay un sector que nos objeta, que nos presagia las mismas barbaridades. Tienen un discurso que es contradictorio. Cuando tratábamos la Ley de Procreación Responsable nos decían que las personas se iban a enfermar, que iba a desaparecer el criterio de la familia, que incitábamos a la promiscuidad, a la prostitución, y que el SIDA se iba a propagar. Son los mismos argumentos que se utilizan ahora”.

Quienes optaron por el “no”, sustentan como argumento principal la falta de educación que prima en las clases de bajos recursos. Para la mayoría ganadora, esto es fragmentar la cuestión de manera intencionada. “Insisten en que la gente no tiene la educación para decidir al respecto –asegura Gallego–, pero no la objetan a la hora de reclamarles el voto. Yo creo que el argumento de la educación es falaz. Y creo que esas personas tienen poco contacto con la realidad y con los sectores populares. Afortunadamente, el pueblo tiene bastante más información de lo que creen algunos iluminados. Yo hablo con las mujeres y tienen mucha noción de lo que quieren. En nombre de todo eso, dicen: ‘No los dejemos elegir, porque no saben’. Insisto: creo que no es un problema de educación: la gente tiene conciencia, y yo digo que las mujeres saben muy bien lo que es una ligadura de trompas”.

Una cuestión clave que produce opiniones encontradas en ambos bloques del justicialismo es la reversibilidad o no del tratamiento. Dice la senadora Gallego: “Tanto la ligadura de trompas como la vasectomía son reversibles, aunque no en un ciento por ciento de los casos. Hay distintas técnicas. Ahora dejó de existir la posibilidad de la mutilación. Con esta ley estamos posibilitando que la gente pueda elegir responsablemente lo que decida hacer con su fertilidad. Esto tiene que ver con la infertilidad y no con la castración; son dos cosas distintas. Nadie va a ir a hacerse una ligadura o una vasectomía chocho de la vida, en un acto casi carnavalesco. Pero si la gente prefiere no tener hijos, yo no tengo por qué meterme en su vida. Como senadora, no tengo derecho a decir eso”.

En cambio, Chiche Duhalde no cree en la reversibilidad de estas prácticas: “No creo que el ser humano deba mutilarse; estas prácticas deberían considerarse como última alternativa. Con esta ley no solucionamos toda la problemática. Las enfermedades de transmisión sexual van a seguir. Esta es una solución rápida, pero no es una solución de fondo”.
“<i>Pensemos en la práctica: en el hospital público, donde tardan cuatro meses para una intervención común, ¿por qué no va a pasar lo mismo con la ligadura de trompas, entonces?</i>”, se pregunta la senadora Duhalde, en charla con GENTE en su casa de Lomas de Zamora.

Pensemos en la práctica: en el hospital público, donde tardan cuatro meses para una intervención común, ¿por qué no va a pasar lo mismo con la ligadura de trompas, entonces?”, se pregunta la senadora Duhalde, en charla con GENTE en su casa de Lomas de Zamora.

“<I>Nadie va a ir a hacerse una ligadura o una vasectomía en un acto casi carnavalesco. Pero si la gente prefiere no tener hijos, yo no tengo por qué meterme en su vida</i>”, sostiene la senadora pampeana Silvia Gallego de Soto, quien recibió a GENTE en su despacho del Congreso.

Nadie va a ir a hacerse una ligadura o una vasectomía en un acto casi carnavalesco. Pero si la gente prefiere no tener hijos, yo no tengo por qué meterme en su vida”, sostiene la senadora pampeana Silvia Gallego de Soto, quien recibió a GENTE en su despacho del Congreso.

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