Un año de Estilo K – GENTE Online
 

Un año de Estilo K

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Política

Rosendo Fraga (Analísta político e historiador)

“El Estilo K se ha caracterizado por una confrontación constante”

–Balance de un año de gobierno de Kirchner. ¿Qué fue lo mejor?
–La recuperación económica. Promedia un crecimiento superior al 8 por
ciento, y el primer trimestre de 2004, con un crecimiento anualizado que supera
el 10 por ciento, es el mayor de la década. Deriva de circunstancias externas
muy favorables, pero no cometió errores que la hubieran interrumpido. Segundo:
demostró que se puede ser un presidente fuerte, aunque las circunstancias lo
hayan hecho asumir con sólo el 22 por ciento de los votos, y que está dispuesto
a gobernar con independencia de quienes lo llevaron al poder, en particular el
ex presidente Duhalde.

–¿Y lo peor?
–Aparecen cuestiones que generan dudas sobre la gobernabilidad. La primera
de ellas, es la falta de previsión y de solución respecto a la crisis
energética. La postergación de problemas económicos pendientes, finalmente,
termina por hacer crisis. Esto puede ocurrir también con cuestiones como la
deuda externa en default. La segunda está vinculada a la inseguridad pública. El
fenómeno Blumberg puso en evidencia que el gobierno le había perdido el pulso a
la opinión pública, y el plan de seguridad anunciado genera dudas sobre su
eficacia.

–¿Cómo definiría al llamado Estilo K?
–El Estilo K se ha caracterizado por una confrontación constante, la
búsqueda de un trato directo con la gente en manifestaciones y actos, y una
prioridad casi absoluta en mantener el apoyo de la opinión pública, aún a costa
de las políticas de estado de largo plazo.

–La transversalidad tan pregonada, ¿es un proyecto viable, o es mas bien una
amenaza del gobierno hacia adentro del PJ?
–Es un proyecto posible, pero de alto riesgo para la gobernabilidad, porque
implica un conflicto con las estructuras tradicionales del partido, que alinean
a la mayoría de los gobernadores y de los legisladores nacionales. Sin el apoyo
del peronismo, le resultará muy difícil a Kirchner gobernar los tres años y
medio de mandato que tiene por delante. En los próximos meses tendrá que optar
entre continuar con su proyecto o aceptar que el PJ es la fuerza de gobierno.

–Las diferencias entre Kirchner y Duhalde, que en Parque Norte llevaron al
punto máximo sus mujeres, ¿pueden explotar definitivamente?
–A lo largo del año, el conflicto ha ido creciendo. PJ versus
Transversalidad, Presidente versus gobernadores, Duhalde versus Kirchner,
Cristina Kirchner versus Chiche Duhalde, son todas manifestaciones de un
conflicto político de fondo que, en mi opinión, sólo se cierra si el Presidente
aceptara presidir el PJ, como se lo proponen Eduardo Duhalde y los gobernadores.

–Cuando se presentó el acto de la ESMA, varios gobernadores se sintieron dejados
a un lado. ¿Esto fue subsanado por el gobierno?
–El conflicto subyace, y tanto el acto de San Vicente, como el fracaso del
intento del Ejecutivo en modificar el régimen de coparticipación, muestran que
sigue estando presente.

–Pese a que la imagen positiva del gobierno descendió, aún se mantiene en
niveles muy altos. ¿Significa que continúa la luna de miel con la gente?
–La “luna de miel” se ha terminado. Desde marzo ha comenzado este
proceso, que les sucede a todos los gobiernos cerca del primer año. En el
segundo año de gobierno, será la eficacia en resolver temas como la inseguridad
pública, la crisis energética y el mencionado conflicto con el PJ, y no la
imagen o la esperanza, la clave del consenso en la opinión pública.

–Un sector piquetero continúa actuando con violencia. ¿Por qué el gobierno no
toma el toro por las astas en este tema?
–La opinión pública viene reclamando, desde los últimos meses de 2003, una
actitud más firme frente a la protesta piquetera. El gobierno no lo hace porque
teme que hechos de violencia le disminuyan el consenso, pero más tarde o más
temprano tendrá que enfrentar el problema, ya que la inacción también tiene
costo en términos de opinión publica.

–¿Quién es hoy la oposición, y qué rol tendrán Elisa Carrió, Ricardo López
Murphy y Mauricio Macri –como opositores fuera del peronismo– durante los
próximos doce meses?

–En los próximos doce meses, la oposición política real estará en el conflicto
transversalidad-peronismo. La UCR, Carrió, López Murphy y Macri harán una
oposición de opinión pero sin peso político real para influir en las decisiones
del gobierno.

Economía

Abel Viglione (Economísta de la Fundación FIEL)

Hasta ahora el gobierno se concentró en soluciones de problemas a corto plazo”

–Hay una buena sintonía entre el ministro Roberto Lavagna y el presidente
Kirchner?
–Sintonía existe, pero me parece que es como en una ópera, uno es
barítono y otro soprano, por lo cual no tienen el mismo timbre de voz.

–¿Cuál fue el mayor acierto del gobierno en materia económica?
–No despilfarró los recursos fiscales frente a las demandas de los distintos
sectores. Determinó un ranking de gastos, con los cuales uno puede o no estar de
acuerdo, pero no “tiró la casa por la ventana”. Ello lo hizo más creíble para
los agentes económicos.

–¿Y el gol en contra?
–Se concentra en soluciones de problemas a corto plazo, sin visualizar que
tapando un agujerito hoy, no se soluciona el problema de mañana.

–¿Hay un plan económico, o se van tomando medidas coyunturales?
–Una parte del programa estaba en la plataforma política previa a las elecciones
del año 2003, y la otra en “la cancha”, es decir, después de la asunción. A
comienzos del 2003 existían dos posibilidades: profundizar la pesificación a
fuerza de lobby o encarar algo más racional para solucionar los problemas que
aparecerán entre el 2004 y el 2006. La primera fue descartada, pero la segunda
no fue puesta en marcha en forma generalizada.

–Ahora, el crecimiento del PBI fue del 10,3 por ciento anual, el doble desde que
Kirchner asumió. ¿Por qué?
–Adentro, lo más relevante fue la reversión de la fuga de capitales de los
propios argentinos. Eso determinó una fuerte expansión de la demanda interna.
Aparte, los factores externos fueron muchos. Es como si corriéramos una regata
con vientos de cola casi toda la carrera: bajó la tasa de interés internacional,
subieron los precios de los commodities primarios e industriales, creció
fuertemente el comercio internacional, China se despertó y no paró de demandar
productos en el 2003, el dólar se devaluó con respecto al euro… todo a favor.

–¿Se puede sostener ese ritmo de crecimiento?
–No. Para crecer hay que invertir: incorporar capital, tecnología y realizar
cambios organizacionales. Ese no parece ser el camino que sigue el país. La
inversión por habitante es muy baja. En el 2003 fue de tan sólo 501 dólares y
este año podrá alcanzar los 730 por habitante, aún muy por debajo de los 818 por
habitante que había entre 1982 y 1989. Esa baja inversión condena a una tasa de
crecimiento baja.

–¿No se creó un clima propicio para la llegada de inversiones?
–Para nada. Se inculpó a todas las empresas que presentaron ganancias en el
pasado, como si fuera una mala palabra. La esencia del capitalismo es ganar
plata, como la esencia de la distribución se encuentra en la política tributaria
y de asignación del gasto público. Si a cada sector que gana le cambian la regla
tributaria, lo único que hacen es espantar a los inversores.

–¿Cómo nos afectará la crisis energética en los próximos meses?
–La crisis tiene su epicentro en gas natural, y no creo que afecte
significativamente a la economía durante el 2004, si el invierno es benigno o
normal. Pero no hay una solución de largo plazo. La restricción energética es
probable o factible” en el 2004, pero de “ocurrencia cierta” en el 2005, donde
se juntarán dos problemas: gas natural (transporte) y electricidad (potencia).
De esa crisis sólo nos salvaría un milagro.

–¿Han sido efectivas las medidas para generar empleo genuino, o la baja en el
índice de desocupación es fruto de los planes sociales?
–El empleo aumentó fuertemente aún excluyendo los planes sociales.
Lamentablemente, una muy importante proporción del empleo creado fue en el
segmento informal, según el INDEC. Es lógico el aumento: la devaluación produjo
una fuerte caída del salario, y por lo tanto de los costos laborales.

–¿Fue correcta la decisión de no moverse de la oferta de una quita del 75 por
ciento para los acreedores privados de la deuda externa?
–Es la teoría de la negociación. El deudor solicita una muy fuerte quita y el
acreedor solicita cobrar el 100 por ciento. Ninguno de los dos mostrará qué se
está dispuesto a pagar y qué se está dispuesto a resignar. En algún punto
intermedio se logra un acuerdo. Por lo tanto, la oferta con quita nominal del 75
por ciento, equivalente a una quita en valor actual del 92 por ciento, ha sido
el punto de partida, pero no el de llegada.

–¿Cuándo volverá el crédito para la gente a tasas razonables, y no con las que
se cobran ahora?
–Oferta de crédito a corto plazo existe, lo que no hay es demanda, y una de las
causas puede ser la tasa de interés. Para que bajen deben aumentar los
depósitos, pero será difícil que las familias guarden sus ahorros en el sistema
bancario, por lo menos por unos años. La desconfianza generada por la
expropiación de los depósitos a principios del año 2002 ha sido una pesada carga
para este gobierno.
 

Sociedad

Juan Carr (Líder de la Red Solidaria)

“Para cambiar la realidad
hace falta más compromiso”

–Cuál es el balance en el terreno social, de este año de gestión de Néstor
Kirchner?
–Todo indica que hay una reactivación de la producción y del trabajo.
Evidentemente se respira un clima de esperanza. En el momento más crudo de la
crisis, cada un segundo se perdía un puesto de trabajo y ahora, por primera vez,
está sucediendo lo contrario: Cada tres minutos se consigue un empleo. Algunos
son del Plan Trabajar y algunos son en negro, pero todos contribuyen a la
contención social.

–¿Se podría decir que lo peor ya pasó?
–Con 16 millones de pobres, la Argentina todavía atraviesa una situación
complicada. Que haya una sola persona pobre ya es una tragedia, ni qué hablar de
la mitad de la población de un país.

–A pesar de la crisis, o por la crisis, hubo muchos gestos positivos de la
gente…
–Hay millones de argentinos a quienes les quisiera brindar un homenaje. Un
montón de gente que estudia, que trabaja, que es honesta, que a pesar de no
tener directivas, hizo lo que tenía que hacer. La mayoría del pueblo argentino
no delinque ni es corrupta. Y eso lo tenemos que aplaudir. Tres corruptos se
ponen de acuerdo y operan. Tres delincuentes se ponen de acuerdo y ganan la tapa
de los diarios. Esto ocurre frente a millones de honestos que todos los días
siguen los designios de su corazón y su conciencia, y quedan en el anonimato.

–¿Qué le preocupa más de todas las noticias que aparecen en los diarios?
–Me angustia que la Argentina esté fragmentada. Cuesta mucho unirnos. Todavía
falta para que se tome conciencia de eso, y duele. Y esa falta de cohesión
favorece a que el mal actúe con tranquilidad.

–¿Hubo acercamientos, o al menos intentos, hacia un país más unido?
–Una división que empieza a zanjarse es la que existe entre lo público y lo
privado. Se acortaron muchas distancias entre el gobierno y la comunidad. Por
ejemplo, el Ministerio de Desarrollo Social se está encontrando con la gente y
lo hace muy bien; el Ministerio de Justicia tiene un programa anti impunidad que
se une a las víctimas y las contiene. Que un ministerio se acerque al dolor
popular es inédito. Y también es bueno de parte de las víctimas, que lo acepten.

–¿Qué imágenes solidarias le pegaron más en este año?
–Ver en el estadio de River a todos los familiares de víctimas de la violencia
dar la vuelta olímpica mientras recibían aplausos de la tribuna. Descubrir al
equipo de Boca saliendo a la cancha con una bandera y la foto de los chicos
muertos por la violencia. El programa Pro Huerta del INTA. El concurso de
escuelas solidarias y el de energía solidaria. La evolución del Plan de Jefes y
Jefas de Familia tratando de pasar a la actividad y el trabajo, y no simplemente
quedándose en un subsidio. El transplante de corazón de Abril Dispenza, como
símbolo de esperanza...

–¿Creció la solidaridad?
–Cada vez hay más propuestas que pasan del asistir al dignificar. Ya no sólo se
junta ropa sino que se enseña a fabricar; no sólo se reparte comida sino que se
enseña a sembrar. Este fue el año de la consolidación de la cultura solidaria.
Pero siempre que uno aplaude, también debe decir: “Falta un montón”.

–¿Cuáles son las necesidades más urgentes?
–Terminar con la violencia debe ser una de las prioridades. En los últimos dos
años, cada cuatro horas y media murió un argentino víctima de un crimen. Otro
tema a superar es el de la falta de trabajo: sin duda, urge generar empleo
verdadero, no sólo paliativos o subsidios. Y finalmente, la educación. Esas son
las tres patas de los reclamos sociales: seguridad, trabajo y educación.

–La pregunta final es, ¿cómo?
–Para cambiar la realidad no hace falta una inversión económica, hace falta
compromiso. A nosotros nos resulta más fácil recaudar cheques de beneficencia
que encontrar una persona comprometida. Esta revolución solidaria es muy barata,
no hace falta dinero. Para cambiar la realidad de los 16 millones de pobres o de
los que esperan un transplante, o para encontrar a los chicos perdidos, hace
falta compromiso.

por Analía Sivak
foto: Christian Beliera


Justicia v Seguridad

Ricardo Gil Lavodra  (Miembro del Tribunal que juzgó a las Juntas Militares)

“Es descabellado creer que aumentando las penas el delito cesa”

–Cuáles fueron los principales aciertos del gobierno en esta materia?
–El cambio
de criterio con relación al enjuiciamiento político de los miembros de la
denominada “mayoría automática” de la Corte Suprema. En el año 1990, y con un
quórum obtenido hasta con cafeteros, la mayoría justicialista en el Congreso
sancionó la ampliación de los miembros del máximo tribunal para tener una Corte
adicta. El senado justicialista, por su parte, prestó acuerdo en sesión secreta
a los nuevos jueces en sólo veinticuatro horas.

–¿Y en el debe, qué ubicaría?
–La enorme demora del Ejecutivo en remitir al Senado la nómina de candidatos a
jueces, de acuerdo a las ternas que envió el Consejo de la Magistratura. Esta
demora en cubrir cargos vacantes conspira gravemente contra un adecuado servicio
de justicia. Por otro lado, es necesario que las críticas que los distintos
sectores formulan respecto de los candidatos a la Corte Suprema, cuya
posibilidad es un acierto de este gobierno, sean luego desechadas o aceptadas
con fundamentos por el Poder Ejecutivo. Caso contrario, esto se convierte en un
diálogo de sordos, en el cual mucha gente realiza objeciones y el Ejecutivo
sigue adelante sin dar razón de su proceder.

–¿Fue prolija la manera en que se produjeron las bajas en la Corte?
–El proceso de enjuiciamiento no fue prolijo. Tuvieron que buscar nuevos cargos,
pues entendieron que no correspondían los anteriores, que eran más sustanciales.
Fue un criterio equivocado.

–¿Con la designación de Eugenio Zaffaroni y la posibilidad de que se sumen las
doctoras Argibay y Highton de Nolasco, se garantiza la independencia de la
Corte, o veremos una Corte kirchnerista?
–No creo que tengamos una Corte kirchnerista. Las personalidades de los
nombrados no son proclives a sucumbir fácilmente a las presiones. Pero no es
bueno que un mismo gobierno designe a tantos nuevos jueces; esto afecta la
independencia del órgano, porque humanamente siempre hay cierta deferencia por
el gobierno que nombró.

–¿Le parecieron lógicas las reformas que el Plan de Seguridad propone en materia
de Justicia?
–Los ejes del plan son correctos. Y me parece también muy positivo que el
gobierno haya dicho que es un marco para debatir. La necesidad de
descentralizar, de aumentar la participación del ciudadano en materia de
seguridad y justicia, de luchar contra la corrupción, de poder contar con
fuerzas policiales probas y honestas, son objetivos correctos. Ahora bien, en
cuanto al contenido de las medidas, no hay reformas de fondo, como la
modificación del sistema de enjuiciamiento criminal, que es muy malo. Esto
provoca que otras reformas, como la implementación de los juicios por jurado,
sean difícilmente realizables.

–¿Le parece buena la unificación de la Justicia Penal, que dividió aguas entre
los jueces Federales y los Ordinarios?
–No. Esta unificación le produce un daño terrible a la autonomía de la ciudad de
Buenos Aires, porque aleja la posibilidad de transferirle la justicia y la
policía. No entiendo la razón, con una crisis tan grave como tenemos en materia
de seguridad, para no dar este paso. Y no entiendo por qué el Presidente de la
República y el ministro de Justicia, delante de los gobernadores y del gabinete
nacional, tienen que ocuparse acerca de si se van a poner fiscalías en Liniers o
en Villa Urquiza, por ejemplo...

–¿Es positivo que se hayan alargado las penas del Código Penal?
–No, de ninguna manera. Me parece una respuesta facilista y hasta demagógica. La
creencia de que, aumentando las penas, el delito cesa es descabellada. En lo que
toca a la represión hay que aplicar la ley penal. Nuestro drama es que no se
aplica, o se aplica muy mal. Reformar el Código Penal todas las semanas no es el
camino. Al contrario, es un precedente peligroso porque son reformas muy
delicadas que se han hecho con apresuramiento. Esta incontinencia legislativa me
parece alarmante.

–¿El gobierno siempre estuvo convencido de la importancia del tema seguridad, o
la plaza de blumberg provocó un plan de seguridad precipitado?
–La manifestación precipitó el conjunto de medidas. Creo que todos nos hemos
sentido un poco identificados con Blumberg. Esta tragedia motorizó a la
sociedad, fue una chispa que encendió un fuego que estaba latente. Pero esto no
puede significar nunca la sustitución de los verdaderos representantes del
pueblo. Dicho de otra manera, 100 ó 200 mil personas no pueden legislar. No es
correcto, es peligroso, y lesiona ciertos principios básicos del funcionamiento
de la democracia representativa.

por Hugo Martin
foto: Fabián Uset

Relaciones Exteriores

Nelson Castro (Periodista de radio y televisión)

“Muchas veces, el gobierno
confundió firmeza con descortesía”

–¿Cuál es el balance de las relaciones entre la Argentina y el mundo?
–El gobierno
tiene un manejo controvertido de lo que son las relaciones diplomáticas. En
muchos casos, confundió firmeza con descortesía. Y me parece un error grave… Por
ejemplo, cuando estuvo a punto de visitarnos Francis Mer, el ministro de
Economía francés, desde el gobierno salieron a decir: “  Otro ejemplo muy claro es la relación
con los Estados Unidos; el gobierno expresa críticas –algunas de las cuales
están realmente bien formuladas–, pero lo hace mal, con un lenguaje casi de
barricada. Y después Kirchner se sienta con Bush y no le dice ni la mitad de las
cosas.

–¿Por qué cree que se da este doble discurso?
–Porque el Presidente ha tenido la necesidad de construir poder. Y lo hizo
respondiendo a varias de las demandas de la sociedad. Cuando se hace solamente
como gesto mediático para la tribuna es un error. Suele ser una doble faceta que
implica una actitud de hipocresía. Porque parece que vamos a romper con todos,
pero con ninguno rompemos.

–¿Qué opina de la nueva relación con los Estados Unidos?
–Es imprescindible mantener un buen diálogo. Pero, por supuesto, de una manera
diferente a lo que fueron las “relaciones carnales”. Esto, para un gobierno, no
es fácil. Porque después hay que ir a pedirle para negociar con el Fondo. Y la
verdad es que los acuerdos con el FMI se han destrabado a partir de las
decisiones políticas del gobierno de los Estados Unidos. En estos meses hubo
discursos muy críticos hacia la administración del presidente Bush, pero
después, a la hora de tener que ir a sentarse con él, no los he visto.

–¿También frente a la guerra contra Irak?
–Comparto el discurso de nuestro gobierno de estar contra la guerra de Irak.
Pero en ninguno de los momentos en que Kirchner se reunió con Bush le mencionó
esto.

–Con Brasil se intuía una fuerte alianza desde el primer instante. ¿Ocurrió así,
finalmente?
–En algún momento se dejó trascender que el Presidente estaba enojado con Lula.
Esta actitud de que hoy estamos bien, mañana nos enojamos, que trasciende desde
el nivel íntimo de la presidencia, es malo. La política está enfocada a la
construcción del bloque, es cierto, y eso me parece bueno; lo que a veces no lo
es son los gestos.

–Con Chile, en estas últimas semanas, también hubo roces.
–Visto el apoyo que el presidente Lagos le ha dado a Kirchner, Chile se merecía
un trato diferente en relación al tema de la crisis energética. Hubo una falta
de tacto y de visión política que no deja de sorprenderme. Porque la crisis
energética fue una actitud de imprevisión de nuestro lado y nos dirigimos hacia
los chilenos con soberbia.

–Para terminar con Latinoamérica, está el siempre conflictivo tema Cuba…
–Estuve de acuerdo con que la Argentina se abstuviera de condenar al régimen de
Castro en la votación de la Comisión de los Derechos Humanos, no porque en Cuba
no se violen esos derechos sino porque en esa Comisión –por manejos políticos–no
se condena a China o a los Estados Unidos. Sin embargo, cuando el canciller
Bielsa viajó a Cuba me pareció pésimo que no recibiera a los disidentes. Fue una
actitud contradictoria a esa defensa de los derechos humanos.

–¿Cómo ve la relación con la Comunidad Económica Europea?
–La definición de Kirchner es clara: hay una preferencia por parte del gobierno
de hacer negocios con capitales estadounidenses. Se están negociando en este
momento temas que tienen que ver con las empresas privatizadas, la mayoría en
manos de empresas europeas. Pero el gobierno ha marcado una señal de
distanciamiento con Europa. Además, no nos engañemos…, la Argentina hoy no está
en el centro de la atención del mundo, ni los europeos se la pasan hablando de
nosotros.

–¿Qué rescataría, entonces, como positivo en las relaciones internacionales de
este primer año?
–La relación más adulta con los Estados Unidos, la actitud de discutir con el
FMI, la idea de integrarse fuertemente con Brasil, la reivindicación de los
derechos soberanos de Malvinas.

–¿Qué se debería cambiar a futuro?
–El doble discurso. ¿Cuál es el Kirchner verdadero? ¿El que va a la tribuna y
despotrica contra el Fondo? ¿O el que después se sienta y dialoga amablemente?
Esto empieza a afectar la credibilidad. El Presidente, que ha tenido la virtud
de reconstruir la autoridad constitucional, no puede correr el riesgo de
desencantar a la gente. Por eso, espero que Kirchner tenga aptitud para escuchar
las críticas.

El 25 de mayo de 2003, en el Congreso, Néstor Kirchner recibe, de manos de Eduardo Duhalde, los atributos presidenciales. Con el apoyo del caudillo bonaerense llegó al gobierno, y hoy, luego de varios cruces, compiten por el poder.

El 25 de mayo de 2003, en el Congreso, Néstor Kirchner recibe, de manos de Eduardo Duhalde, los atributos presidenciales. Con el apoyo del caudillo bonaerense llegó al gobierno, y hoy, luego de varios cruces, compiten por el poder.

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