Todos mueren por ella, pero… ella muere por él – GENTE Online
 

Todos mueren por ella, pero… ella muere por él

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–Volviste.
–Sí, hice mi primera gráfica después de mucho tiempo. Fue para una empresa muy importante, las Tiendas Paris de Chile. En realidad, nunca me retiré. Se podría decir que me tomé licencia por maternidad, porque eso fue lo que pasó: me bajé de las pasarelas para tener a mi hija Blanca y estar con ella a full durante los primeros meses. Además, este tiempo me sirvió para ponerme en línea.

–¿Y cómo te ves?
–Mejor que antes de quedar embarazada. Pero lo conseguí a puro esfuerzo, porque me maté. Ahora voy al gimnasio todos los días, algo que jamás había hecho antes.

Llegó dispuesta a recuperar el trono de femme fatale. Con 92-59-90 de curvas y los 48 kilos que pesó siempre, Pampita dice que regresó para quedarse. O hasta que la sorprenda la llegada de su segundo hijo, un sueño que tiene y no descarta. Su agenda 2006 está llena y ya estrenó la del 2007 con desfiles, gráficas y varias citas en productoras para ver qué hará en cine (sí, cine, como leyó) y algo en televisión.

–De chica sexy a chica de película… ¿Es cierto lo que se dice?
–(Risas) Eso pretenden. Veremos… No puedo contarte nada todavía pero, sí, hay una propuesta para protagonizar una película.

–¿Y no le temés al papelón?
–Recién tuve la primera reunión. Todavía no sé qué pasará. De todas formas, si no me convence la idea o no me siento en condiciones de afrontarla, me bajaré. Estoy meditando mucho mi futuro, mi carrera. Lo que sí te puedo asegurar es que si acepto es porque estaré segura de que lo voy a hacer bien, de que no me voy a quemar. No, no estoy para papelones de ningún tipo.

–¿Aflojaste con esa rutina infernal de 600 abdominales?
–(Risas) Más: hay días que llego a los 800. Pero no me resulta sacrificante: me acostumbré y estoy muy organizada. Ese tiempo de gimnasio lo dedico a mí. Son las dos horitas que dejo a Blanca en casa con la señora que la cuida, para hacer lo que me gusta. Además, para poder desfilar y posar cómoda necesito sentirme segura de mi cuerpo. A la hora de las fotos no puedo estar pensando en taparme el rollito o la celulitis. Tengo que concentrarme en la actitud, que fue lo que marcó mi carrera. Ese es como mi plus…

–Supongo que la maternidad te hará elegir mejor los contratos. ¿O tenés pensado hacer de todo?
–Las dos cosas. Voy a elegir mejor mis contratos y estoy dispuesta a hacer de todo. Vuelvo a Punta del Este en el verano, donde seguramente haré varios desfiles. La pasarela tiene eso del contacto con la gente, que es muy importante.

–¿Vos creés que la gente te quiere?
–Seguramente no todos, pero por la calle siempre me dicen cosas lindas. Siento que tengo mi público: señoras, chicos, hombres grandes, adolescentes… Me paran para sacarse fotos, pedirme autógrafos. Todos me preguntan por Blanca y me piden que vuelva a la televisión… Y creo que les voy a dar el gusto. Tengo muchas propuestas para actuar y conducir, acá y en Chile. No sé todavía cuál, pero alguna aceptaré. Estaré en la pantalla durante el año que viene.

–Blanca, mientras…
–Junto a su mamá, como siempre. Todos me decían que ser madre era un gran trabajo. Yo lo tomo con mucha naturalidad y placer. La llevo a todos lados y, por suerte, se porta bárbaro. Mi hija es una santa.

–Se te nota mucho más relajada. ¿Qué pasó?
–Que soy relajada. Y, por suerte, este tiempo que estuve alejada de la exposición me sirvió para ver las cosas de otra manera. No me van los escándalos. Y hoy no tengo nada que ocultar ni de qué cuidarme.

–¿Antes sí?
–Y… me perseguían para hacerme preguntas que no tenían ni tienen respuesta. Además, el haber formado una familia, y mi estabilidad emocional con Benjamín (Vicuña, actor chileno, el papá de su hija), me sirvieron para darle importancia a las cosas que en verdad son trascendentes, a no hacerme tanto problema por pavadas. De verdad estoy en una época de disfrute y tranquilidad muy interesantes.

–¿Tenés miedo de no volver a formar una pareja sólida?
–Mirá, yo creo que el amor nace, como los hijos. Después, para hacerlo crecer, hay que alimentarlo, cuidarlo y mimarlo todos los días. Y con Benja, por suerte, trabajamos mucho para que eso suceda. Hoy mi familia es el gran motor de mi vida. Encontré un hombre que es un excelente compañero de ruta: no sólo me apoya en todo lo que hago sino que ama su rol de padre, y lo ejerce con naturalidad. Es un padre moderno. Si Blanca ensucia el pañal, no se hace el distraído preguntando si se hizo caca: va y la cambia.

–No me digas que ni siquiera te cela, porque costaría creerlo...
–Pero es así. No hay celos entre nosotros. Al contrario. A los dos nos parece muy importante que cada uno tenga su espacio, su trabajo y su grupo de amigos. Además, yo necesito armar mi mundo interior, tener mis propios proyectos y expectativas. De lo contrario, ¿qué compartís con tu pareja cuando vuelve a casa? Me gusta contarle lo que hice, escuchar el día de él, compartir una conversación interesante. No podría ser sólo un ama de casa, tengo inquietudes.

–Si no te cela, ¿por qué te custodia a todos lados?
–(Risas) No lo hace de cuida sino para acompañar, porque yo lo pido o él se ofrece, y nos gusta estar juntos. Igual, no es mi sombra. Pero si no tiene nada que hacer ese día y le da la gana, me acompaña. Yo soy igual.

–¿Te volverías a casar?
–No te puedo contestar.

–¿Quedaste vacunada contra el matrimonio?
–No es eso. Sigo creyendo en la pareja, en la familia, porque deseo darle muchos hermanos a mi hija. Sucede que el casamiento no es una posibilidad (todavía se está divorciando de Martín Barrantes). No la puedo ni evaluar en este momento. No es posible, sólo eso. Pero, ¿sabés qué…? Como aprendí que una libreta no te garantiza la felicidad, no es algo que me quite el sueño.

Con las mismas curvas que la llevaron a la fama (92-59-90) y sus 48 kilos de siempre, se muestra mucho más linda y relajada. “<i>Voy al gimnasio todos los días, algo que jamás había hecho antes. ¿Sacrificio? Para nada, me acostumbré. Además, para poder desfilar y posar cómoda, necesito sentirme segura de mi cuerpo</i>”, cuenta.

Con las mismas curvas que la llevaron a la fama (92-59-90) y sus 48 kilos de siempre, se muestra mucho más linda y relajada. “Voy al gimnasio todos los días, algo que jamás había hecho antes. ¿Sacrificio? Para nada, me acostumbré. Además, para poder desfilar y posar cómoda, necesito sentirme segura de mi cuerpo”, cuenta.

“<i>El amor nace, como los hijos. Después, para hacerlo crecer, hay que alimentarlo, cuidarlo y mimarlo todos los días. Con Benjamín, por suerte, trabajamos mucho para que eso suceda</i>”

El amor nace, como los hijos. Después, para hacerlo crecer, hay que alimentarlo, cuidarlo y mimarlo todos los días. Con Benjamín, por suerte, trabajamos mucho para que eso suceda

Pampita otra vez bajo los flashes. Dice que siempre supo que volvería, que hoy está muy organizada y que, aunque su prioridad sea su hija, no piensa descartar ningún trabajo.

Pampita otra vez bajo los flashes. Dice que siempre supo que volvería, que hoy está muy organizada y que, aunque su prioridad sea su hija, no piensa descartar ningún trabajo.

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