Esta historia está más allá de la rutina que Susana conoce como nadie desde hace casi un cuarto de siglo, cuando atendió la primera llamada y dijo: “¡Hola, amorosa! ¿Quién sos?”. Llamada a la que siguieron miles, al punto de bloquear todas las líneas... Mucho más allá. Ya veremos por qué. Primero, la insoslayable información. Estará, desde mediados de mayo, al frente de dos emisiones: los miércoles, en vivo, con su programa de sketches, shows musicales e invitados en el living; y los domingos, el apasionante Salven el millón, grabado. Como siempre, por Telefe. ¿La apertura? Un colosal espectáculo onda hollywoodense, justificando las medallas de Su: 18 Martín Fierro, incluido el de Platino. Y en ese punto, mientras el equipo de producción se devanaba los sesos pensando cómo asombrar, empezó la historia que prometimos...
HOLA, SOY SUSANA. La rubia –como Rodríguez solía llamarla– marcó los números mágicos: exactamente los de su ex. Fue al grano, y soltó primero: “Necesito tu helicóptero”, nada menos que un poderoso Eurocopter EC 130, modelo top de la empresa francesa Helicorp (la mayor en su género, que representa Corcho). Después, Su siguió: “Y me encantaría filmar la apertura en Yellow Rose”. Un pedido, digamos, riesgoso, y con chance de un “no”–educado, pero un “no” al fin–, por obvias razones: desde hace seis años –casi a partir de la ruptura entre ambos–, Jorge es la feliz pareja de Verónica Lozano (conductora del programa AM), y los dos, padres de Antonia, hoy de tres añitos. Sin embargo...
EL INESPERADO “SI”. O no tan inesperado... Cierto, el cuadro de situación no era ideal: una ex pidiéndole a un ex, y por carácter transitivo, a la mujer del ex, nada menos que dos de sus posesiones privadas, sólidamente afincadas. De pronto, y si bien con lejanía en el tiempo y en los sentimientos, la rubia volvía a estar presente, aunque se tratara apenas de una tarde de filmación. Sin embargo, el pasado, la amistad y el don de gentes (valor tan escaso como esencial), fueron más fuertes que el prejuicio. Hubo chacra, helicóptero y moto, más allá de toda sospecha y habladuría. Y como si nada hubiera pasado, como si el ayer fuera (y es) sólo el ayer en esas tres vidas, Susana ensayó con el glorioso Julio Bocca, y se vistió de glamoroso y muy sexy cuero para montar la Harley Davidson, y voló en el helicóptero, y en el preludio de sus programas dijo –entre una ola de aplausos– que “hace un año que no estoy al aire, y creo que por eso me extrañan tanto. Me hacen sentir muy bien. Déjenme confesarles que yo también los extrañé. Soy la de más antigüedad... ojo, acá en el canal, no de edad. No se pasen de vivos... Amo estar rodeada de tantas figuras talentosas, que hacen un lugar para mí en sus corazones. ¡Los quiero mucho! Y no desesperen... ¡que ya vuelvo!”.
Susana, la única, entra en su temporada televisiva número 25. Confirmados: Emilio Disi y el gran partenaire, Antonio Gasalla. En la súper apertura... ¡Julio Bocca!
Súper delgada y diosa como siempre, el jueves 25 de abril llegó en un jet privado a Punta del Este. El lunes y martes siguientes empezó a grabar en dos chacras: La Mary, la suya, casi mítica, y Yellow Rose, la de Corcho y Vero Lozano. Y con todo: un camión de filmación, veinte expertos entre técnicos, vestuaristas y su eterno peinador, Miguel Romano.
Durante dos horas, Susana interactuó con el helicóptero de Jorge Rodríguez y una moto Harley Davidson, la marca predilecta de su ex. En total, 18 horas de trabajo infatigable.
