“Todo lo que soy se lo debo a mi familia” – GENTE Online
 

“Todo lo que soy se lo debo a mi familia”

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Llevo el fútbol en la sangre, es parte de mi alma/ daría la vida por conseguir un gol. Fuerza, que el mundo quiere verte/ mostrando tu coraje, alegras a la gente con tu juego/ Es mi sueño hecho realidad”.

(Canción de Los Leales cantada con Sergio Agüero)

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Los canadienses que disfrutan del sol por el viejo distrito textil de Toronto no lo pueden creer. Y son muchos los chicos que saltan de sus sillas, donde hace unos minutos saboreaban su helado favorito, y se arriman hasta el cordón de la avenida Spadina a ver el micro que traslada a los jugadores argentinos. La imagen es imperdible: los pibes, esos que hace unas horas se consagraban campeones por sexta vez en la historia del Sub 20, festejan como si estuvieran paseando por la porteña y ancha 9 de Julio. Los más osados sacan medio cuerpo por la ventanilla y revolean camisetas y banderas celestes y blancas al grito de “Soy de Argentina/ es un sentimiento/ no puedo parar”. El resto salta en el micro mientras Ever Banega, con el bombo, dirige la batuta. Uno de los más entusiastas, que tiene autoridad a la hora de cantar (se dio el lujo de grabar un disco con el grupo de cumbia Los Leales) es Sergio Leonel Agüero (19 años, 1,72 de altura, sin novia a la vista y con su propia página de Internet: www.kun-aguero.com.ar) que, redoblante en mano, organiza el coro, y con un “Pará, pará”, hace callar a todos y cambia de canción. Ahora es “Vamo, vamo, los pibes/ vamo, vamos, los pibes”, entonada con una sonrisa que difícilmente se le borre por unos cuantos días.

Todo en la vida del Kun Agüero se dio con vértigo y desde los más absolutos extremos. De la humildad de la casita en la que su familia (papá Leonel, mamá Adriana y sus seis hermanos: Yesica, Gabriela, Maira, Daiana, Mauricio y Gastón) vivían en Villa Eucaliptus, en Quilmes, a este presente en el que es la estrella mimada del poderosísimo Atlético Madrid, que lo compró por nada menos que 23 millones de euros. De los potreros del barrio a debutar en la Primera de Independiente con 15 años, un mes y tres días, convirtiéndose en el más joven en toda la historia del fútbol argentino en hacerlo.
Pero volvamos a Canadá. Aunque en su charla con GENTE, el Kun (apodo que le puso Jorge, su abuelo, porque decía que su nieto era igual a Kum-Kum, un dibujito animado japonés sobre un nene que rompía todo lo que tenía cerca) asegura que “esto no lo vive como una revancha”, no hay dudas de que lo conseguido en Canadá tiene un sabor especial. En el Mundial de Holanda 2005 (en el que brilló Lionel Messi) apenas pudo jugar 85 minutos. Pero ahora, con este bicampeonato, se dio el lujo de ser el capitán en la final (la cinta se la prestó Matías Cahais, quien no pudo jugar porque estaba suspendido); se quedó con el Botín de Oro (gracias a sus seis goles); y como si esto fuera poco, también se llevó el Balón de Oro, premio al mejor de los 504 jugadores que participaron en el torneo. Todo, usando nada más y nada menos que la histórica camiseta número 10… “¿En serio que Diego también hizo seis goles en el Juvenil de Japón 79? ¡Qué coincidencia!

–Sergio, recién Banega me decía que la idea de subir los bombos y los redoblantes al micro fue tuya…
–Sí, se los pedimos a los hinchas que nos fueron a alentar, y primero tocamos en la cancha, después en el vestuario, y ahora arriba del micro. ¡Estamos de murga por todo Toronto! ¡Tendrías que ver la cara de la gente! Están todos en los cordones saludándonos como si estuviéramos en la Argentina.

–¿Te dolió no haber ido a la Copa América?
–Para nada. Mentiría si te dijera que no tenía ganas de estar en el equipo, pero bueno, Basile entendió que éste no era mi momento y lo respeto. Además, al Coco siempre le voy a estar agradecido por haberme hecho debutar en la Selección mayor. Además, si hubiera ido a Venezuela, no estaría acá festejando… Mientras me ponga la camiseta de la Selección soy feliz, no importa si es la mayor, el sub 20, o el sub 17. Para la Argentina siempre voy a querer jugar y me voy a tomar un avión esté donde esté. Por eso cuando Hugo (Tocalli) me confirmó que iba al Mundial de Canadá, no lo dudé un segundo.

–Una vez me contaste que cuando tenías 10 años y te escapabas al potrero de Villa Eucaliptus, tu papá te iba a buscar porque eran más grandes y te mataban a patadas. Ahora en la final, cuando saliste a la cancha contra los checos, ¿no tenías miedo de que tu viejo se tirara de la tribuna para cuidarte?
–¿Te imaginás? (larga una carcajada) A pesar de que ya los conocía, porque habíamos jugado el primer partido del Mundial, ¡en la cancha me parecían enormes! Me hizo acordar a la otra final que jugamos en Holanda 2005 ante los nigerianos. Por suerte, en la tribuna, esta vez pudieron estar mi mamá (Adriana Agüero), y mi papá (Leonel Castillo); cualquier cosa se tiraban para defenderme… (más risas). Fue muy lindo poder hacer el gol y dedicárselo a ellos. Porque todo lo que soy se lo debo a mi familia. No hay que olvidarse de los orígenes, como los chicos con los que peloteaba en la canchita de tierra del barrio. A ellos también les quiero dedicar este triunfo; aunque ahora esté viviendo en Madrid, nunca me olvido de dónde salí.

–Como dice la canción que te hicieron Los Leales: “Fuerza, que el mundo quiere verte, mostrando tu coraje, alegras a la gente con tu juego…
–¿La escuchaste? Está buena, ¿no? Un día nos juntamos a comer un asado, y en la sobremesa, me empezaron a preguntar cosas y salió la canción. Cuando vuelva a Buenos Aires, apenas me lo permitan en el Atlético Madrid (Agüero es el único del plantel que no regresó a Buenos Aires) me voy a juntar con los chicos de la banda, porque ahora debemos hacer otra canción.

–¿Y de qué tiene que hablar ese nuevo tema? ¿De tu sueño por jugar las eliminatorias y el Mundial del 2010?
–Sería bueno, después te llamo para componer la letra… (carcajadas). Ojalá que se me dé eso de jugar para la mayor; quiero demostrar que puedo donde sea.

–Después de la Copa América y el Mundial de Canadá, muchos se preguntan por qué no se puede plasmar el trabajo de los juveniles en las mayores…
–No sé, creo que en los últimos Mundiales nos faltó un poco de suerte. Igual ahora quiero levantar la Copa del Mundo. Porque esto que ganamos nos incentiva para pensar en otro horizonte, en volar más alto. Y con el trofeo de Sudáfrica 2010, yo canto “cartón lleno”.

Sergio, con la medalla de oro en el pecho, en la habitación del Westin Harbour Castle, junto a sus papás, Adriana y Leonel. Orgullosos, muestran el trofeo al Mejor jugador y el Botín de Oro como el goleador del Mundial.

Sergio, con la medalla de oro en el pecho, en la habitación del Westin Harbour Castle, junto a sus papás, Adriana y Leonel. Orgullosos, muestran el trofeo al Mejor jugador y el Botín de Oro como el goleador del Mundial.

Kun levanta el trofeo y el equipo festeja el sexto título de la Argentina. El quinto en doce años: impresionante.

Kun levanta el trofeo y el equipo festeja el sexto título de la Argentina. El quinto en doce años: impresionante.

“Nunca me olvido de los pibes con los que jugaba en los potreros de Villa Eucaliptus, en Quilmes. De ellos también es este triunfo”

“Nunca me olvido de los pibes con los que jugaba en los potreros de Villa Eucaliptus, en Quilmes. De ellos también es este triunfo”

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